Conocimos a Aurora González, a través de Carmen Quirós, y su proyecto BATACUELLOS. Esta gran mujer no dudó en colaborar con nosotros cuando le pedimos batas de protección para enviarlas junto con las pantallas de protección de Henbea a las residencias de algunos pueblos de España. A ella, en honor a la labor que los ciudadanos de Paracuellos están realizando, le hemos pedido sus CINCO PALABRAS.
Como Aurora nos comenta el proyecto comenzó el 25 de marzo: "Buscando dónde poder colaborar para ayudar en esta crisis, encontré un grupo en Madrid que confeccionaban batas con bolsas de basura y decidí colaborar con ellos y reclutar más ayuda entre los vecinos del lugar donde resido, Paracuellos de Jarama".
Aurora se buscó colaboradores, "A través de los grupos de whatsapp de vecinos y del grupo de padres y madres del colegio de mis hijos. En dos días conseguí un grupo de casi 30 personas, con lo que me separé del grupo de Madrid, sin dejar de mantener el contacto porque anima mucho ir compartiendo avances e incluso patrones, material…".

El equipo tiene ya hasta nombre “BATACUELLOS” y todos y cada uno de los miembros "están entregados a la causa y tienen un corazón enorme".
En ese momento comienza la aventura en Paracuellos, "el equipo estaba dispuesto, pero sin apenas material, me puse en contacto con supermercados y grandes superficies, pero es complicado si eres un particular sin fuerza y a través de estos grupos aparece un vecino que nos consigue donaciones de empresas y de una asociación, también contacté con la concejala de Servicios Sociales que nos ayudó mucho", puntualiza.
Aurora destaca que han conseguido confeccionar "169 batas y entregarlas a una enfermera vecina del Hospital Infanta Sofía. Seguimos días tras día, y hoy, un mes después, ya hemos entregado más de 4.300 batas en más de 30 centros entre Hospitales y Residencias y somos 90 personas trabajando con mucha ilusión, cosiendo batas, sellando batas con planchas, buscando donaciones, organizando equipo, buscando más voluntarios a través de redes, recogiendo y entregando material por las casas y un taxista voluntario que se nos ha unido recientemente, que nos está facilitando lo más difícil, que era hacer llegar a los centros las batas".
Ángel Martínez La Orden entregó a Mar Olayo las batas que Cinco Palabras les solicitó para enviarlas, junto a las pantallas de protección, a las Residencias de Mayores donde las necesitaban.
TERTULIA DE CINCO PALABRAS DESDE EL CONFINAMIENTO CON LOS ESCRITORES SOLIDARIOS
Juan Antonio Tirado, periodista, jefe de informativos de Onda Cero Sierra y Director de La voz de la Sierra, ha comenzado su iniciativa “TERTULIAS SOLIDARIAS de CINCO PALABRAS”, para dar a conocer a los Escritores Solidarios y todos aquellos que han colaborado en estos siete años de andadura y siguen colaborando.
En esta primera tertulia participan los siguientes escritores solidarios y colaboradores de Cinco Palabras:
Gracia Olayo
Soledad Olayo
Javier Olayo
Marga García Calvo
África Sánchez
Claribel Aránega
Lili Del Riego
Alicia Manzanares
Gabriela Vázquez
Toda la información sobre la pandemia la puedes seguir en La Voz de la Sierra que dirige Juan Antonio Tirado.

Las Cinco Palabras de Aurora González García, son las siguientes para los escritores solidarios:
Batas
Plástico
Hilo
Plancha
Corazón
Normas de CINCO PALABRAS para escribir un relato solidario:
1-. Extensión máxima 100 palabras.
2-. No se cambiará la posición de las palabras.
3-. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.
*Por favor, revisad ortografía antes de publicarlo.
*Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.
*Si quieres mandar un audio con tu relato solidario leído por ti, evíanoslo a contacto@cincopalabras.com
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
PROLOGUISTA DE MAYO
CARMEN QUIRÓS
Miembro de la Asociación Síndrome de Marfán (2002).

