ESCRIBE TU RELATO SOLIDARIO DEL MES DE MARZO (I): MANUEL BANDERA, ACTOR

Esta semana tenemos las palabras del actor Manuel Bandera. Este actor malagueño vive “un sueño” en “A Chorus Line” gracias a Antonio Banderas.

Manuel Bandera está sustituyendo en el Teatro Calderón de Madrid a Antonio Banderas en el papel de Zach, el coreógrafo de Broadway que protagoniza el mítico musical "A Chorus Line".
Manuel ha agradecido el “regalo” de su amigo Antonio de dejarle protagonizar esta obra teatral, lo que es “un sueño hecho realidad”. Con él pudo hablar nuestra presidenta Mar Olayo tras una de las representaciones.

Bandera contó que Antonio lo avisó a finales de julio de que quería que le sustituyera y empezó a ensayar en septiembre, resalta el actor que interpreta a Zach, que se alegra de que finalmente tuvo “tiempo” de prepararse antes del estreno. “En Madrid estamos hasta el 17 de abril y empezamos el 23 en Barcelona hasta final de mayo”, ha destacado el actor, que asegura que Banderas no le ha dicho nada de volver a “A Chorus line” porque se encuentra con “su Company”, la obra teatral que está representando en el Teatro del Soho Caixabank de Málaga.

En origen estaba previsto que Antonio Banderas fuese el protagonista en Madrid, pero el estallido de la pandemia alteró tanto el estreno del musical en la ciudad previsto para 2020 como su presencia al frente del reparto. En su lugar, Manuel Bandera se incorporó al elenco del espectáculo, que cuenta con 26 intérpretes en escena y una orquesta de 15 músicos en directo, bajo la dirección musical de Arturo Díez-Boscovich.

Una gran carrera

Inolvidable protagonista en el cine de títulos como "Las cosas del querer", es además un rostro habitual del teatro musical en España, donde ha protagonizado obras emblemáticas como "La Bella y La Bestia", "El Zorro", "Cabaret" y "Chicago".

Comenzó su actividad teatral en Málaga y posteriormente se desplazó a Madrid, donde estudió educación física y baile y debutó en revistas teatrales. Se hizo muy popular en 1989 con su primera actuación cinematográfica en uno de los papeles principales de Las cosas del querer, película de Jaime Chávarri, la cual tuvo una continuación en 1995: (Las cosas del querer 2). En ambas películas interpretó coplas populares junto a Ángela Molina. Participó brevemente en ¡Átame! (1990), de Pedro Almodóvar, bailando un tango debido a su buena formación como bailarín. Volvió a trabajar con Almodóvar en Kika en 1993.

Teatro

Trabajó varios años en teatro, protagonizando musicales como El ZorroCabaret y Chicago (2009), dramas históricos como Mariana Pineda (1998), de Federico García Lorca, piezas clásicas, como Las bacantes (1996), de Eurípides u obras de autores contemporáneos como Trampa para pájaros (2009), de José Luis Alonso de Santos. Ha protagonizado junto a Bibiana Fernández la obra teatral de Félix Sabroso El Amor está en el Aire, la cual ha obtenido gran éxito. En la Gran Vía madrileña exactamente en el Capitol realiza otra obra llamada El amor sigue en el aire que deriva de esta última y a la que se han unido Olvido Gara (Alaska) y Mario Vaquerizo.

Televisión

Comenzó como bailarín en el concurso Un, dos, tres... responda otra vez en 1987.

Como protagonista interpretó al Rey Boabdil en la serie Réquiem por Granada (1991). Además presentó, junto a Bárbara Rey el programa musical Esto es espectáculo (1995).

Tuvo una destacada actuación en la serie El Súper, historias de todos los días en el papel de Ramón (1999).

En 2008-2009 interpretó a Ramón Rivas, el dueño de unos almacenes, en la telenovela Amar en tiempos revueltos. Entre 2011 y 2013 intervino en la serie Bandolera como Juan Caballero, en Antena 3.

