Esta semana nos regala sus Cinco Palabras César Heredero, jubilado de Iberia, padre de familia numerosa, cuatro hijos y tres hijas, escritor y muy solidario.
César será protagonista del evento de Cinco Palabras que tendrá lugar el día 23 en el Ateneo de Madrid, a las 12:00 horas, en la calle del Prado 21, Madrid, donde daremos a conocer las causas con las que colaboramos desde hace ocho años, las escritoras y escritores solidarios, el Proyecto de Alfabetización que estamos llevando a cabo y mucho más, todo aderazado con música, literatura, pintura y sonrisas. En definitiva, mucho ARTE.
En este acto presentaremos su novela 'AÚN ES TIEMPO' cuyos beneficios estarán destinados al Proyecto de Alfabetización CINCO PALABRAS.
Disfrutaremos de las palabras del presidente del Ateneo, Juan Armindo, del periodista Juan Antonio Tirado, de la literatura y del arte de Claribel Aránega, de la música del director de la Coral Cantoría, Román Clemente Magán, con la participación de la soprano Almudena Olayo y el barítono Fernando Ruiz Pavón, y de muchas sorpresas más.
César Heredero también apoya a la ONG con la que colabora, Refugees Welcome, acogiendo a refugiados en su casa, dándoles el calor de un hogar.
Refugees Welcome, causa con la que colaboramos en junio del 2020, es organización sin ánimo de lucro fundada y mantenida gracias al esfuerzo y la dedicación de un grupo de profesionales con conocimientos multidisciplinares y una sólida experiencia en el campo de la inclusión social: gestores de proyectos, trabajadoras sociales, médicos, psicólogas, expertas en comunicación y fundraising, programadores, periodistas, fotógrafas y diseñadoras gráficas.
César Heredero es un gran referente para nuestra presidenta, Mar Olayo (a quien conoció cuando ella tenía dos años y considera su "Hija 0") por su bondad, equilibrio, humildad, resiliencia, cultura y entrega a los demás.
César junto a Olegario Olayo y Almudena Olayo
BIOGRAFIA
"Nací hace muchos años en un lugar muy concurrido de la meseta, Madrid. Mi infancia fue como la de la mayoría de los niños de la postguerra: ir a un cole de curas que me pagaba el abuelo, jugar en la calle en invierno y verano y merendar todos los días pan y chocolate.
Comencé a trabajar pronto porque había que llevar dinero a casa y, a su debido tiempo, fui aprobando exámenes de ascenso en la empresa, lo que me permitió a los veintitantos años ganar algo más de dinero y pensar en casarme, yéndonos a vivir a un piso de un pueblo a las afueras de Madrid a medio camino de mi trabajo
Ya casados, a mi mujer y a mí nos tocó siete, no, ocho, veces la lotería y como consecuencia de ello hemos aportado a la sociedad ocho personas fuera de serie. Tenemos el convencimiento de que hemos sembrado una buena semilla y su multiplicación, con el paso de los años, será inmejorable.
Ahora, cuando me faltan ya pocos centímetros para llegar a la meta, quiero decir, poco tiempo para cerrar definitivamente la tienda, me ha dado por escribir este relato casi de ciencia-ficción en el cual subyace el deseo de que podamos conseguir un mundo mejor del que tenemos y como la imaginación no tiene cortapisas, ¡ahí tienen ustedes una muestra de ello!"
Además, César Heredero colaboró con la novena TERTULIA SOLIDARIA de CINCO PALABRAS” con Juan AntonioTirado.
César Heredero
Olga San Martín
Brighid De Fez
Nani Canovaca
Rosario Serra
Maribel Álvarez
Agradecemos a Brighid De Fez su colaboración con Cinco Palabras, siendo puente solidario para llevar a cabo este emocionante evento de CINCO PALABRAS en EL ATENEO de Madrid.
Éstas son las palabras que nos envía César Heredero para los escritores solidarios de Cinco Palabras:
PELEAR
HOGAR
JÓVENES
RESIDENCIA
TRANQUILIDAD
CONCURSO PARA EL DÍA DE LA MADRE
Durante este mes mayo celebramos el día de nuestras madres, y por ello proponemos este CONCURSO que termina hoy y podreís votar hasta el día 23 de mayo.
