JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS #COVID19, seguimos enviando nuestra pequeña aportación a luchar contra esta pandemia, enviando máscaras de protección donde se necesitan, a través HENBEA, empresa de juguetes educativos en Moralzarzal, que las fabrica sin cobrar la mano de obras, solo el coste del material, 3€ por máscara.
Hemos enviado 1000 máscaras a diferentes destinos: IFEMA, Hospital Gregorio Marañón y otros hospitales, Centros de salud y Residencias de Mayores de toda España, incluso a Alemania.
Para colaborar, aquí tenéis la cuenta de banco: ASOCIACIÓN CINCO PALABRAS Asunto: Máscaras contra el coronavirus BANKIA: IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336
Con los relatos y los audios de los escritores solidarios que estamos recibiendo estos días, estamos editando videos destinados a las personas que no puedan leerlos, pero sí escucharlos en las voces de sus autores. Por esta razón ha creado en Youtube la página ´JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS´ #ParaTiauquenoteconozco, donde todas las personas pueden compartir los relatos solidarios a quienes lo necesitan en estos dramáticos momentos.
CINCO PALABRAS colaborar allí donde se necesita. Ha enviado pañales a la Asociación LO VIVES MEJOR, con la ayuda de Protección Civil de Colmenarejo y Cobeña.
También está enviando antifaces y zapatillas para los pacientes del coronavirus en IFEMA.
Toda la información sobre la pandemia la puedes seguir en La Voz de la Sierra que dirige Juan Antonio Tirado.

En la cuarta semana del mes abril, nos ha enviado sus Cinco Palabras, la actriz Macarena García. Fue la estrella principal de la primera etapa de 'La Llamada' y posteriormente protagonista de la película, dirigida por su hermano Javier Ambrossi junto a Javier Calvo, interpretando el papel principal de María Casado. Macarena ya nos escribió un prólogo en diciembre de 2013. Desde el 2 mayo de 2013 protagonizó durante casi dos años este musical en el Teatro Lara.
Las actrices y actores del musical y la película de La Llamada que han colaborado con Cinco Palabras, tanto con sus prólogos, palabras o relatos han sido: Gracia Olayo, Belén Cuesta, Mar Abascal, Nerea Rodríguez, Lucía Gil, Roko y Richard Collins.
La llamada
Además, también nos dio sus cinco palabras el autor de la canción original de LA LLAMADA, Leiva. Con este tema fue galardonado en la 32ª edición de los Premios Goya en la categoría de “Mejor Canción Original” por La Llamada tema principal de la película del mismo nombre. Una cancíón que alcanzó la certificación de Disco De Oro a comienzos de este 2018, y ya se ha posicionado como todo un éxito de streaming. Además, el videoclip superó los seis millones y medio de reproducciones.

Las Cinco Palabras de Macarena García en este mes de confinamiento para nuestros relatos solidarios son las siguientes:
Morriña
Aldea
Tesoro
Ceniza
Tulipán 🌷
Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:
1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.
*Por favor, revisad ortografía antes de publicarlo.
*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
UNA DE LAS MEJORES ACTRICES ESPAÑOLAS
Macarena García consiguió muy precozmente su primer papel en un musical a los trece años, cuando interpretó a Canelilla en En el nombre de la Infanta Carlota, de Jana producciones, musical que estuvo en cartel durante varias temporadas en el Teatro de Madrid.
Trabajó en el musical sobre High School Musical como protagonista principal con Daniel Diges. A partir de ahí, ha participado en diversas series de televisión con personajes episódicos como Hospital Central, Punta Escarlata o El internado. En 2010 protagonizó la miniserie de Telecinco El pacto, donde interpretó a Ana, una joven que junto a su grupo de amigas decide quedarse embarazada. Sin embargo, el papel que la da a conocer al gran público es el de Chelo, la hija de los porteros en Amar en tiempos revueltos entre 2010 y 2012.
En cine, fue la protagonista de la adaptación española de Blancanieves, dirigida por Pablo Berger y estrenada en 2012. Un trabajo que le reportó importantes premios como la Concha de Plata a la mejor actriz del Festival de Cine de San Sebastián y su primer Premio Goya a la mejor actriz revelación.