A partir del 1 de marzo de 2019 el actor se incorporó a la serie Acacias 38 como Jose "El Choco", en La 1.

Fue el ganador de la séptima edición del concurso ¡Mira quién baila!

Las Cinco Palabras del actor de Manuel Bandera en las puertas del Teatro Calderón de Madrid para los escritores solidarios son las siguientes:

TEATRO
MÚSICA
BAILARÍN

CLAQUÉ
ACTUAR

CAUSA DEL MES DE MARZO: AYEPU

AYEPU es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para hacer efectivo el derecho a la salud para todas las personas, especialmente para las poblaciones más vulnerables de Gambia.

Es una asociación de voluntarios que nace de un grupo que ha estado trabajando durante cinco años en Gambia y conoce el funcionamiento del sistema gambiano de salud Actualmente llevamos dos años y medio trabajando como AYEPU.

En la actualidad tienen un convenio con su contraparte local “Batabuth Health Committee”, Asociación registrada en Gambia (Charitable Organisation)

PROLOGUISTAS DE MES DE MARZO: ANA ISABEL GUTIÉRREZ SALEGUI Y ÓSCAR HUGO MARTÍN DEL BARCO

Ana Isabel Gutiérrez es licenciada en Psicología, en las especialidades Clínica y Social y del Trabajo, por la Universidad de Salamanca (1999).

Actualmente colabora como Psicóloga forense en la Asociación Clara Campoamor Posee la Acreditación Profesional de Psicóloga Experta en Psicología Jurídica y Forense acreditada por la Federación Europea de Asociaciones dePsicólogos(EFPA) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos.

Óscar Hugo Martín del Barco. Médico de familia en Centro de Salud Cigales (Valladolid). Médico voluntario en cooperación desde hace 15 años con SAMU Sevilla en catástrofes, SEMHU, Proactiva Open Arms en el Mediterraneo, Coordinador de Ayepu en Gambia. Miembro grupo del trabajo inequidades en salud, salud internacional con Socalemfyc

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TERTULIA DE CINCO PALABRAS DESDE EL CONFINAMIENTO CON LOS ESCRITORES SOLIDARIOS

Juan Antonio Tirado, periodista, jefe de informativos de Onda Cero Sierra y Director de La voz de la Sierra, ha comenzado su iniciativa “TERTULIAS SOLIDARIAS de CINCO PALABRAS”, para dar a conocer a los Escritores Solidarios y todos aquellos que han colaborado en estos siete años de andadura y siguen colaborando.

En esta primera tertulia participan los siguientes escritores solidarios y colaboradores de Cinco Palabras:
Gracia Olayo
Soledad Olayo
Javier Olayo
Marga García Calvo
África Sánchez
Claribel Aránega
Lili Del Riego
Alicia Manzanares
Gabriela Vázquez

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NORMAS DE CINCO PALABRAS

Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:

1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.

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*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.

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32 comentarios sobre “ESCRIBE TU RELATO SOLIDARIO DEL MES DE MARZO (I): MANUEL BANDERA, ACTOR”

  1. El telón se había alzado desde el inicio de los tiempos. Se hizo la luz en el teatro de la vida. Los seres , danzaron la música a su manera, cada bailarín, interpretó su papel como pudo: unos, declamaron versos sobre la tierra arada, otros, forjaron metales a golpes, como si bailaran claqué sobre el hierro. Carlota, bella y consentida, tierra única, cautivó con su lírica a Erik, maltratado en el pasado y oculto tras una máscara. Llegó el terror sobre las tablas, se terminó de actuar, bramaron los cañones, y el telón del mundo, cayó para siempre. ¡NO A LA GUERRA!

  2. LOS TAMBORES DE LA GUERRA

    Levantado está el telón
    teatro de los horrores,
    tétrica música de guerra
    cuando suenan sus tambores.