El autor o autora del relato ganador recibirá como premio una bolsa de la "Dama de los Libros" de Claribel Aránega, con todos los libros de nuestros escritores solidarios que encontrais en CINCO PALABRAS y un retrato que el ganador decida, realizado por Mar Olayo, como en concursos anteriores.
PROLOGUISTA MAYO
Gabriela Vázquez (Bs. As., 1971) es docente, orientadora vocacional y psicopedagoga.
Dirige una Cátedra de Responsabilidad Social Universitaria (UdeMM).
Es Secretaria Académica de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación.
Publicó cuentos y poemas en Argentina, España, México, Perú, Chile, Colombia, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Puerto Rico.
Gabriela es, además, una estrecha colaboradora de Cinco Palabras. Escribió su libro "La tenacidad de la Palabra" -editado por nuestra Asociación- a total beneficio del Proyecto de Alfabetización que Cinco Palabras lleva a cabo en Uganda, en colaboración con Be/Born in Africa. Todo el dinero recaudado por la venta de su libro se invierte en este proyecto, para que más niños puedan estudiar.
ADQUIERE EL LIBRO AQUÍ: LA TENACIDAD DE LA PALABRA
destinado Proyecto de Alfabetización CINCO PALABRAS
CAUSA DEL MES DE MAYO
La causa del mes por lo tanto tiene que ser dedicada a las madres por eso tenemos a esta ONG de Argentina, Mamis Solidarias.
Su página web www.mamissolidarias.org.ar
TERTULIA DE CINCO PALABRAS DESDE EL CONFINAMIENTO CON LOS ESCRITORES SOLIDARIOS
Juan Antonio Tirado, periodista, jefe de informativos de Onda Cero Sierra y Director de La voz de la Sierra, ha comenzado su iniciativa “TERTULIAS SOLIDARIAS de CINCO PALABRAS”, para dar a conocer a los Escritores Solidarios y todos aquellos que han colaborado en estos siete años de andadura y siguen colaborando.
En esta primera tertulia participan los siguientes escritores solidarios y colaboradores de Cinco Palabras:
Gracia Olayo
Soledad Olayo
Javier Olayo
Marga García Calvo
África Sánchez
Claribel Aránega
Lili Del Riego
Alicia Manzanares
Gabriela Vázquez
Visita nuestra tienda solidaria para adquirir la pulsera de Cinco Palabras PINCHA AQUÍ: Tienda On Line
Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:
1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.
*Por favor, revisad ortografía antes de publicarlo.
*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.
*Si quieres mandar un audio con tu relato solidario leído por ti, envíanoslo a contacto@cincopalabras.com
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
NORMAS DE CINCO PALABRAS
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:
BANKIA
IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
Para cualquier sugerencia: contacto@cincopalabras.com
¿Cómo se puede percibir la vida sin pelear? ¿Y sin luchar? Dos conceptos asociados a las guerras, sin embargo y personalmente no concibo mi vida sin luchas, por o para alcanzar mi propio hogar.
Un hogar que en mis tiempos jóvenes, parecía una utopía el irme a una residencia, es cierto que el concepto de una residencia que tenía era un tanto especial.
Afortunadamente el destino me tenía reservada una muy especial, donde y después de mis altibajos, durante mucho tiempo, al fin disfruto de una gran tranquilidad, siendo y gozando de una propia vida, donde disfruto de mi sitio.
LA SOLUCIÓN
Tengo 85 años, y junto a mi mujer nos tocó pelear para tener nuestro propio hogar. Tres hijos le debo a esa bendita que la muerte me arrebató. La semana pasada, ellos, que son jóvenes y tienen sus nuevas familias, me propusieron algo: Una residencia sería ideal para mí. Vivir solo en una casa llena de recuerdos no mejoraría mi estado de ánimo, y ese nuevo hogar me daría la tranquilidad de saberme bien atendido.
La donación y venta de mi casa ya están en marcha; piensan comprar un piso en la playa.
Mi sensación de soledad va en aumento.
Le pesaba el cansancio en su vida como un yugo de piedra en su cuello. De tanto pelear para lograr un hogar, perdió media alma, casi todo su pasado, y ganado a cambio tres hernias discales con sus correspondientes dosis de mareos. Observaba a los jóvenes con envidia. Su esfuerzo no valía la pena comparado con su irreverencia. Osadía contra responsabilidad, fiesta contra obligaciones. Veía una vida derrochada en el tajo al echar la vista atrás. Ahora, en la residencia, la tranquilidad moraba a su lado mientras mascullaba entre dientes: ¡mierda de vida!