En 2013 trabajó además en la serie de Antena 3, Luna, el misterio de Calenda, donde interpretó a Vera, una joven vital y soñadora que se enamora de Nacho (Fran Perea), un patoso guardia civil mayor que ella.También ese año protagonizó la miniserie española Niños robados interpretando a Violeta en el primer capítulo. En febrero de 2014 estrenó la primera temporada de la serie B&B, de Boca en Boca de Telecinco dando vida a Sonia, una joven estudiante de periodismo que empieza a trabajar en la revista en la que trabaja su madre (Belén Rueda).
En septiembre de 2015 Telecinco estrenó la segunda temporada en prime-time. En ese año protagonizó además la película para televisión La española inglesa de Televisión Española junto a Carles Francino y Lola Herrera, una adaptación de las famosas Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, y a final de año se estrenó Palmeras en la nieve, de Fernando González Molina, película en la que Macarena interpreta a Julia, una mujer adelantada a su tiempo que vive en la época en que Fernando Poo (ahora Bioko) formó parte de la Guinea Española.
En noviembre de 2016 se une al rodaje de la película Que baje Dios y lo vea, una comedia dirigida por Curro Velázquez y protagonizada por Karra Elejalde y Alain Hernández. El 2 de diciembre de 2016 estrena la comedia Villaviciosa de al lado de Nacho García Velilla. En ella da vida a una joven prostituta del local de alterne en el que se centra la trama de la historia. Comparte cartel con grandes cómicos del país como Carmen Machi, Carmen Ruiz y Yolanda Ramos entre otros.
En junio de 2017 se incorpora a la tercera temporada de la serie de Televisión Española El Ministerio del Tiempo, donde interpreta a la joven Lola Mendieta.
En enero de 2018 empieza a grabar para La 1 La otra mirada, serie que protagoniza dando vida a Manuela, la nueva directora de una academia de señoritas de la Sevilla de los años 20.
PROLOGUISTA DE ABRIL

Gonzalo de Gálvez Aranda
Presidente de la Fundación Un Colegio Para Todos
Arquitecto de profesión, dedicado a las construcciones escolares desde hace 23 años al servicio de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. En el año 2007 inició el compromiso de llevar a cabo proyectos educativos y construcciones escolares a zonas desfavorecidas del planeta a través de la Fundación Un Colegio Para Todos de la que es presidente y fundador. Nacido en Málaga en 1962, está casado y tiene 4 hijos, se confiesa creyente y agradecido de la vida, lo que le lleva al siguiente reto: “ningún niño sin colegio” para así conseguir una sociedad más justa.
LA CAUSA DEL MES DE ABRIL: JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS

Con la contribución de los socios de Cinco Palabras compraremos máscaras para enviarlas allí donde nos lo pidáis. Henbea ya ha enviado este material a hospitales de Granada, Aranjuez, Collado Villalba.
Si queréis colaborar, solo son 3€ por máscara, ya que HENBEA, no cobra mano de obras, solo el coste del material.
Aquí tenéis la cuenta de banco:
ASOCIACIÓN CINCO PALABRAS Asunto: Máscaras contra el coronavirus BANKIA: IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336

Hace unas semanas Mar Olayo se emocionó con la iniciativa de Cristina Marín Campos, donde pedía cartas de apoyo y esperanza para los pacientes de los hospitales. Mar, siguiendo las directrices de Cinco Palabras, propuso escribir nuestros relatos solidarios para todos los enfermos del coronavirus aislados en los hospitales y las personas que lo están pasando mal confinadas en sus casas.
Con lo relatos y los audios que recibe de los escritores solidarios, Mar está editando videos para que las personas que no puedan leerlos los puedan escuchar en las voces de sus autores. Por esta razón ha creado en Youtube la página ´JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS´ #ParaTiauquenoteconozco, donde todas las personas pueden compartir los relatos solidarios a quienes lo necesitan en estos dramáticos momentos.
Junto con los relatos, que enviamos a los hospitales todas las semanas, van nuestros audios solidarios. Mónica Rodríguez, desde Onda Cero Sierra, nos ayuda a difundir nuestros buenos deseos, esperanza y fuerza:
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO. (Semana 1)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 2)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 3)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 4)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 5)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 6)
CUIDEMOS DE NUESTRO PLANETA AZUL
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
NORMAS DE CINCO PALABRAS
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:
BANKIA
IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
Para cualquier sugerencia: contacto@cincopalabras.com
GANAS DE VIVIR
¿Sabes yo que hago cuando me entra la morriña? La dejo entrar, pero sólo un poquito. Cuando me lleva de nuevo a la aldea que me vio crecer, corriendo entre sus calles despreocupada, sonriendo a los días que se antojaban interminables, recupero el tesoro que esos días de verano guardaban y renazco de mis cenizas. Me prometí entonces que cada vez que la vida me invitara a rendirme plantaría un tulipán y lo cuidaría. He plantado unos cuantos desde entonces, y todos han tenido una lección para mí. Hoy te invito a plantar uno que recuerde tu fortaleza y tus ganas de vivir.
