En la cuarta semana de marzo, tenemos las Cinco Palabras de la presidenta de Amigos de Nyumbani y prologuista de este mes, AMOR SOLA MÉNDEZ.
Amor lleva enrolada desde el 2011 en este proyecto de Amigos de Nymbani en Kenia, Estados Unidos y en España.
LAS PALABRAS DE LA SEMANA
Las palabras de la presidenta de Amigos de Nymbani para los Escritores Solidarios de Cinco Palabras son:
HOGAR
ARCILLA
AGRICULTURA
SEQUÍA
ZAPATOS

8937 km Madrid - Nairobi
¿Nos ayudas a sumar kilómetros?
Inscríbete e indícanos la actividad deportiva con la que sumarás tus kilómetros. Fecha de inscripción del 1 al 21 de marzo.
(PARA RELLENAR)

PROLOGUISTA MARZO
Amor Sola Menéndez, presidenta de Amigos de Nymbani y bióloga marina.

Además Amor Sola nos invitó a conocer más sobre su ONG. "Si queréis saber algo mas de la labor de Nyumbani en Kenia , y de su fundador, voy a dar una conferencia vía zoom al club de Antiguos alumnos de Georgetown este miércoles día 3, a las 7.30 pm. A las que os apetezca verlos, aquí os adjunto la invitación y el link por si os queréis conecta".
https://georgetown.zoom.us/j/8645204465
CAUSA DEL MES DE MARZO
La causa de este mes de MARZO es AMIGOS DE NYUMBANI (AdN) que nos llegó a través de Bárbara Perconig, compañera de Iberia de la presidenta Mar Olayo, quien colaboró en el última Cena Anual de Cinco Palabras donándonos obsequios de PORTOROSE y BARBERÁ CLINIC junto a Julia Barberá.
Amigos de Nyumbani (AdN) es una Organización no gubernamental y sin ánimo de lucro creada en 2007, con el objetivo de apoyar desde España la labor iniciada en Kenia por el Jesuita Ángelo D’Agostino, fundador de la ONG keniata “Nyumbani”, dedicada íntegramente a los niños huérfanos por causa de SIDA. Amigos de Nyumbani centra sus esfuerzos en desarrollar proyectos orientados al beneficio y crecimiento intelectual, social y emocional de estos huérfanos, así como la captación de fondos, actividades de información, sensibilización y gestión del voluntariado en Kenia. (www.amigosdenyumbani.es )
Nyumbani Kenia (COGRI) es la ONG beneficiaria, fue fundada en el año 1992, por el ya fallecido Padre Ángelo D’Agostino, Jesuita de la Universidad de Georgetown y Doctor en Urología y Psiquiatría, destinado en Nairobi, (Kenia) en los años 90. Father D'Ag, como le llamaban sus allegados, luchó por los niños huérfanos del SIDA hasta el final de sus días. Creó un orfanato, donde acogió a muchos niños seropositivos que habían sido abandonados, aportó la conciencia de la orden en la educación de los huérfanos basados en los valores cristianos. Fue el primero en luchar por los derechos de los niños al acceso a la educación, apelando al sentido común y social de políticos y gobernantes para la readmisión de estos huérfanos en centros estatales que hasta esa fecha eran rechazados por miedos fundados en la ignorancia y desconocimiento de los mecanismos de trasmisión de la enfermedad. Finalmente esta lucha fue recompensada, y el Padre D’Agostino, ganó la batalla legal contra el gobierno de Kenia y consiguió la admisión de los huérfanos en la escuelas públicas. La lucha y los valores cristianos de Father D’Ag, han sido reconocidos ampliamente por muchas organizaciones dedicadas a la filantropía, denominada su labor como una inversión en espíritu, dignidad y calidad humana. (Global Philanthropy and Remittance, 2011)
TERTULIA DE CINCO PALABRAS DESDE EL CONFINAMIENTO CON LOS ESCRITORES SOLIDARIOS
Juan Antonio Tirado, periodista, jefe de informativos de Onda Cero Sierra y Director de La voz de la Sierra, ha comenzado su iniciativa “TERTULIAS SOLIDARIAS de CINCO PALABRAS”, para dar a conocer a los Escritores Solidarios y todos aquellos que han colaborado en estos siete años de andadura y siguen colaborando.
En esta primera tertulia participan los siguientes escritores solidarios y colaboradores de Cinco Palabras:
Gracia Olayo
Soledad Olayo
Javier Olayo
Marga García Calvo
África Sánchez
Claribel Aránega
Lili Del Riego
Alicia Manzanares
Gabriela Vázquez
Visita nuestra tienda solidaria para adquirir la pulsera de Cinco Palabras PINCHA AQUÍ: Tienda On Line
Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:
1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.
