ESCRIBE TU RELATO DEL MES DE OCTUBRE (I): JUAN GARAY, MÉDICO, COORDINADOR DE COOPERACIÓN DE UE-CUBA @JuanGaray1

Comenzamos el mes de octubre con las palabras de Juan Garay, médico, ex coordinador de política de salud global de la internacional de la UE, coordinador de cooperación de UE-Cuba y cofundador del movimiento por la equidad sostenible en salud. También le podemos definir por su ARTE como cantautor y escritor.

Escribió su libro VALENTÍA Y TERNURA

Canción Valentía y Ternura

Como él mismo nos explican su prólogo, conoció a Marolayo a través de su compañero Juan Serrano. Al llegar a España Juan Garay, acompañado por su madre, fue a escucharle cantar en la Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Tras varios encuentros Juan otorgó una entrevista al periodista Juan Antonio Tirado, donde nos contó toda su trayectoria vital hasta nuestros días.

Éstas son las palabras de Juan Garay para los escritores solidarios de Cinco Palabras, que nos la da acompañado por su hijo Adam Garay a la guitarra:

CESTO
CUADRO
CUENTA
CUENTO
CANTO

PROLOGUISTA DE OCTUBRE

Juan Garay. Médico, ex coordinador de política de salud global de la internacional de la UE, coordinador de cooperación de UE-Cuba y cofundador del movimiento por la equidad sostenible en salud.

Le podemos definir por su ARTE como cantautor y escritor.

Escribió su libro VALENTÍA Y TERNURA

Canción Valentía y Ternura:

CAUSA DE OCTUBRE

La causa de este mes de octubre nos llega desde Cuba a través de Juan Garay, médico, coordinador de cooperación de UE-Cuba.

En un barrio de La Habana que se define por la cultura afrocubana y la religión yoruba, y donde la huella española se percibe mustia en algunos edificios descoloridos que parecen entrar cada día en mayor complicidad con calles y aceras olvidadas, Lisandra Fernández, una joven cubana de 22 años, baila flamenco.

Desde muy niña estudió baile en algunas escuelas cubanas, pero fue aquí donde encontró un camino que le ha permitido realizarse como artista.

En el proyecto A Compás Flamenco, las muchachas no pagan ni cobran. El proyecto se sostiene con ayuda de instituciones foráneas y no está subvencionado por el Estado cubano.

Para Lisandra, lo mejor que le ha sucedido en la vida ha sido acceder a un lugar como este, en medio de una Habana mestiza, que le ha dado la oportunidad de medir su talento, recrear fantasías artísticas e, incluso, viajar a la vieja Europa.

El espacio físico del proyecto lo ocupan dos partes separadas por una estrecha y ruidosa calle. La casa de Karelia es una de ellas; y la otra, al frente, constituye la parte delantera de un edificio más que remozado, donde comparten un pequeño local con algunas viviendas improvisadas al final de un pasillo, sin mucha lógica arquitectónica.

TERTULIA DE CINCO PALABRAS DESDE EL CONFINAMIENTO CON LOS ESCRITORES SOLIDARIOS

Juan Antonio Tirado, periodista, jefe de informativos de Onda Cero Sierra y Director de La voz de la Sierra, ha comenzado su iniciativa “TERTULIAS SOLIDARIAS de CINCO PALABRAS”, para dar a conocer a los Escritores Solidarios y todos aquellos que han colaborado en estos siete años de andadura y siguen colaborando.

En esta primera tertulia participan los siguientes escritores solidarios y colaboradores de Cinco Palabras:
Gracia Olayo
Soledad Olayo
Javier Olayo
Marga García Calvo
África Sánchez
Claribel Aránega
Lili Del Riego
Alicia Manzanares
Gabriela Vázquez

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Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:

1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.

*Por favor, revisad ortografía antes de publicarlo.
*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.

*Si quieres mandar un audio con tu relato solidario leído por ti, evíanoslo a contacto@cincopalabras.com


NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com

NORMAS DE CINCO PALABRAS

Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:

No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.

El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)

(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.

Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:

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35 comentarios sobre “ESCRIBE TU RELATO DEL MES DE OCTUBRE (I): JUAN GARAY, MÉDICO, COORDINADOR DE COOPERACIÓN DE UE-CUBA @JuanGaray1”

  1. De qué manera más extraña, nada más entrar en la segunda sala, su mirada encontró un detalle de un cesto en aquel cuadro gigantesco, hasta entonces nadie nos habíamos dado cuenta del detalle del cesto.
    Parecía sacado de otro tipo de cuadro, una textura y un colorido semejante a los de un cuento, qué manera más extraordinaria de combinar dos estilos de pintura en aquel cuadro, llevaba por título “Un canto a mi niñez”. Un tanto rebuscado, teniendo en cuenta que el único toque de color era el detalle del cesto de la esquina inferior izquierda y dentro lo firmó.

  2. ESPERANZA
    ¿Qué llevaría, en la actualidad, Caperucita en su cesto?
    ¿Una mascarilla de repuesto, gel hidroalcohólico contra el malvado virus, medicinas para la abuelita, o, tal vez, un pequeño cuadro pintado durante el confinamiento?
    Me lo cuenta el mismo Perrault hace un año y lo mando a hacer puñetas.
    Donde esté un cuento con lobo que se quite cualquier virus por muy exótico que sea.
    Los tiempos cambian y también sus villanos, pero siempre habrá juglares que nos hagan sonreír entonando un canto de esperanza.

  3. Cuando el cesto se colmó de cochecitos, lo cubrió con una capota y corrió a la calle. El crío, curioseaba contento cara al cuadro que coloreaba su cano cuidador. El creador, creyente y cándido, citó a Cézanne y Cagnaccio; Cansado y cansino, cayó en la la cuenta, creyó conquistarlo contándole un cuento clásico. Comenzó con Caperucita, pero continuó con Cenicienta y clausuró con Los tres Cerditos. Cerciorado del cerrojazo de la criatura por su cara, creyó conveniente calentar el clima con un canto clamoroso. La chispa creció por cuatro al corear a Celia Cruz. ¡Que le den candela!

  4. DULCES SUEÑOS
    Una mujer recoge las sábanas blancas y las deposita en un cesto de mimbre. Así podría describirse el cuadro que hay colgado en el pasillo del orfanato. Pero el niño, que ha aprendido a escuchar, sabe que cuenta la historia de una hechicera que siembra la dicha a su alrededor. Además, está seguro de que no es un cuento, de que es real, porque algunas noches, mientras todos duermen y él la contempla, ella le dedica su canto.
    El olor a ropa recién lavada y una inmensa felicidad todavía acunan al huérfano cuando se despierta en su cama al alba.

  5. Después de mucho pensar, por fin encontré el sitio perfecto para el cesto traído de mi último viaje.
    A los pies del estupendo cuadro que presidía la pared de la habitación.
    ¡Cuenta, cuenta!- me dijo mi hermana,que ya sabía de mi búsqueda.
    “Ahora me ha quedado como un cuento”._le dije
    “La figura del cuadro parece querer coger el cesto y salir al jardín”.
    Siento que de un momento a otro sonará el canto de algún pájaro exótico…
    Realmente una zona mágica,donde sentarte a disfrutar y soñar.

  6. Fuimos al rastro el domingo por la mañana. Hacía sol.
    Yo estrené un CESTO muy bonito que me regalaron por mi cumpleaños.
    Estaba muy interesada en comprar un CUADRO especial, con la lamina de Soraya de “Pepillo la gitano y su hija”.
    CUENTA, el pupolacho, que esta buena mujer se ganaba la vida con la venta de pescado en las calles, y por la noche bailaba y cantaba como nadie.
    Todos se paralizaban.
    Los escépticos dicen que no es cierto, que es CUENTO.
    En los recuerdos de otros, su CANTO era un clamor al cielo y los que escuchaban suspiraban…

  7. La vida se nos escapa como el agua vertida en un cesto.
    Siempre han dicho: ¡Hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo! Hay mucho más.
    Haz un viaje caminando, pinta un cuadro, compon una canción, contempla todos los atardecer y amaneceres que puedas, no pierdas el contacto con la tierra y cultiva tu comida, cuenta un cuento que haga sonreír a un niño, pasea por el bosque un día de lluvia, duerme bajo las estrellas y despierta con el canto de los pájaros.
    Y nunca te rindas, jamás dejes de perseguir tus sueños.