YO, SOY LA UTOPÍA
He nacido en la pelea de lo justo
por ello es pelear mi vida entera,
en cuanto puedo
hago hogar a mi manera,
con esa libertad tan cercenada
de los jóvenes castrados que no sueñan.
Que residan en mí las utopías,
que puedo cargar con cualquier sueño,
aunque a veces parezca que voy a la deriva
solo porque me muevo
entre lo no factible y la sospecha.
He nacido en lo difícil, por eso
hago de mi cuerpo residencia
en la que cabe,
todo el dolor del universo,
con tranquilidad, a todo le doy la vuelta.
Porque soy libre, puñetas!
Las llamas, bravas y candentes, parecían pelear entre ellas. Se elevaban furiosas, disputándose la cumbre del improvisado hogar en un patio yermo. Atraídos por la lumbre, jóvenes y veteranos se abrieron paso reclamando un espacio para calentarse la piel y el alma, ambas heladas en la inhóspita noche de noviembre. Su única residencia era la calle: portales vacíos, edificios abandonados, túneles húmedos y mugrientos, paredes de cartón improvisadas. Su misión: vagar. Mendigar. Robar. Pasar hambre y frío en el mundo olvidado de los suburbios, donde raras veces llegaba una ola de calor humano o la anhelada tranquilidad de un sueño apacible.
El púgil sale a pelear con los brazos levantados, saluda al público. La ovación es unánime. ¡Se siente en su propio hogar! Empieza primero por un golpe directo, y otro más, y luego pasa a un crochet para ir preparando… El Terrible Gancho…
¡Cuánta vitalidad tienen estos jóvenes!
¿Quién puede quitar una pizca de energía al combate?
Atención, nos acercamos al final del primer asalto…
Suena la campana, el púgil regresa a…
Su salvadora residencia. Donde todo es tranquilidad y…
hay olas de calma llegando a sus pies…
En pocos minutos volverá a ese mar furioso,
apodado: Él mismo.
¡TINTINTÍN!
¡Sorpresa!
El patio ya no era el mismo, pasó de ser un continuo pelear vecinal a convertirse en un patio de butacas.
En eso se convirtió aquel hogar desde que llegaron la pareja de jóvenes. Cantaban, ensayaban sus obras y toda esa alegría salía en cascada por las ventanas. ¡Pura perfección!
Desde su llegada a la residencia, todo había cambiado. Nadie los había visto aún. Salían muy temprano. Llegaban muy tarde.
Para la tranquilidad de su curiosidad, decidieron espiarles una noche. Llegaron muy tarde cogidos de la mano. Cuando se dieron la vuelta, decían sus mochilas: El trébol, “Capacidades diferentes”.
Los jóvenes vivíamos acomodados en el mundo que nos dejaron nuestros mayores, creyendo que no deberíamos luchar más. Este último año, una crisis sanitaria ha derrumbado los cimientos de su obra alejándonos de la tranquilidad.
“Hay que pelear por conseguir en el mundo lo que querríamos en nuestra casa”, me sentenció mi tía cuando la visité.
Y me di cuenta. Ella había luchado más que yo y sin salir de su residencia. Mientras, yo siendo aquello de lo que tanto me quejaba: Egoísta.
Reconstruyamos su obra, se lo debemos: Volvamos a hacer del mundo nuestro verdadero hogar.
Desde la alta loma observan el pueblo que dejan atrás.
– Con que no tengo edad para pelear, se van a enterar, si fuese por ellos debería pasar el resto de mi vida sentado junto al calor del hogar, sobre todo mi sobrina, mejor le hiciese caso a uno de los jóvenes que la pretenden y se dedique a parir hijos.
Dicen que a veinte leguas conforme se pone el sol, en una cueva tiene su residencia el cíclope que aterroriza aquella comarca.
Se te acabó la tranquilidad, monstruo, grita.
Don Quijote cabalga de nuevo.
Una nueva experiencia
Aunque habíamos tomado juntos la decisión, tuvimos que pelear duro con nuestros hijos. Ellos, querían que siguiéramos en nuestro hogar, hacerse cargo de nuestro cuidado, pero, nosotros, sabíamos que los jóvenes necesitan tener su libertad, disfrutar de sus horas libres, pues el tiempo pasa demasiado rápido.