Sabíamos de su morriña.
Sabíamos de su necesidad de regresar a su aldea después de muerto.
Sabíamos que para él su mayor tesoro era que el conjunto de ceniza que en su día dio forma a su cuerpo, debía reposar junto al tulipán que su madre había plantado, años atrás, para que durante su sueño eterno, sintiera la dulce caricia de sus pétalos y el cuidado fervoroso de su raíz al no dejar de compartir con él su agua.
Con tanto tiempo tumbado esperando a que tu cuerpo venza al virus, a veces pensarás en tu infancia y seguramente sientas morriña por el pueblo o la aldea que fue de tus padres y abuelos.
Lo mismo no has regresado desde la niñez, pero guardarás en tu memoria, como un tesoro, recuerdos de lo vivido aquellos años.
Cuando te recuperes, aunque sea de visita, vuelve a tu tierra, a esa formada por sudor, sangre y la ceniza de antepasados que desde la otra orilla velan por ti.
Como agradecimiento llévales flores, rosas, margaritas o un simple Tulipán.
Igual, abrazados
Mi abuelo usaba, a veces, una palabra extraña que yo no comprendía.
-“Morriña”, me decía, escondiendo las lágrimas que su rostro lucía aunque él las ocultara.
Me narraba su aldea, compartía el tesoro de su lejana infancia mostrándome una foto gris, pequeña, gastada.
Ahora que es ceniza, tulipán y madera su voz en mi memoria, yo recuerdo su historia y abrazo esa tristeza, que entonces no entendía, con mi propia nostalgia.
En este abril insólito que nos encuentra aislados sólo para cuidarnos, cuando aquella añoranza nos roce las mejillas, podríamos calmarla con los ojos cerrados (así, ¿ven?), recordando…
Que tus ojos miren al futuro, sin pasados tormentosos
Avanza, pirata, sentirás la nueva morriña alegre de lo que está por venir…
Ajustas tu lente: “¡Aldea a la vista!”
Tu barco arriba a aquella isla: Tu corazón,
el cual es una tierra cálida y luminosa. Y…
descubres un tesoro: ¡No estás solo!
cerca de ti… ¡millones de corazones!
Entre todos formáis la viva y grande Tierra,
nacida nuevamente, cual Ave Fénix, de su ceniza…
Mira cómo gira mágica haciendo crecer cada día belleza…
¿Viste amigo?
Ya ha crecido un nuevo tulipán resplandeciente de amor y ha sido…
En tu corazón
Morriña, así llamaban en la aldea, lo que ella sentía en ese momento. En medio de la ciudad añoraba el campo y a su familia como a un tesoro enterrado en algún lugar al que ella siempre podía volver sin ningún reparo. Ese refugio estaba allí para ella, siempre lo estaría, se consolaba tras recibir la noticia. Aunque solo quedase ceniza de aquella casa que la vio nacer y el establo hubiese sido también devorado por las llamas, llevaría allí sus bulbos para ser alimentados por aquella tierra, su tierra y pronto podría llevar un tulipán cada día a la tumba de su madre.
Se terminó la morriña. Acabó el ansia infinita por el aire que su corazón de aldea reclamaba como ave libre. Finalizó la espera para recibir su más preciado tesoro, el abrazo de los suyos acompañado de continuas sonrisas. Venció la batalla más cruenta de su vida convirtiendo en ceniza su miedo; desterrando el virus agónico que lo estrangulaba. El pasillo de campeón que recibió al abandonar el hospital, le mostró la vida como un tulipán floreciente. Rodaron lágrimas manadas del corazón entre la lluvia de aplausos de las guerreras indómitas de bata blanca y mascarilla.
España, qué morriña tengo de ti.
Nuestras aldeas se abrazan, pero ahora las noto lejos. Menudo tesoro el nuestro, de país. Tenemos de todo, bueno y de calidad, pero hay que gritarlo más para que todos se enteren.