*Por favor, revisad ortografía antes de publicarlo.
*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.
*Si quieres mandar un audio con tu relato solidario leído por ti, envíanoslo a contacto@cincopalabras.com
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
NORMAS DE CINCO PALABRAS
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:
BANKIA
IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
Para cualquier sugerencia: contacto@cincopalabras.com
Nacieron, crecieron y vivieron repletos de ilusión y felicidad, a pesar de llevar la mochila de sus vidas repleta de pobreza. No necesitaron ningún castillo, de hecho, ni siquiera era de piedra o cemento su morada, sus cuatro paredes de arcilla albergaban más amor que cualquier mansión de lujo. No vieron llegar al monstruo; la avaricia de la industria contaminó los ríos y envenenó la agricultura. El infierno en forma de sequía los obligó a cambiar las sandalias por zapatos y la hierba por hormigón. Emigraron como tristes aves sin retorno a un lugar sin alma.
En estos meses, he construido mi hogar, al igual que modelaba aquella arcilla para crear aquel cenicero.
También estos meses tienen muchísimo que ver con la agricultura, si, han sido meses de volver a sembrar nuestra semilla y aguantar hasta que renazca en plena sequía social. La que nos ha permitido limpiar los zapatos y echar nuestros primeros pasos, en un mundo socialmente diferente.
Mi hogar en mi mundo interior, ha experimentado un crecimiento maravilloso, simplemente escuchando al silencio. Un silencio especial, donde descubrir la voz de mi esencia, la misma que saborea estos tiempos de triunfos, que son fantásticos.
MI HOGAR ERES TÚ
Tu corazón es mi hogar,
mi destino,
mi lugar;
verdad de piel y zapatillas.
Tu cuerpo y el mío
son arcilla fresca en nuestras manos.
Labriegos somos;
agricultura que siembra
de risas, besos y pasión
cada uno de nuestros despertares.
Recolectamos mil maneras
de decir…
“Te quiero”
con un… “para siempre” conjugados.
Los hay que no entienden…
Ellos dicen que al amor
lo fulmina el tiempo,
y le ataca la sequía
cuando avanza la rutina.
No saben…
que a caminar aprendimos
calzando los mismos zapatos;
comprendiendo que en el amor
el dolor que se comparte
une más, y pesa menos.
La anciana sujetaba una gran llave, que durante generaciones custodio la casa familiar, el hogar de sus antepasados, cuyo sudor y sangre habían dado color a la arcilla del suelo.
Siempre dedicados a la agricultura en aquel valle ahora inundado por unas aguas que saciaban la sed de otras tierras.
Había visto en la televisión como la sequía había dejado al descubierto la torre del pueblo sumergido.
Recuerda las últimas fiestas ya tan lejanas. Estreno sus primeros zapatos y descubrió el amor.
Que diferente habría sido su vida si se hubiera quedado.
Deseaba volver al valle por última vez.
Aprender para enseñar
Era muy pequeño cuando ya soñaba con salir de su hogar y ver otros mundos, donde las casas no fuesen de arcilla, donde la agricultura no dependiera tanto de esa sequía que impedía el crecimiento del cultivo, donde su vida no dependiera tanto de los señoritos con zapatos de charol que venían a pisar sus tierras labradas para pagarles dos perras por unas cuantas cajas de tomates y un par de sacos de patatas. Era pequeño pero soñaba a lo grande. Aprender para enseñar, que no aprender para engañar.
CONSECUENCIAS IV
¿Por qué hacerme sentir que tenía un hogar?
¿Para qué convertir mi corazón en arcilla?
¿para poder moldearlo a tu antojo?
el corazón que no se puede entregar,
es aquél que tiene clavada una astilla,
corazón con maltrato, es corazón cojo.
Y tu agricultura del amor secreto,
en que has convertido una relación sana,
que a nadie le ofende, ni le ofendería
si tú no buscaras, por mayor efecto,
secreto, que a nadie, fuera a redundar:
amor escondido, amor con sequía.
No es que no me quieras, pues nunca lo has hecho,
me has sacado brillo, delante del mundo.
Si fueran zapatos, corazón y alma,
quizá tan lustrosos, te darían derecho
a presumir de mí, y así me confundo:
¿me odias del todo?, o¿ un poco me amas?
J. Bris
Llegó a su hogar, la arcilla estaba pegada a sus pies. ¿De dónde viene? Viene del campo, ¿olvidaste que él ya era parte de nosotros? Sí… Hace tanto tiempo que… pensé que no había ocurrido. La agricultura era próspera en aquel lugar pero llegó la seguía y nada volvió a ser igual. La tierra no daba frutos, ni salían raíces… Entonces alguien, alguien que conocía aquella tierra, la hizo brotar de nuevo… Solo había un extraño enigma que resolver: No parecía humano, aunque quería ser familia… “Volveré algún día, esperadme”
Le di unos zapatos y…
¡Nos hizo una gran cena!