    Alarmas antiaéreas
    anuncian el desastre;
    en tu boca el himno
    de la patria y de tu hogar.

    En las manos… un fusil
    empuñado por la rabia
    de quien sabe que le roban
    vida, honor y paz.

    ¿Qué sabrás tú de la guerra
    bailarín que del arte respiras?
    Convertidos en cenizas
    enmudecen tus zapatos
    su metálico claqué.

    Familias separadas
    se despiden de sus héroes.
    Bombas de racimo llueven…
    Muere un hijo, llora un padre,
    clama el desconsuelo de una madre
    suplicando a las conciencias actuar.

  3. SOY…

    En un estallido de incredulidad
    escondo rabia, ira,
    dejo todo mi dolor
    en un teatro abandonado
    donde la música
    dibuja en los labios
    de cada niño, hambriento, cansado,
    una expresiva e inocente sonrisa.

    Soy madre, hija, esposa
    de un hombre que llora,
    que debe empujarnos a la huida,
    y volver sintiéndose soldado
    de una inútil contienda
    en la que un oscuro cerebro,
    bailarín de danzas bélicas,
    le exige bailar claqué
    entre las balas.

    Soy el deseo mismo de actuar,
    de hacer algo,
    soy miedo, soy grito
    soy lágrima en cada rostro,
    soy el silencio en los tanques,
    de metralla, vacíos.

  4. El vodevil de la vida

    En el teatro de la vida
    donde la música
    no siempre va a compás.
    Donde el pie da traspiés,
    y el bailarín se acomoda a los ritmos.

    Suenan pasos de claqué
    sobre el asfalto y las aceras…

    (ritmo frenético de una danza
    sin ton ni son).

    Hablar, sonreír, llorar y bailar…
    actuar en este vodevil que es la vida.

  5. Ya desde niño quiso ser el centro de atención. Lloriqueaba si no era elegido protagonista en la función escolar de teatro y de adolescente adoraba escuchar su nombre en boca de todos, una música egocéntrica que le nutría de orgullo. ¡Él sería recordado más que cualquier artista, más que el bailarín Nuréyev o la cosmonauta Tereshkova! Él era Putin. ¡Qué más se podía pedir! Llegada la madurez necesitaba el paso de claqué definitivo con el que deslumbrar al mundo, un riffle cramp roll que dejara a todos boquiabiertos. Sí, tenía que actuar ya. Miró el mapa decidido: Pinto, pinto… gorgorito…

  6. Siempre se ha dicho que el mundo es un teatro, un discreto escenario decorado según la música que suene de fondo. Uno puede llegar a sentirse un bailarín; aunque nos falte elasticidad, flexibilidad o a lo mejor, sin más, el sentido del ritmo. ¿Cómo se escuchará en la distancia el sonido de la arrogancia? Quizá como una pieza de claqué. Con estruendos y golpes recurrentes que desdibujan el silencio ensordecedor. Quizá sea el momento de actuar, o de dejar de actuar. Hay demasiados actores pésimos. Ya no se va tanto al teatro. Nos creemos capaces de interpretar un papel inolvidable.

  7. ¡NO A LA GUERRA!

    Lágrimas negras llora la luna, en un rojo atardecer de muerte. Lágrimas que apagan sonrisas, cuando el miedo y la desesperación crece.

    Abiertas las heridas por la sinrazón, emprenden la huida con el corazón roto, con el alma desvalida.

    Empieza la función en el teatro de la tristeza, donde el director de la obra hace sonar la música fúnebre, en un réquiem por el actor principal, al que convierte a su antojo, en bailarín de claqué.

    Gritemos por la paz tan fuerte, que, el sonido del terror quede ahogado por nuestras voces unidas. Hay que actuar ¡NO A LA GUERRA!

  8. POR LA PAZ

    ¡Basta de sueños!
    Seguro que lo que escucho, no es la voz onírica, es la voz auténtica de pueblos que ruge desde el inmenso escenario en este gran Teatro del mundo.