Aún, nos sentíamos con fuerzas para embarcarnos en la nueva experiencia, de la que algunos amigos, ya estaban disfrutando.
No es una residencia al uso, sino una zona residencial donde convivir con personas de afines. Todos cooperamos en las tareas, disfrutando de nuestra vejez, en armonía y tranquilidad.
Nos seguimos sintiendo, libres y felices.
La caza
Nunca,
quise pelear
Nunca,
quise aprender a luchar
Nunca,
busqué la pelea fácil
Esa que,
distrae para conseguir tus metas
Esa que,
provoca para mal ganar
Esa que,
se aprende dentro y fuera del hogar
Nunca,
quise a los jóvenes ganar
Nunca,
usé mi propia residencia
Nunca,
me aproveché de los que conmigo
quisieron habitar
Solo busqué,
la tranquilidad de una vida en amor
y serenidad.
Solo quise,
ese remanso de paz que
era mi corazón y mi alma.
Solo podría allí,
ser vencida,
por los lobos que buscan víctimas que,
no quieren,
enfrentarse al que siempre
caza sin piedad.
Margarita Campos
Despierto al engaño del día.
Hay que pelear
por poner cada cosa en su sitio.
Buscar un hogar para los recuerdos jóvenes.
Adecentar una residencia
para los recuerdos malos,
y sumir el alma
en la tranquilidad del momento.
Vivir, sin excusar ni justificaciones.
Buscando la felicidad
en una tarde de abril de lluvia y viento.
ORÁCULO
Amigas mías, basta de pelear.
Respetad el hogar que os cobija, Templo de la Creatividad y Baluarte de la Democracia.
Las más jóvenes, contadme, ¿qué problema tenéis con la voz de la experiencia?
Y ustedes, las veteranas, ¿no podrían favorecer un poco más a sus nuevas compañeras?
En esta residencia siempre hemos sido generosos con las recién llegadas.
¡Os llamo al orden una vez más!
Los Escritores requieren opciones semánticas pero también tranquilidad y armonía.
Amadas palabras, ayudad a este viejo Diccionario
colaborando entre vosotras para que los relatos solidarios de CINCO PALABRAS
lleguen a buen fin.
Así sea.
CINCO PALABRAS
La vida es eterna en cinco palabras. Con palabras construimos la existencia y vivir es usar palabras ¿Qué es en la esencia más que un juego de palabras la existencia?
Evitando cinco palabras: resentimiento, envidia, odio, rencor, rabia, evitaremos pelear, y viviremos en paz manteniendo la armonía con todos y el sosiego en el hogar.
Con palabras se enseña a los jóvenes que el cuerpo es la residencia del alma. Sí, como Mar Olayo, la alimentamos con Cinco Palabras: amor, entrega, dedicación, altruismo, solidaridad, nos dará tranquilidad, como nos han enseñado todos los sabios que han tratado de la vida.
Pelear por la vida en un mundo que es al mismo tiempo nuestro hogar.
jóvenes los sentimientos ganados en duras batallas, residencia de nuestros temores,
anclados en un mar de zozobras, en la búsqueda del sosiego… la tranquilidad del alma.
MI HOGAR
Mis padres nos enseñaron a pelear por las letras y los números. Solo querían que fuéramos capaces de defendernos en el futuro y tuviéramos para ello, una base. Un hogar como al menos, el que ellos nos ofrecieron desde el primer día, con mucho esfuerzo y respeto hacia nosotros.
Madre, cuando éramos jóvenes nunca quiso que nuestra casa se quedara en residencia, sino en un lugar lleno de amor al trabajo, a la familia y consideración para con todo y todos.
Y solía terminar diciendo: ─«La tranquilidad de espíritu, radica en que lleguemos a ser honrados con nosotros mismos».
Sueño…….Sueño con la calidez de abrazos de personas que ya no están…. sueño con aquel tacto sutil de unas manos frías sobre mi frente….sueño con las sonrisas abiertas, leales, que ya no puedo oír. Pelear…¿pelear para qué? No puedo vencer a mis sueños que me recuerdan una y otra vez cosas que ya no puedo tener, arrepentimientos, vidas pasadas en un hogar que ya solo existe en mi memoria. Éramos jóvenes, seguros, injustos, desagradecidos con nuestras vidas. Hoy mirando atrás, descubro que la residencia de mi niñez era el hogar de mi niñez y por eso mi tranquilidad está condenada.