  8. Mi escudo ante el desencanto

    El cesto de la memoria
    guarda la historia del mundo,
    ese pequeño y profundo
    que cabe en un puño abierto…
    porque siempre es un acierto
    que el recuerdo se comparta.

    El cuadro, el color, la carta,
    el aroma, la textura
    de la infancia que perdura
    en la palabra que cuenta,
    la que abraza, calma, alienta,
    hasta en el último intento.

    En mi memoria hallé el cuento
    y las canciones de cuna
    que fueron y serán luna,
    satélites del pasado,
    poema enlazado al canto
    escudo ante el desencanto.

  9. CÍRCULO VICIOSO

    Entrelazados los mimbres
    no contendrá el cesto
    el torrente de lágrimas
    resbalando sobre el lienzo;
    desliendo entero el cuadro.

    Obliga tener en cuenta
    si el cuento se volvió amargo
    y el canto quedó en lamento.

    Escuecen incrédulos los ojos
    por el llanto que no cesa.
    Frágil soy papel al viento,
    cuando mi sangre
    soberbia
    me da la espalda;
    negándome la voz,
    sellándome los labios.

    En horizonte difuso
    carne de mi carne
    olvida,
    que el reflejo precisa
    de la luz que lo alimenta.

    Camino andado y desandado;
    mil veces anclado,
    incomprendido y distanciado…
    Espiral doliente regresando
    a su punto de partida.

  10. TRAVESURAS
    Buscamos por todas partes; en el CESTO de la ropa sucia, detrás del CUADRO de nudos, debajo de la cama. Esta vez no había dejado ninguna nota de despedida. De pronto me di CUENTA de que la noche anterior cuando le pregunté si quería CUENTO o CANTO, él me dijo que esa noche prefería que me quedara en silencio junto a él. Cuando le creí dormido me fui. Ojalá me hubiese quedado con él toda la noche. Ahora habría que esperar su vuelta con inquietud creciente. Lo bueno es que siempre volvía.

  11. Ocioso. N.N. – Día 200, 30 de septiembre

    -¡Eres un CESTO, hijo! -gritaba Herminia mientras perseguía a Carlos por media casa enarbolando una zapatilla que nunca acababa de lanzar a la cabeza del hijo-. ¡Mira, mira cómo has dejado el CUADRO, está para tirarlo!
    -Pero mamá… si casi no te das ni CUENTA; si no es porque voy y te CUENTO todo lo que hago…
    -¡Anda, que me tienes contenta, todo el día haraganeando!
    -¿Y qué quieres que haga? Las cosas están muy mal para trabajar… Y encima me han despedido…
    -A ver si te dedicas al CANTO y dejas de volar el dron dentro de casa, ¡caramba!

    1. Hoy como ayer

      En un cesto del mercadillo encontré un cuadro que me removió por dentro. La memoria tiene extrañas asociaciones y una no cuenta con que cualquier día, en cualquier actividad cotidiana, el pasado pueda regresar con tanta fuerza. El cuadro no era más que un retrato de un rostro a carboncillo pero a mí me recordó otra tarde y otro cuadro maravilloso, aunque ese es otro cuento.

      1. Olvidé incluir “canto” sorry, corrijo el texto:

        En un cesto del mercadillo encontré un cuadro que me removió por dentro. La memoria tiene extrañas asociaciones y una no cuenta con que cualquier día, en cualquier actividad cotidiana, el pasado pueda regresar con tanta fuerza. La imagen no era más que un retrato de un rostro a carboncillo pero a mí me recordó otra tarde y otro cuadro maravilloso pero ese es otro cuento, aunque mi mente no pudiese dejar de repetir todo el día, como un canto, la historia que lo compone.