    ¡¡PAZ!!

    Es un grito decidido abogando por trocar espantosos ruidos de cadenas de carros de hierro y traqueteo de cremalleras ametralladoras por acordes internacionales de música de

    ¡PAZ!

    Acallemos el temeroso ruido de botas guerreras y, como un solo bailarín, bailemos con zapatos de claqué.

    Si solo fuera un sueño,
    de él ¡pronto, despertad!.
    El mundo tiene un dueño,
    ese dueño es ¡LA PAZ!
    ¡Es la hora de actuar!

  9. POR LA PAZ
    ¿Es la vida un teatro? Quizás una partitura que, escrita en tonos mayores, los codiciosos se empeñan en oscurecer con acordes menores convirtiéndola en música triste, que cualquier bailarín ha de interpretar buscando mil vericuetos para hacerla amable. ¡Venga! Bailemos claqué y utilicemos ese rítmico y bello repiqueteo de pies, para aplastar la prepotencia e inhumanidad de esos demonios que no nos dejan vivir en paz. Tenemos que actuar y escribir en el pentagrama notas de convivencia basada en principios y valores; esos que nos inculcaron nuestros mayores.

  10. NO A LA GUERRA!!!

    Un nuevo día amanece en el teatro de la increíble realidad.
    Noches convulsas y horrible música de sirenas tronando en el cerebro de miles de inocentes.
    Un bailarín se entremezcla con las difusas imágenes de aquellos tiempos de paz.
    Una época añorada que la gente humilde y sencilla disfrutaba con grandes actores deslizándose y bailando claqué por un escenario en blanco y negro.
    Tonos tristes y olvidados del baúl de los recuerdos que vuelven a actuar en una guerra inhumana, innecesaria e interesada, que se dibuja con el color oscuro del siglo XXI.

  11. Sentado en el patio de butacas del teatro,su casa,así lo sentía.
    Sus personajes le habían dejado expresar: alegría,irá,miedo,tristeza,fe…la vida.
    Observaba el escenario.Una tenue luz iluminaba una pintura que representaba para él la esperanza.
    Sonaba música de violín que dejaba ver su alma llena de tristeza.
    Tenía que irse.
    Sus pasos sonaron ligeros y ágiles cómo de bailarín de claqué,al abandonarlo.
    Esta vez debía actuar en otro lugar,esperaba poder volver y encontrar todo en pié.
    Con su uniforme de camuflaje y su arma iba en busca de La Paz.

  12. ¡Que bonitas palabras de esta semana! Teatro, música
    bailarín, claqué y actuar. Cuatro de ellas, en mi vida, tienen un significado especial y la quinta, Claqué, solamente sé que es un tipo de baile.
    El Teatro en mi vida, es difícil describir lo que me ha dado la positividad de subirme a los diferentes escenarios, realmente me siento afortunado de haber encontrado El Teatro en mi vida y haber podido compartir escenarios con personas maravillosas.
    ¿Qué podía decir de la música? La música es como mi segunda sangre, mi vida, aquello que tiene la capacidad de hacerme feliz y diferente.

  13. Tras mis pasos

    El teatro abrió en aquella sesión de tarde, y el artista se preguntó cuantos vendrían durante la función mientras empezaba a sonar la música. Era humillante ser un bailarín de claqué ya veterano, y verse ahora en el dilema de actuar en funciones de tercera para pagarse una pensión y comida caliente cada día. No tardó en percatarse de la presencia de aquella mujer adulta entre un público fijo del que conocía a casi todos sus miembros. Tras finalizar, salió del teatro y la mujer le esperaba a la salida.
    – Le felicito – y el bailarín captó su emoción.

