Va pasando el tiempo y la pequeña aventura que surgió de la mente de Mar va tomando cuerpo.
Ya son muchos volúmenes de relatos girando en torno a las cinco palabras maestras de cada semana. Y muchas pequeñas ayudas generadas por los escritores solidarios.
Pequeñas ayudas y pequeños relatos. Valorada la frase en sentido literal no parece gran cosa.
Muchas pequeñas ayudas y muchos pequeños relatos. Ahora sí. Ahora todo cobra sentido.
De momento somos pocos pero persistentes. Con el tiempo seremos muchos…. Y persistentes.
A la criatura nacida de la mente de Mar la hemos adoptado entre muchos, aportando algo cada una de nosotros en su crecimiento. Los relatos, las actividades, las ideas, .., todo es necesario para que el bebe crezca lento pero sano. Y entre todos podemos lograr que acabe siendo muy grande.
Hoy, en donde la palabra solidaridad parece más una pose que una implicación personal, este tipo de iniciativas hace que puedas ser participe directa de ella. Que te sientas parte de ella, poniendo ojos y cara a las personas que ayudamos y que nos ayudan. Porque no hay que olvidar que la solidaridad actúa de manera recíproca. Ayudando nos ayudamos.
Cinco palabras escondidas dentro de otras cien. ¿Os parecen pocas para construir una historia? Yo creo que no, ¿tu si? A partir de dos se mueve el mundo: “Te amo”.
Mueve tu cerebro, aparca la vergüenza en la puerta e inténtalo. Estoy seguro que lo que escribas nos gustará al resto.
Y por supuesto, ASOCIATE. Forma parte de esta singular familia.
Y aquí van mis palabras para esta semana. No creo que se note de donde acabo de llegar…
BUFONES PERICOTE MONTAÑA LLUVIA MAR
Por último, le he pedido a Mar que los donativos de este número vayan a la Fundacion Theodora.
Todos los que somos padres, o tenemos sobrinos, o hijos de amigos... o aún no tenemos el corazón necrosado, sabemos lo importante que es que un niño no pierda la sonrisa, y más en los casos en que es difícil sonreír. Creo que la gente de Theodora lo consigue, dejando sonrisas y llevándose los llantos en su mochila.
Pues no sé qué tienen que ver los bufones con el Pericote. .Respecto a los primeros nunca me han gustado ; desde pequeña me han producido miedo y pena; no se la razón, al igual que los payasos. He debido ser una niña rara.
En cuanto al Pericote nunca lo he visto bailar, lo hubiese recordado, como recuerdo las agradables sensaciones de la montaña del valle del Liébana, donde se baila; o el olor de la lluvia en los paseos junto al mar, cuando en mi infancia iba con mi hermana a aquel albergue en Poo de LLanes
ENERGÍA HECHA MUJER (para Conchita S.G., con todo mi cariño).
Cuando hoy recibí su llamada no pude más que afligirme y al tiempo pensar ¡ole tu fuerza y valor!. No necesita BUFONES que le arranquen una risa porque ella es risa, y solidaridad personificada, como ha demostrado contando cuentos a los niños del hospital. En unos días viajará más allá de donde se baila el PERICOTE, a un lugar donde también se funde la MONTAÑA con la LLUVIA; alimentará su energía para volver al sur y operarse del tumor maligno recién diagnosticado.
Sé que en septiembre podrás regresar a tu playa a respirar esa brisa del MAR que tanto amas.