  12. ARTE Y JUSTICIA

    Me lanzo ebria de determinación
    sin ningún recato,
    sobre el cesto de esperanza
    que la estirpe de los justos
    ha querido plasmar
    en el gran cuadro
    que brama revolución
    cual viento huracanado,
    colgado,
    de una pared ennoblecida
    donde las bocas vacías
    de los más desfavorecidos
    gritan no, a los desahucios.
    Algunos, que con leyes escritas
    de esas que nunca caminan
    en paralelo con la justicia,
    llaman a la necesidad, cuento,
    riéndose del llanto
    de aquellos que ya no pueden
    hacer medrar su cuenta
    Yo, sigo ebria de impotencia,
    por no llorar, bailo, canto,
    delante de una pared
    que clama decencia.

  13. En Panamá nos encontramos con una pequeña aldea donde una anciana tejía un precioso CESTO de mimbre, que formaba parte del paisaje de un CUADRO que su nieta pintaba frente a ella,y que luego intentaría vender en el mercadillo de la ciudad.
    Mientras el cesto iba tomando forma,CUENTA la abuela, que con solo 5 años ya trabajaba con el mimbre, cuando llegaba a casa, con sus pequeñas manos destrozadas, su mamá se las curaba mientras le contaba el CUENTO de las sirenas, que con su CANTO volvían locos a los navegantes.
    Las dos reían pensando…¡Menos mal que no somos navegantes!.

  14. Con su faldita corta y un pequeño cesto lleno de ilusiones, Yadelis marcha con soltura por los callejones de una decadente Habana Vieja que se resiste a perder la belleza y el embrujo de otros tiempos. Un ritmo interior la mueve y guía hacia un espacio donde los sueños se plasman en un cuadro imaginario, inspirado por la fantasía de sus once años. Cuando llega a su escuela de baile flamenco la realidad ya no cuenta, solo el cuento prevalece… y su protagonista baila libre al compás de un canto redentor que la eleva y rescata de una existencia oprimida.

  15. LLEGÓ EL OTOÑO

    En otoño lo que más me gusta es coger mi cesto de mimbre, irme al campo y recoger castañas o setas. Después con unos membrillos y racimos de uvas, montar un bodegón y pintar un cuadro. Esta estación del año invita a recogerse un poquito, dejarse llevar por los hobbies de interior, tener en cuenta a todos los nuestros y a los que no hemos podido atender durante la época estival, escribir algún cuento que otro para contarlo después y practicar el canto si se tienen dotes, de lo contrario será una molestia o lloverá,

  16. REUNIÓN DE AMIGAS

    Al entrar, María se encontró lleno el cesto de la ropa sucia. El cuadro del pasillo seguía torcido. Al pasar por la cocina, se dio cuenta de que sobre la mesa continuaban los restos del desayuno. Todo lo que Ángela había prometido era un cuento. Un canto de sirena. María entró al dormitorio y, frente al espejo, muy sería dijo: «Julia, hay que acabar con ella». En ese instante, una voz susurró: «Tranquila Ángela. No se atreverá. La solución la tiene en el cajón de la cocina». Entonces, María fue hasta allí. Sacó un cuchillo, y con lentitud, comenzó a cortarse las muñecas.

  17. UN DÍA MÁS

    Si fuera tan sencillo como colocarlos en un cesto, bajar la tapa y olvidarnos de ellos! (Me refiero a los agravios lanzados a diestra y siniestra).
    Estamos hechos un cuadro y hay quienes, en medio de la desesperación, aún no se han dado cuenta del vergonzoso espectáculo que ofrecen.
    Pues nada, a seguir viviendo del cuento…
    El día en que prime el sentido común y el respeto nos daremos con un canto en los dientes!
    Llegará?

  18. “A otra escritora solidaria”

    Guardé mi vida en un cesto,
    decepciones y alegrías,
    y revolví mis recuerdos,
    sin saber quién ganaría:
    las primeras por despechos.
    Todo aquello que me haría,
    de mi vida un cuadro muerto,
    con el color ya sin vida,
    con pincel casi funesto.
    Y así quién sin alegría,
    el que te cuenta este cuento,
    que ni por saber sabría,
    terminar este lamento,
    pues aún vive y viviría…
    ¡Ay! mi G., eres mi tormento,
    que me has devuelto a esta vida,
    con tu canto y dulce acento.