  14. Se abren las puertas del teatro y los asistentes ocupan sus asientos atropelladamente con conmovedor silencio. Las miradas no se dirigen al escenario como otras veces, están perdidas y se cruzan desorientadas.
    La música de la orquesta viene del cielo: una balada triste con cambios de tono de trombón, repetidos y secos que suenan en la distancia. El espectáculo es un pesado bailarín de claqué que “claquetea” sobre las calles y los tejados.
    Suena una gran explosión de bombo sobre sus cabezas y un fogonazo ilumina el escenario. Todo está en llamas. Ha llegado el momento de actuar los tramoyistas

  15. Se reunieron los productores. Mantenían diferencias pero en lo fundamental ambos estaban de acuerdo.
    Eligieron el escenario, el Teatro Europa les venía al pelo; la música era otro cantar ¿divertida y romántica? No, al guion le iba mejor el sonido de los tambores de guerra.
    No hubo discrepancias con el bailarín, especialista en danzas autóctonas interpretaba magistralmente tanto el claqué como la kalinka y nunca oponía objeciones si obtenía beneficio por pírrico que fuera.
    Llegó el momento de actuar, no entendió bien por qué a última hora cambiaron la danza pero siempre estaba preparado y el trepak le salió perfecto.

  16. Tragicomedia

    La vida humana es un gran teatro. Asimilamos nuestros roles en la niñez y repetimos ~ismos y prejuicios al pie de la letra. De adultos, unos viven para conquistar el escenario subyugando a los demás. La mayoría pertenece a la audiencia pasiva que imita a la primera fila, auspiciadores poderosos que lucran con la puesta en escena. La música puede ser disonante, el bailarín principal un criminal o el claqué evidencia brutal del pisoteo, pero aplaudirán. Puedes elegir entre actuar, emular o abandonar la función. O volverte un crítico mordaz contra la ignorancia, el condicionamiento y el egotismo.

    Paz en Ucrania

  17. ¡ACTÚA!
    Frente al televisor, maldigo al infecto mandatario ruso. Como en un teatro de títeres, chillo al lobo estepario cuando aparece en escena:
    ¡Lobo malo, vete!
    Vuelvo a gritar para avisar al escolar ucraniano que baila despreocupado al són de la música que toca al violín un viejo profesor:
    ¡Eh, bailarín, corre que viene el lobo!
    Relamiéndose el hocico, el lobo danza un siniestro claqué que anticipa la masacre.
    ¡A cenar! –grita mi esposa.
    Apago la tele y descorcho el vino. Tenemos invitados a cenar y me toca actuar como un buen anfitrión.
    Por cierto, ¿de qué os estaba hablando?

  18. NO

    ¡No quiero asistir al teatro que nos ofrece el lobo disfrazado!
    El ruido de tanques y misiles, sobrecoge y asusta.
    Pido para los habitantes del planeta, música alegre que invite a danzar como un bailarín con zapatos de claqué. No me gusta ver actuar sin conciencia, destructores de pueblos y vidas, con el afán de conseguir poder y ego. No quiero participar de esa falsa, que solo deja dolor y llanto. División de pueblos y heridas que no se cierran. ¡No, a la muerte de mi hermano! ¡No a las armas, no a las falsas promesas! ¡No a la guerra!

  19. Clavos y frentes
    (seguidillas)

    Entre gritos, teatro,
    guerra y palabras
    suena música sorda
    golpes que danzan.

    Bailarín taciturno
    claqué con fuerza
    cuando actuar es la vida
    el clavo es pena.

    Se clava el tanque
    tablaos de conflictos:
    hombres y sangre.

  20. Nanas de la guerra

    Ya suenan las alarmas
    no es un teatro,
    mi niño tiene miedo
    y yo lo abrazo.
    Ruido de bombas
    no conoce esa música,
    y él solo llora.

    Su padre lleva un arma
    su madre huye,
    el niño entre sus brazos
    que no se asuste.
    Y en su despacho
    el loco bailarín
    sigue danzando.

    ¡Qué pare ese claqué!
    Mi niño duerme.
    Ya nadie quiere actuar,
    las balas duelen.
    Infancias rotas
    dejan siempre las guerras.
    Mi niño llora.