Que las cenizas de estos días no nos apaguen.
Somos fuertes e invencibles si nos cogemos de la mano, sólo necesitamos un empujón para mostrar nuestra mejor versión y salir de esta como ya lo estamos haciendo.
Toma mi tulipán y volvamos a colorear la vida que está muy fea bañada en lágrimas y aún no está todo perdido.
Abalconado en ola de Fisterra, su saliva, espuma marinera, hace escondite entre los dedos de mis pies descalzos, salta a mi boca, sabe a melancolía, a laúd de morriña.
No quiero secar mis pies y aún menos mi boca, y así, con abarcas de cuerda al hombro, encaro la vereda hacia mi aldea.
La brisa del inmediato antes me chista: “¡Shhh! Guarda el tesoro de ceniza, pero escucha, el límite frontera del hombre está detrás del horizonte”. Reto, avanzo dos pasos y él se aleja otros dos.
Me giro, un tulipán rojo surge en la mar. Sonrío.
Siento morriña, soledad, tristeza.
Vivo en una aldea en la que el mayor tesoro es poder vivir un día sin guerras.
Cae ceniza, se vive a medias, el tulipán no aflora, y las rosas mueren de pena.
Echando una pequeña mirada atrás, quién no tiene la tentación de sentir morriña?
Cuando podíamos visitar la cercana o lejana aldea predilecta, sin ninguna restricción…
Qué tesoro tuvimos… y no nos dimos cuenta!
Hoy que pareciera todo bajo ceniza, es momento de sacar fuerza de flaqueza!
Cómo?
Viendo la naturaleza…
Acaso no sabemos que después de la noche viene el día?
Que después del lúgubre invierno, donde nada da señal de vida, sucede el milagro!
Llega la primavera y florece el tulipán!
Así también nosotros,
Paciencia…
Renaceremos!
Un día nuevo viene!
A ti, que no te conozco, te envío unas letras desde mi corazón para decirte que no estás solo.
Tal vez la lluvia tras los cristales despierta tu MORRIÑA. Huele a hierba mojada, huele a flores y a fruta fresca, aromas de tu ALDEA. Huele a calor de hogar y sabes que en algún lugar tu familia te espera. Es tu TESORO, el alma de tu existencia.
Hoy he venido a barrer la CENIZA de este incendio inesperado. He venido a darte un beso y muchos abrazos.
Mira… ¿Ves? Ya florece el TULIPÁN que para ti hemos sembrado.-
Tierras fértiles. Exóticas. Promisorias de éxito y fortuna para el intrépido viajero que se embarca, joven e ilusionado, al Nuevo Mundo… Pero junto a la aventura se instala la realidad del emigrante, del corazón trasplantado que evoca y añora lo familiar y sencillo, la esencia de su patria chica. La morriña del indiano, agridulce aguijón que lo sostiene y alienta, lo devolverá un día a su querida aldea. Y al regresar, acompañado de un sudado tesoro en los bolsillos, descubrirá que, aunque la ceniza del tiempo haya esfumado su juventud, brota un tulipán en su terruño cada primavera.
A veces crece en el alma la morriña, no por la aldea lejana, sino por el añorado hogar, tan distante para algunos en estos días de pandemia. Es natural, porque en casa nos aguarda un verdadero tesoro de esperanza: el cariño, el confort, la seguridad y el cuidado que nos brindan los seres queridos. Allí barreremos esa ceniza densa y oscura que sin permiso se ha depositado en nuestros corazones y los llenaremos otra vez de luz, salud y alegría. Recuerda que el tulipán renace, fuerte y erguido, con el calor de la tierra y que la primavera retorna para todos.
Con morriña estoy yo al verte enfermar, mi España. Mi aldea, mi patria, mi país, mi tierra.
Un tesoro que cuidar, apoyar y amar.
Llena de Ceniza ahora estás, que hay que ahora volver a replantar con más de un tulipán.
Yo no quiero ver a mi tierra gris, sin luz.
España tiene un color especial que hay que recuperar para devolverle su sonrisa que ha perdido y tanto queremos.
NO QUIERO ESTAR SOLO
¿Fue la morriña?… más bien la necesidad de volver a su aldea.
—¡tanta gente aquí y tan solo!