    J. Bris

  19. DE QUÉ LADO ESTARÁS?…

    Vi al pescador llevar la red a la orilla
    y sentado en la playa, metía lo bueno en un CESTO
    y lo malo echaba fuera…
    La imagen me inspiró para pintar un CUADRO y
    meditar en ello.
    Porque todos daremos CUENTA de nuestros actos
    un día… Y el Creador apartará el trigo de la cizaña.
    Y no es CUENTO, es verdad.
    Y los aprobados tendrán un CANTO nuevo de alabanza.
    De qué lado estarás?….

  20. UN CORAZON DE GUITARRA QUISIERA…

    Desde mi personal ventana del tiempo miro hacia amplio y lejano horizonte. Intento escuchar sones y ruidos de vida pasada. Rebullo en el cesto de mi memoria plasmada en cuadro de oscuros Zurbaranes y claras luces Sorollas.

    El viento fresco me cuenta, en formato de cuento, los días de mi juventud, en condición de extremeño.

    Hombres y mujeres esperanzadas en fértiles sementeras
    Hombres y mujeres curtidos por implacable sol de la siega
    Niños que en calles y plazas juegan al salir de la escuela.

    Nostalgia de arraigo que aguanto.
    Con un corazón de guitarra, en lugar de escribirlo, lo canto.

  21. CESTO
CUADRO
CUENTA
CUENTO
CANTO

    Cae la noche
    con sus silencios
    El firmamento nos ilumina.
    Luces repartidas como
    en un juego donde
    hubiéramos depositado miles
    de ojos de gato brillantes
    en la oscuridad de un negro velo.
    Cojo un cesto
    y recolecto estrellas para
    crear un cuadro donde dibujar
    una senda.
    Cada estrella cuenta para
    contar un cuento donde,
    los pasos de una princesa
    se alargan en el espacio,
    acompañada del dulce canto
    de un príncipe
    ya desteñido por
    la larga espera.
    Pero mereció la pena,
    juntan sus manos
    y siguen la senda
    hasta ese firmamento
    plagado de estrellas.

    Margarita Campos.

  22. De mimbre

    Al pie de la escalera, un cesto continúa impasible, esperando a que lo llenen de certezas.
    Mira al cuadro, roído por las termitas, y vuelve a leer la fábula que le atañe:
    “Esta era la cuenta de la lechera, que pretendía vivir del cuento, a base de un breve canto que con el tiempo se convirtió en mantra”:
    «Venderé la leche, y con el dinero me compraré un centenar de huevos que llevaré al mercado…y…»
    Mas, como sabéis, la leche se derramó y sus sueños volaron a otra realidad”.
    No obstante, mientras la mimbre dure él seguirá esperando.

  23. ¡AL SACO DE LOS PREJUICIOS!

    Metemos al prójimo en el cesto de descalificativos sin conocerlo siquiera. Madrileños chulos, catalanes agarrados, vascos brutos, andaluces vagos, baleares reservados, gallegos desconfiados, aragoneses testarudos, asturianos orgullosos, castellanos-manchegos, castellanos-leoneses y cántabros secos, extremeños aldeanos, murcianos fiesteros, valencianos falsos, canarios perezosos…
    Un cuadro de prejuicios colgado en muchos corazones cerrados a otras culturas, sin darse cuenta de que es el mismo cuento contado y olvidaron desaprender las enseñanzas de sus mayores.
    He conocido a miles de personas y solo veo semejantes caminando en equilibrio por el canto de la vida, para que la maldad social no nos arroje por el precipicio.

  24. La lista de los deseos

    De niña, tenía una gran imaginación. Soñaba con hacer cosas que para los demás resultaban irrealizables.
    Decidí escribir en un papel todos mis sueños y guardarlo en un pequeño cesto de mimbre.
    Fue pasando el tiempo y con el trabajo, los niños etc, quedó relegado al olvido.
    Un suceso imprevisto cambió mi vida, el cual hizo que recordara aquella lista de deseos incumplidos.
    He pintado un cuadro (dándome cuenta de que no se me da mal). He escrito un cuento bastante aceptable. Me falta cumplir el último deseo de la lista, probar con el canto. Tranquilos, ese nunca será realidad.