Alli encontró su Nyumbany, su hogar en su lengua materna, y también su comida en un sencillo plato de arcilla. Su familia siempre se había dedicado a la agricultura, pero cuando él nació la sequía ya había empezado a quitarles lo poco que tenían. El resto lo hizo el Sida enemigo invisible, que de un plumazo lo dejo solo con cinco años. Y allí en Nyumbany encontró también su futuro, pudo estudiar, aprender un oficio. Hoy a cobrado su primer sueldo y con el se ha comprado unos zapatos. Los primeros zapatos nuevos de su vida
¡Hogar, dulce Hogar!!!
¡Sí,con mayúscula!
“Hogar” que moldeamos como si fuera arcilla.
Reunidos en la mesa, mis padres, mis hermanos y yo conversábamos.
Hablábamos sobre cosas del campo. En especial sobre ese enemigo crónico de la agricultura llamado sequía.
¿Tendríamos buena cosecha?
¿Ibamos a tener restricciones de lluvia?
Por si acaso… cantábamos a partir de las tres de la tarde. Era como un llamamiento a Zeus, Dios del firmamento y sus fenómenos; la lluvia, el trueno, el rayo.
Nos poníamos nuestros zapatos y salíamos al exterior para acompañar nuestras voces con la danza india.
Cualquier cosa por nuestras cosechas.
Nuestro sueño
Cansados, de la gran ciudad, decidimos trasladarnos, a un pequeño pueblo, lejos, de la polución y el ruido. Dejamos nuestros trabajos, y construimos nuestro bonito hogar, con arcilla y piedras.
Invertimos todos nuestros ahorros, en comprar las tierras, para realizar nuestro sueño: dedicarnos, a la agricultura ecológica.
A pesar, de alguna que otra sequía, hemos conseguido vivir, de los cultivos naturales cada vez, más demandados.
Cuidar el planeta y a las personas que lo habitan, sigue siendo, nuestro objetivo.
Cambiar los zapatos, por albarcas, fue, sin duda, una gran decisión.
VOCACIONES
Por norma, disfruto en mi hogar de las cosas sencillas. Modelar con arcilla, barro, plastilina o cera es algo que me resulta muy gratificante, aunque me lleven tiempo y esfuerzo, el resultado siempre me compensa.
En casa aprendimos a valorar la agricultura, fue nuestro sustento y procuré colaborar, pero no es lo que me hace crecer. Luchar con la sequía, el granizo o las heladas, me frustran, no tengo esa pasta. Aunque aprecio sobremanera a mis mayores, cuando me dicen que debo calzar los zapatos de otros, para estimar lo que de verdad nos hace personas.
En busca del valle encantado
Al abrigo del hogar, modela un nuevo trozo de arcilla. Recuerda las aventuras durante el tránsito hacia nuevos horizontes, la libertad que perdieron después de descubrir la agricultura.
Ya no oyen los mensajes del aire, los que contaban las piedras, las cuevas; no hay conquista, la lucha es diferente. Una pertinaz sequía se ha apoderado de sus cerebros cercados como el poblado que habitan.
Sueña con otros animales y otros lances… Decidido, se marcha a cambiar el mundo…Pero, cae de bruces sobre los zapatos que esperan al borde de la cama para comenzar la realidad de un nuevo día.
LÁGRIMAS PARA REGAR
Duele la miseria
por muy ajena que la veamos,
algunos,
sentimos el destierro de la piel
en un hogar que no sueña,
juntamos arcilla con besos,
besos con sabor a tiempo,
tiempo como regalo,
de las tinieblas sacamos lucha,
con las sonrisas bailamos,
dejamos en la agricultura
simientes con nuevo grano,
les enseñamos la siembra,
y el trabajo con las manos.
La miseria duele,
más, si no la miramos,
en una voluntad ciega
de no involucrarnos.
Algunos,
se esfuerzan en el llanto
para regar de lágrimas la tierra,
consiguiendo,
que no lleve el hermano,
nunca,
la sequía en sus zapatos.
No era esta la idea de hogar que se había imaginado. Mentiras. Viéndole en el sofá bañado en cerveza, gritando como un psicópata a los jugadores de la pantalla, se preguntaba dónde se había equivocado. Cansada de su vida, tomó la figura de arcilla y hierro, espantoso regalo de su suegra, y comenzó a golpearle en la cabeza: ¡Ya no te burlarás de mis compañeras de agricultura ecológica, ni de mi trabajo en el campo, ni de la “sequía de mi vagina” como dices para humillarme, ni me obligarás a ponerme los odiosos zapatos de tacón, para satisfacer tus fantasías!