Desvaneció al llegar y ver que la hiedra había conquistado a la piedra , que por las calles solo andaban las ortigas, que el único tesoro que guardaba la iglesia era el nido de la cigüeña y que la acacia del frontón estaba hecha ceniza.
Recapacitó volver entre la gente a la siguiente mañana.
Al amanecer, un coro de gorriones, vencejos y alondras llegaron hasta su ventana, en el umbral, había nacido un tulipán.
Entonces lo supo: nunca más volvería a estar solo.
El Ave Fénix
¡Hola!
Es muy chiquitita mi voz, pero quiero hacerte llegar un mensaje: Deseo que no te preocupes, aunque sé que lo harás. Que te quites la MORRIÑA y recibas de esas desconocidas personas, la medicina y el amor con que te cuidan cada día, aunque lleven mascarilla.
¿Sabes?:
Pronto regresarás a tu casa de la ALDEA, a ese TESORO tan bien guardado. Con tus manos, podrás retirar la CENIZA de la chimenea, y hacer a fuego lento, un buen cocido.
Confía en tu hacedor. Más pronto que tarde serás ese TULIPÁN que, como el Ave Fénix, resurge lleno de vida.
Los días van pasando llevándose las hojas del calendario. Descubriendo esa morriña que me recuerda aquellos tiempos cuando recorría la aldea, donde fui verano tras verano en búsqueda de aquel tesoro que no encontraba ningún año. Quizás se encontrase entre la ceniza, que siempre quedaba detrás de la lumbre que hacía mi abuela en la vieja antigua.
Al atardecer, nos íbamos por las eras, a pasar la tarde. Hubo un año que, cruzando por el regato, nos encontramos con un tulipán que daba un nuevo colorido al paisaje ese verano. Hasta las fiestas patronales se las dedicamos a aquel tulipán
Morriña de los días felices de mi infancia… Esos en los nunca pasaba nada y éramos libres para correr por las callejuelas de la aldea… Jugar a la búsqueda del tesoro, que quizás no fuese más que una simple tableta de chocolate que tu padre había escondido esa mañana.
Hoy, de todo aquello no queda nada, solo las cenizas de un pueblo fantasma, casas abandonadas con tejados hundidos.
Pero siempre hay esperanza… en una esquinita del jardín de mis recuerdos de juventud, aún crece un tulipán amarillo, de los bulbos que planté con mi padre… erguido, fuerte, maravilloso… Como él.
De niña desconocía el significado de la palabra morriña y tampoco prestaba mucho interés cada vez que la abuela suspirando me hablaba de ese sentimiento. Solo quince años después lo entendí. Fue cuando viajé a la aldea de la abuela, entonces portaba en mis manos un tesoro que acariciaba constantemente, la urna con sus cenizas.
Cincuenta años después la abuela volvía a su añorada aldea, allí bajo un roble descansará para siempre, me despedí de ella asida a un tulipán, por algo era su flor preferida.
Estábamos confinados en una zona maravillosa del norte. La MORRIÑA crecía, mirábamos por los ventanales de la bonita ALDEA y todo te invitaba a disfrutar de la brillante primavera. Era un estallido de colores abundantes flores de mil tonalidades, que solo recibía como invitados a las glotonas abejas, aprovechando estos paseos, se bañaban en el polen que las flores les brindaban. ¡Menudo TESORO nos estábamos perdiendo!
Entre la CENIZA de los últimos incendios del bosque, brotaba un TULIPÁN erguido, esbelto, que también esperaba a esas glotonas invitadas.
Galicia es muy bonita, hospitalaria, rica en paisajes tierra verde. Te enamora, te atrapa.
Me ha dicho un pajarito que estas triste, que sientes morriña de tu gente, de tu aldea, de tu casa. Que estas deseando ver a tu mayor tesoro, Carlitos, tu nieto.
Animo que ya queda poco para superar esta pesadilla, y cuando acabe, haremos una hoguera y convertiremos en ceniza todos los malos recuerdos de estos días.
¿Sabes una cosa?, ha crecido un tulipán precioso, rojo y amarillo, de los que plantamos cuando vinimos de Holanda. Él también está deseando verte y que le riegues tú, con esas manitas que tienes para cuidar todo lo que tocas.
¡¡¡Fuera tristeza!!!