Me pidió que volviera a pelear. Un combate corto, a tu estilo, insistió mi antiguo manager del gimnasio El cuadrilátero. Tus seguidores quieren verte sobre el ring, rememorar tus cinco campeonatos mundiales y que vuelvas a sentir que tu hogar fue siempre la lona sobre la que te dejaste la piel. Los jóvenes te admiran. Le mire atónito. ¿Acaso no veía que yo solo era ya un montón de huesos artríticos, el despojo desprovisto de fuerza que se apagaba en una residencia para deportistas enfermos? Ganaste millones conmigo ¿no tuviste bastante? Vete y déjame vivir mi último asalto con tranquilidad.
Cansada. No puedo más. Necesito dejar de pelear continuamente para preservar nuestro hogar tal y como lo imaginamos cuando éramos jóvenes.
No quiero que nuestro sueño se convierta en algo parecido a una residencia de estudiantes donde el único momento de tranquilidad es cuando llegan las vacaciones y no queda nadie dentro.
Nunca me gustó PELEAR, me asustaba hacer daño a los otros, a aquellos que de la lucha hacían su HOGAR, aquellos JÓVENES que tenían RESIDENCIA permanente en la calle y a los que sólo la victoria en una reyerta les daba algo de satisfacción; la realidad es que ni siquiera disfrutaban, fingían las risotadas, creían que a fuerza de puñetazos y de llantos ajenos calmarían la pena en el estómago, la decepción continua, la falta de maestros, la ausencia de mayores y el vértigo de vivir un desafío constante sin objetivos y sin hueco para la TRANQUILIDAD.
BENDITA ADOLESCENCIA:
La adolescencia no es creer que todo lo sabes
ni pelear contra el mundo o contra ti mismo en el hogar familiar.
Ya se sabe que los jóvenes ansían independencia,
presumir de rebeldía y mostrar cierta soberbia
en esa residencia habitual que limita sus vidas
y sus ganas de volar.
Pero tan solo necesitan espacio,
respeto y cariño.
Y así, un buen día, esos sentimientos convulsos
que trastornan a todos,
se transformarán, dando paso a momentos de cordura,
entendimiento y tranquilidad.
África estaba cansada de pelear cada pequeño paso en su vida. Su familia nunca había sido refugio ni hogar. Cuando veía a los jóvenes en el parque, despreocupados, viendo pasar las horas, le entraba la nostalgia y repasaba todas sus batallas.
Nunca se había imaginado a sí misma viviendo sus últimos años en una residencia, rodeada de tanta gente y a la vez tanta tranquilidad. Siempre había querido recorrer el mundo, sus países, empaparse de cada cultura y dejar su huella.
Pedía a gritos que su última batalla fuera brillar en los cinco continentes. Y lo logró.
Sin obstáculos
La mayoría de la gente, cuando llegan a la senectud, ahítos de pelear, tras un largo trayecto, pierde su hogar al ritmo de su vitalidad y milagrosamente, muchos hombres parecen más jóvenes desde que viven en una residencia, elegida al azar o en función a su economía, como los babuinos que, cuando pierden su estatus social, rejuvenecen.
A ambos, humanos y simios, les ha llegado la oportunidad de reflexionar sobre sus logros y sus pérdidas y reflejan en su rostro la tranquilidad del camino exento de obstáculos, que tienen por delante. Con lo ganado en la experiencia se mantienen vivos.
Se levantó de un brinco, sin necesidad de pelear con el despertador. Domingo 23 de mayo, no olvidaría esta fecha. Volvería a sentir el hogar de su niñez junto al padre que la enseñó a caminar. Emocionada, abrió el armario en busca el traje más adecuado. Temía que no la reconociera. Aquellos años jóvenes se habían diluido en el tiempo, alejándoles de la residencia de la ternura.
Nerviosa, decidió pasear por el jardín guiada por el olor de la primera rosa. Al tomarla, le invadió la tranquilidad necesaria para decirle: Aquí me tienes, César, vestida de pétalos de esperanza.