  21. UN DESEO SENCILLO PARA UN GENIO
    Tiempo para ir al teatro, para escuchar música, para saltar sobre los charcos como un bailarín de claqué. Tiempo para leer, para viajar, para salir con los amigos, para disfrutar de la familia, para aprender cada día en el trabajo y en la vida. Tiempo para actuar como un ser humano, preocupado porque se le escapa entre los dedos como la arena de un reloj. Tiempo para empezar de nuevo, aunque sea de cero. Tiempo para todo, para nada, para pararse a contemplar cómo pasa y sobre todo para poder hacerlo en paz.

  22. El teatro se vuelve refugio,
    la música calla a la espera.
    El bailarín cuelga sus zapatillas
    a modo de bandera
    mientras se calza los zapatos de claqué.
    Subido al escenario,
    se revela.
    Sus pues chocan,
    las suelas gritan,
    revientan el suelo
    protestando con fuerza
    que pare esta absurda intrusión.
    Nadie debe actuar
    con el ruido de fondo
    de las bombas,
    entre gritos y carreras
    llantos,
    sollozos,
    sufrimiento que se mastica y duele.
    Sobre la soledad del escenario,
    el bailarín clama:
    “Parad esta absurda obsesión,
    que la guerra y la muerte cejen su empeño,
    que la Paz sea el próximo estreno”.

  23. Con luces largas

    Así empieza la obra de teatro: dos personajes que miran el tiempo pasar, entre los susurros del viento en las ramas de los olmos dibujados en el atrezo. La música del cierzo que azota los cristales, o tal vez sean los elfos que llaman para entrar en sus conciencias.
    El bailarín comienza su claqué mientras la danzarina se desliza por el escenario cual cisne blanco bailando por el lago.
    Queda una semana para el estreno. Ensayan y piensan a medio plazo con luces largas, cómo actuar para deslumbrar al público que aguantará largas colas para disfrutar de la función.

  24. Nací libre.

    Nací libre… no actor en un belicoso y letal teatro de operaciones.
    Nací libre… no para escuchar la música cruel de las detonaciones o los silbidos de los proyectiles a mi alrededor.
    Nací libre… no extravagante bailarín sometido a saltar barricadas.
    Nací libre… no para hacer un ridículo claqué, al ritmo del repiqueteo de las armas de asalto, o el caer de los escombros de los edificios de mi barrio.
    Nací libre… no para escabullirme, o actuar entre las sombras, como si no fuera yo, como si no tuviera derecho a la vida, como si no hubiera nacido.

  25. Damas y caballeros, ¡haya paz, siempre paz! Y… va a empezar la función, que nadie salga del teatro porque les necesitaremos, sí, a cada uno de ustedes.
    ¿Escuchan esa música?
    ¡Usted, señora, será una gran diva! y…
    ¡Usted, caballero! Aunque aún no lo sabe nos impresionará a todos como bailarín de claqué… ¿Nervioso?
    Este teatro será tan grande como…
    ¡El mundo!
    Y sus focos serán… ¡Miren allí arriba! ¡El sol!
    Abran bien los ojos porque durará 24 horas, 365 días.
    Además… Todos los de alrededor serán protagonistas por igual. Prepárense para actuar, y recuerden…
    Pongan: ¡paz, amor, alegría e ilusión!

  26. Quiebre

    La insensatez estrena
    su dramática obra
    en el teatro del mundo.

    ¡Qué silencio profundo!
    cada palabra sobra
    si no explica la pena.

    Con la música oscura
    de una orquesta que llora
    y un público que implora
    el fin de la locura…
    un bailarín se quiebra.

    Su agobiado claqué,
    pregunta para qué
    puede servir la guerra.

    Y no le aterra actuar
    sino quedar callado,
    como quien ha aceptado
    la destrucción del hombre.

    Nadie pregunta el nombre
    de la bala que hiere
    (-¿es ucraniana? ¿es rusa?)…

    porque de todos modos
    -y cualquiera lo infiere-
    esta tragedia cruza
    la humanidad de todos.