Te puse por nombre Morriña en contra de toda la familia, no hubo nadie en la aldea que lo entendiera. Tú, “mi tesoro“, naciste cuando dejó de latir el corazón de tu padre. Su ceniza recién esparcida por nuestro mar de recuerdos en aquel jardín, donde al cabo de unos días brotó un hermoso tulipán, que me recuerda cada año al llegar este mes que no me equivoqué.
CON ILUSIÓN
¡Tengo tanta morriña¡ Ellos quedaron esperando con la comida en la mesa, el día que ya no pudimos salir. En la aldea nos reuniremos cuando salgas y haremos ese rico remojón, que tanto te gusta. Buscaremos en la sobremesa, el tesoro que esconde padre para que tengamos derecho a un café con pastel, ese con el que siempre nos seduce. La ceniza que quede de cocinar, la llevaremos al cobertizo para que te sirva de abono, como madre hiciera. Este tulipán que te enseño es uno de los que te esperan en el jardín de casa.
SENDA
En mi extravagante imaginario etimológico, “morriña” es el vocablo que resulta al fundir MOR (aféresis de AMOR) y RIÑA. Evoca contienda entre el amado terruño en que nacimos y la aldea que nos alimenta. Si escudriñamos el tesoro literario español, será difícil encontrar otro oxímoron tan bello como cruel.
Disculpen las divagaciones de un anciano; sobra ceniza y falta fuego en mi sesera. Soy como un tulipán doblando la cerviz. Pronto besaré la tierra y al bulbo que me parió.
No teman pisar mis pétalos; son la ofrenda que les brindo para que encuentren, felices, su propia senda.
POR MOMENTOS
Por momentos me disperso y la morriña me invade
le sonrío y le agradezco por lo que vino a contarme.
Tomo nota y la despido, no sin antes recordarle
que ella es siempre bienvenida, pero no puede quedarse.
Y de nuevo vuelvo a mí, entro en mi corazón
bella aldea donde mora, mi más preciado tesoro,
mis afectos, ¡mi valor!
Y se borran las fronteras, se disipa mi dolor
y el fuego de amor se aviva, reduciendo a ceniza
la nostalgia en mi interior.
Entonces alrededor todo comienza a brillar
y sonriendo miro al cielo cual erguido tulipán.
NADA SERÁ IGUAL
Cuando despierte de esta pesadilla, ya nada será igual. Surcarán mi rostro lágrimas impregnadas por la morriña del ayer al contemplar las fotografías de aquella aldea perdida. Allí, en las noches estrelladas del estío de nuestra juventud, nuestros cuerpos perdieron el miedo a sentir. Guardaré, como un tesoro cada beso, cada te quiero. El tiempo cubrió de ceniza tus cabellos. Tus manos derramaron cientos de caricias sobre mi piel desnuda y tu mirada bailaba con la mía cada amanecer.
Ahora, todo serán recuerdos convertidos en olvido. Todo se marchitará en mi alma, como cada tulipán que dejo sobre tu lápida.
Seguramente te invadirá la morriña al verte en el hospital, alejado de los tuyos.
En la aldea, todos estamos esperando ansiosos tu recuperación y tu regreso.
Cuando estabas cerca éramos incapaces de valorar el tesoro tan increíble que es tenerte en nuestras vidas y ahora, al acecharnos el temor a perderte es cuando descubrimos que en la ceniza de nuestra desafección todavía arde nuestro amor por ti.
Confiamos en que tu fortaleza vencerá nuevamente, como tantas otras veces y hasta que vuelvas, la casa se llenará de música, la tuya, y un tulipán alegrará cada día tu rincón de lectura.
Recuerdo con morriña los días de verano en la aldea. Miro al techo de la habitación del hospital, la cama me da vueltas y entre sueños busco un tesoro que hay escondido debajo de la cama.
Tengo fiebre, toso. Si la guerra no acabó conmigo, no va a acabar este bichito. La Concha no acaba hecha ceniza, la Concha está vieja, pero todavía es mucha Concha.
Hoy me ha regalado la enfermera un tulipán por San Jordi, porque rosas no quedaban. Es naranja, lo tengo en la mesilla. Lo miro, me da fuerzas y me dice: “¡Concha, tira pa’lante!”.
POR UNA SONRISA TUYA
Regálame una sonrisa
que me sirva de alimento,
pues esta morriña siembra
y en la aldea del recuerdo
arden restos de un tesoro;
la ceniza de algún sueño.
Regálame una sonrisa
que me ilumine por dentro.