  25. La noche promete ser fría.
    Deposito el cesto de leña al lado de la chimenea y me siento frente a ella.
    El abuelo me mira, bonachón, desde el cuadro que preside la escena.
    Me doy cuenta de lo mucho que lo añoro. A pesar del tiempo transcurrido echo en falta el cuento que solía narrarme cada noche estimulando mi fantasía.
    Eras un pozo de sabiduría natural y qué voz la tuya, clara, expresiva, tan profunda… Escucharla tenía el mismo efecto hipnótico que el canto de sirenas.
    ¿Sabes? Si cierro los ojos, querido abuelo, aún puedo oír tus fabulosas, increíbles historias.

  26. Desde mi cómoda habitación , miraba por la ventana para ver la salida del sol, y delante de este, una mujer con un cesto cargando su cabeza. Ojos negros como su tez, mirada triste en contraste con los vivos colores de su caftán. Un niño semidesnudo agarrado en sus telas. Era una imagen perfecta para un cuadro. También caí en la cuenta que podía escribir un cuento. Pero no hice nada, fue todo un canto sordo mirando al cielo. Una mañana y después otra, apareció el sol como siempre, pero nunca más volví a ver a ninguno de los dos.

  27. La casa, a pesar del tono entristecido de su fachada, supo conservar su esencia.El chirriar de la puerta al abrirla me hizo consciente del tiempo transcurrido.
    Todo seguía igual.
    El eterno cesto de costura mantenía el tipo bajo el imponente cuadro de boda de mis abuelos. Al verle me di cuenta de lo feliz que fui.
    Entre ovillos de lana y afiladas agujas, asomaba el ajado cuento tantas veces versionado por mi abuela para ahuyentar mi aburrimiento.
    Solo necesitaba su voz e imaginación para mantener esa cordura que ahora, como diría mi abuela, hace equilibrios en el canto de un duro.

  28. A la orilla del río Beth dejó su cesto. Sabía que estaría allí cuando volviera de su paseo por el bosque. Como si de un cuadro se tratara dibujaba el camino con un palito, así espantaba sus miedos al tiempo que hablaba con todas las criaturas de su alrededor.
    Ella les escuchaba decir, “Beth, cuenta un cuento”. A lo que respondía “¿Quién es el afortunado hoy?
    Sólo pasaron unos segundo a cuando el colibrí se presentó ante ella con su bello canto.
    Un profundo silencio llenó el espacio aquella tarde mientras Beth dejaba correr su imaginación y su corazón se llenaba gozo.

  29. El cesto pesaba muchísimo. No soportaba más su carga. El artista que había pintado el cuadro hacía más de doscientos años no tuvo en cuenta el detalle de que no podía mantener a una mujer tanto tiempo en aquella postura. Mi retrato había sido admirado por millones de personas que escuchaban de los labios de los guías del museo un cuento sobre mi relación con el pintor. Todo inventado. Cuando dejé sobre el suelo la pesada carga sentí un canto de liberación brotar de mi garganta. Ahora todos escucharían mi versión de los hechos. Ya estaba harta de mentiras.

  30. Me gustaba sentarme en las faldas de mi abuela mientras tejía. Rebuscaba en su CESTO, en las lanas de colores. Éramos personajes de un CUADRO, que sin apenas darnos CUENTA, convirtió los martes en costumbre.
    Siempre me contaba el mismo CUENTO, siempre la escuchaba con curiosidad primeriza, con ojos abiertos, con mente extendida. Su melodiosa voz se convertía en un CANTO lleno de alegría.
    Sonreía.
    Me gustaba sentarme en las faldas de mi abuela…mientras tejía.-

  31. Extrajo del cesto una moneda y la miró con un ojo cerrado.
    -Has venido hasta aquí para llevarte el tesoro, pero… soy el Guardián y como tal no puedo dártelo. Sin embargo, te dejo que elijas una cosa, nada de monedas.
    El explorador, nervioso, tartamudeó:
    -Pero siempre hay… ¡como un acertijo o algo así!
    -¿Aquí? No.
    -Deme… ¡Ese cuadro de allí!
    -Buena elección… Dame tu cuenta te ingresaré los gastos por haber venido hasta aquí.
    El explorador, antes de irse, se giró y dijo:
    -¿Sabe? Me encuentro como… en un cuento moderno.

    “Gracias por su visita” contestó un lejano canto.

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