  27. TEATRO
    MÚSICA
    BAILARÍN
    CLAQUÉ
    ACTUAR

    EL RUSO PUTIN INVADE UCRANIA II

    En otro gran teatro de la vida
    se estrenó una nueva obra en Ucrania,
    cuya música fue sustituida
    por ruidos de la nazi Alemania.

    El otrora cómico… y bailarín,
    ahora presidente en ese Estado
    pretende resistir hasta el fin
    junto a ese gran pueblo denostado.

    El claqué también fue sustituido
    por otro sonido diferente:
    la voz de todo un pueblo oprimido
    al que se le ha unido Occidente.

    Y Occidente ha tenido que actuar
    con fuertes sanciones al tirano.
    Ojalá se consiga lograr
    que el último acto sea más humano.

  28. Mañana comenzamos el ensayo para la actuación de Navidad en la Casa de Cultura, una obra de teatro que se llama: “Dímelo con música”. Ven a verlo si quieres, nos dejan llevar un acompañante y siento que te va a gustar. Recuerda que no puedes revelar a nadie que estará con nosotros el mejor bailarín de claqué de todo el país y que por eso la obra se titula así. ¡¡Verás como al final te aficionas y te entran las ganas de querer actuar!!

  29. El mundo,
    es un teatro del que quisiera escapar,
    cerrando el telón,
    no queriendo ver el terror.
    No hay música ni baile que
    atempere la mente del maldito dictador.
    Se cree un Dios y solo es
    un patético bailarín que
    danza sobre los pueblos
    y cuál macabra marioneta,
    crea el ballet de la guerra.
    Pisotea,
    salta sobre los cuerpos que van cayendo,
    a su orden,
    sin remordimiento alguno
    como una pieza de claqué,
    haciendo sonar las botas
    con las que aplasta su conciencia.
    Malos tiempos para actuar
    con tan indeseable música de fondo.
    Aún así.
    La función empieza.

  30. Que cambien el guion

    La tramoya preparada
    una vez más
    para otra pieza
    de teatro absurdo.
    La música decepciona
    y aburre por manida.
    El bailarín de turno
    intenta en vano
    cambiar la coreografía:
    al desplegarse el telón
    la función –siempre–
    es la misma.

    El ritmo de su claqué
    languidece aplacado
    sobre tablas vetustas
    y las máscaras ajadas,
    cansadas de actuar,
    van cayendo una a una.
    El juego al descubierto
    carece de efectos
    y apenas cautiva:
    la realidad se impone
    ante tantos sofismas.

    Que cambien el guion.
    Que aplaudan otros.
    El público se retira.

  31. Esta vez no era TEATRO. Era la realidad, espeluznante, sórdida, salvaje y absurda. La MÚSICA estaba inmersa en tambores de guerra, cuando el BAILARÍN perdió sus zapatos de CLAQUÉ y le obligaron a tomar un fusil.

    Para defender a la patria, le dijeron, sería un héroe, le recompensarían si caía en la guerra contra Ucrania. Por una vez decidió ACTUAR , sin libreto, sin partitura ni coreografía. Esta vez se quitó la ropa, y se diluyó entre los patriotas que defendían la libertad.

  32. No puede imaginar su vida sin el arte, desde aquella vez que su madre, después del colegio, la llevó a ver “Cinco horas con Mario” en el Teatro Lara. Era demasiado pequeña para entender a Miguel Delibes, pero la actuación de Lola Herrera quedó grabada en sus retinas. Pocos meses después disfrutaron del musical “El diluvio que viene” cuya música sigue tarareando. Recuerda también las tardes que se deleitaban viendo películas románticas de su bailarín de claqué favorito, Fred Astaire, a quien siempre imitaba.
    Hoy, cuando sale al escenario a actuar, mira al cielo y agradece su amor e inspiración.

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