Un arco iris de esperanza,
un desafío certero
aliviando una condena;
la prisión de tantos besos
que han de ver la libertad.
Todo aquello te prometo,
si me entregas tu sonrisa.
Que termine el desconcierto
y un tulipán crecerá
en lo alto de los deseos.
Despejada la mirada
levantaremos el vuelo,
con la sonrisa en los labios
y un mapa… tras un “te quiero”.
Morriña,
Déjate que te presente mi lugar llamada aldea.
¿Quién es aldea?
Un pequeño pueblo con personas con muy buen corazón y estos días están haciendo un gran trabajo. Tiene un tesoro que pocos conocen, su gran solidaridad. Cuando la conozcas, te quedarás atrapada en ella. Es tan necesaria y nos está haciendo tan buena gente…Últimamente está limpiando la ceniza para transformarla en esperanza, nuevos sueños, retos, felicidad… Paz. Solo falta el tulipán para que recupere ese color que la hacía tan especial y que pronto volveremos a ver. Estate preparado, que ya queda menos para volverla a abrazar. Ella se muere de ganas. Y tú, ¿tienes ganas?
Por error escribo de nuevo.
Morriña de risas
Morrina de abrazos
Morrina de normalidad
Soñando con ojos apretados ,en llegar a La Aldea:
-de los besos
-de los encuentros
-de la sonrisa.
Buscando con ahínco el Tesoro:
– de la familia
-del corazón
-de la serenidad
Debemos vernos haciendo Ceniza de “los guantes y mascarillas” que nos separan a unos de otros.
Agarremos el hilo de la cometa que nos lleva a un campo lleno de esperanza.
Un campo de flores ,de miles de colores, dónde destaca el Tulipán blanco símbolo de nuestro hogar.
CON UN TULIPÁN AMARILLO
Se alza la morriña entre columnas,
se te antoja el abismo a cada instante,
Interfiere en el recuerdo de tu aldea
un tesoro que piensas, es inalcanzable,
sin embargo,
es el amor de los de fuera,
que te llega, a pesar de la distancia,
en una ceremonia de esperanza
engalanada de medicamentos,
el que consigue convertir en ceniza,
con un fuerte estallido de luz
en los rescoldos de la tarde,
cualquier tristeza que quiera, sibilina,
desanimarte.
En un alba cualquiera a corto plazo
abrirán tu puerta
colmándote de aplausos,
con un tulipán amarillo,
un niño te dirá, estás curado.
¿Te entristece sentir morriña? No pienses en ella como algo negativo sino en un salto de tu imaginación para viajar a tu aldea, ahora que solo podemos hacerlo de su mano. Guarda entre tus sueños el poder de ese tesoro inmenso que nos hace volar sin alas, recorrer el mundo desde una cama, sentir la lluvia sobre nuestros rostros o incluso la ceniza de un volcán. Intenta cerrar los ojos y sumergirte en el océano, acariciar el lomo plateado de un delfín o el terciopelo de un tulipán de aquellos que compraste en tu último viaje a Holanda. Sueña…
Ternura
Los días tienen luz de morriña
y aroma de recuerdo.
Sobre la vieja aldea
planea un ángel
con alas de mariposa.
Los minutos tiernos
se guardan como un tesoro
y la ceniza de la chimenea
huela a hogar y hogaza de pan.
Entre las hojas rojas
de un tulipán
están los abrazos,
esperando que llegue la primavera.
El Camino
Algunos días al despertar me invade la morriña. Me pongo a soñar con montañas, verdes prados y con esas aldeas por las que pasaba cuando caminaba con mi mochila a cuestas, encontrando un sinfín de tesoros a orillas del camino. De vez en cuando, aparecían rescoldos y cenizas de un fuego ya apagado de algún caminante, que hubiera pasado la fría noche al raso mirando las estrellas. Pero también, ¡oh sorpresa!, entre tanta vegetación la nota de color la ponía ese tulipán rojo que renace cada año por primavera.
¡Hemos llegado!
¿Entiendes ahora el porqué de mi morriña?
¿No te parece la aldea más bonita del mundo?
Aquí, guardo retazos de mi niñez, como un tesoro. Los restos de ceniza en la chimenea son testigos de grandes veladas y ese tulipán al óleo, enmarcado en la pared, es la esencia de mi madre.
¡Enfermera, enfermera! creo que a María le ha subido la fiebre, está delirando.
Tranquila Marta, estoy bien.
¿Sabes que un viaje se disfruta cuando lo sueñas, al realizarlo y cada vez que le recuerdas?
En este iremos juntas, estrenando nuestra nueva amistad. Le disfrutaremos recordándolo durante años.
OLORES
Odiaba el olor de los animales, tanto como ese olor a leña, que ya tenía metido dentro de mi nariz.
Decidí marchar a la ciudad, seguro que allí todo sería distinto. Pasaron los años, ahora olía a perfume, los callos de mis manos habían desaparecido…y llegó el confinamiento por este virus maldito.
Siento morriña al comprender, que mi Aldea era un tesoro, que preferiría recoger la ceniza de la chimenea, disfrutar de un espacio abierto y comer las tostadas con tulipán que me hacia la abuela, en lugar de estar encerrada entre cuatro paredes, sin apenas ver el sol.
¡Socorro!
Conforme pasan los años siento la morriña más presente. Recuerdo con nostalgia los veranos en Latorrecilla, una pequeña aldea en el Pirineo Aragonés, un tesoro vamos. Aquellos veranos en los que todavía se podían hacer hogueras mientras bailábamos bajo cielos estrellados. Menos mal que las resacas las compensábamos y no solo limpiábamos las cenizas, sino que también teníamos la costumbre de ir a recoger tulipanes a los campos que colindaban con la casa de mis abuelos.
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Ya pasaban dos meses de confinamiento y me entró morriña de Estambul al ver que mis vacaciones se rompían en pedazos. Pensé en consolarme yendo a un pueblo cercano a mi aldea, quizás allí encontrara el tesoro que andaba buscando: un recipiente donde echar la ceniza de los cigarros que me fumo. Decidí ir y ¿Qué me encontré? Una caja de madera, con un tulipán pintado en su tapa, que podría serme útil. Nunca pensé que mi tabaco abonara tan hermosa flor.
Una intensa morriña se apoderó de mi ánimo. Añoraba mi vieja aldea: siempre había guardado, como un tesoro, el recuerdo de mi abuela y de mi infancia.
Tardé cincuenta años en volver. Del hogar familiar no quedaba casi nada. El resto del poblacho también estaba todo en ruinas, me adentré en los restos de la casa calcinada hace años. Cogí algo de ceniza e intenté adivinar de qué era, puede que de la alacena dónde se guardaba el chocolate. En medio de aquel desastre, un tulipán de cerámica se había salvado. A la abuela le encantaban los tulipanes
Fotos descoloridas,
cartas que amarillean,
traen hoy tu pasado centenario,
y lo recrean.
El día gris invita al recuerdo,
a sentir morriña hacia la aldea,
a acercarse al Miño, a la higuera,
a tu casa de piedra, a la vereda…
Tesoro varado en Pontevedra
que no quiere ser ceniza,
ni ahogar penas,
que aspira a abrirse como tulipán,
pues es abril, y es primavera.
El pincel, cansado de la sequedad del confinamiento, saltó del cubilete y despertó a las acuarelas, extirpando su lánguida morriña.
Azuzó al papel haciéndole reír con sus finas cerdas y exclamó:
¡No podemos permitir que el artista muera y con él su arte! Pintaremos su querida aldea con aquellos recuerdos de felicidad, cada vez que su abuelo se acercaba con una fina brocha y, sentándole sobre sus piernas, murmuraba: “Te voy a mostrar el mayor tesoro del hombre: su amor por el arte”. Y cubriendo las crines con agua y ceniza, pintaba lo que el nieto pedía: ¡un tulipán, abuelo!
Querida Concha,
No sabes la morriña que me está dando acordarme de ti, de cuándo estábamos juntas de pequeñas en la aldea.
¿Te acuerdas cuando organizábamos la búsqueda del tesoro? Cómo nos gustaba preparar cada pista y pasarnos la tarde entera buscando una tras otra. Recuerdo incluso que alguna que otra vez…nos escondíamos en el corral a fumarnos un cigarrito, ¿te acuerdas?! Luego teníamos que esconder bien la colilla y la ceniza para que tu hermana no se chivara.
Bueno, espero que te mejores, verás que pronto acabará todo esto que nos ha tocado pasar. Tengo muchas ganas de que nos juntemos de nuevo.
Querida Concha, te mando un beso como un tulipán hermoso y grande.