La prologuista del mes de Mayo, Carmen Quirós es compañera de nuestra presidenta Mar Olayo en la Compañía Aérea Española IBERIA. Además, trabaja activamente como miembro de la Asociación Sídrome de Marfán desde el 2002. Una causa que ayudamos desde Cinco Palabras en el año 2013, dentro del VOLUMEN II PRIMER AÑO. En este momento es un eslabón más de la cadena de BATACUELLOS.
LA CAUSA DEL MES DE MAYO: #YOMECORONO
Un equipo de médicos e investigadores de la Fundación Lucha contra el Sida, IrsiCaixa y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol está trabajando a marchas forzadas para dar respuesta cuanto antes. Por eso se ha creado el movimiento #YoMeCorono para ayudar a frenar esta pandemia. A esta causa se han unido artistas, deportistas y personajes de todos los ámbitos de la cultura y la vida social española. A este movimiento nos unimos desde CINCO PALABRAS con nuestras revistas solidarias.

Todos los relatos que estamos escribiendo durante este tiempo de confinamiento en apoyo a los pacientes, a través de la plataforma JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS, estarán publicados en las revistas on line de CINCO PALABRAS, para que podáis colaborar comprándolas.
Ya podéis adquirir la revista de marzo, donde tuvimos una doble causa: Doble Corazón y Lucha contra el coronavirus, investigación de la vacuna contra el Covid-19.
LA AYUDA DE CINCO PALABRAS DURANTE LA CUARENTENA
Desde Cinco Palabras seguimos luchando por aquellos que más lo necesitan en los hospitales, residencias de mayores... JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS #COVID19. Continuamos enviando pantallas de protección, fabricadas por HENBEA, empresa de juguetes educativos en Moralzarzal, sin cobrar la mano de obras, solo el coste del material, 3€ por máscara.
Hemos enviado más de 1000 máscaras a diferentes destinos: IFEMA, Hospital Gregorio Marañón y otros hospitales, Centros de salud y Residencias de Mayores de toda España, incluso a Alemania.
Para colaborar, aquí tenéis la cuenta de banco: ASOCIACIÓN CINCO PALABRAS Asunto: Máscaras contra el coronavirus BANKIA: IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336
Con los relatos y los audios de los escritores solidarios que estamos recibiendo estos días, estamos editando videos destinados a las personas que no puedan leerlos, pero sí escucharlos en las voces de sus autores. Por esta razón ha creado en Youtube la página ´JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS´ #ParaTiaunquenoteconozco, donde todas las personas pueden compartir los relatos solidarios a quienes lo necesitan en estos dramáticos momentos.
CINCO PALABRAS colabora allí donde se necesita. Ha enviado pañales a la Asociación LO VIVES MEJOR, con la ayuda de Protección Civil de Colmenarejo y Cobeña.

Los concejales de Colmenarejo Montse Palazón y Juan Fernando López Sevillano, a través de Protección Civil, nos ayudaron a enviar antifaces y zapatillas para los pacientes del coronavirus en IFEMA.
RELATOS DE #JUNTOS VENCEREMOS
Con los relatos y los audios que recibe de los escritores solidarios, Mar está editando videos para que las personas que no puedan leerlos los puedan escuchar en las voces de sus autores. Por esta razón ha creado en Youtube la página ´JUNTOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS´ #ParaTiauquenoteconozco, donde todas las personas pueden compartir los relatos solidarios a quienes lo necesitan en estos dramáticos momentos.
Junto con los relatos, que enviamos a los hospitales todas las semanas, van nuestros audios solidarios. Mónica Rodríguez, desde Onda Cero Sierra, nos ayuda a difundir nuestros buenos deseos, esperanza y fuerza:
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO. (Semana 1)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 2)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 3)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 4)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 5)
PARA TI AUNQUE NO TE CONOZCO (Semana 6)
PARA TI AUNQUENO TE CONOZCO (Semana 7)
CUIDEMOS DE NUESTRO PLANETA AZUL
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
NORMAS DE CINCO PALABRAS
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:
BANKIA
IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com
Para cualquier sugerencia: contacto@cincopalabras.com
¡No nos batas, pequeño enemigo!
¡Calla! Tu ingenio enfunda…
usaremos plástico como escudos.
Tiraremos del hilo hasta deshacerte
cual ovillo de lana oscura
Y en la oscuridad caerás
por el abismo de los tiempos perdidos
Plancha tu ánimo, evapórate inútil gota
Sal lejos al cielo donde el ozono te lleve
Olvida nuestras ínfimas células
Arrodíllate ante la nada
Haz: ¡Plof! Y no vuelvas…
Deja al amor hacernos bailar
Olvidando y olvidando…
Bailando al son de las caricias y los besos
En los límites donde nunca hubo límites
Aquí y allá donde el corazón susurre:
“Estoy junto a vosotros, seres queridos”
Hilo de plata
El frío de la noche
obligó a los miedos
a vestirse con batas de plástico.
Con hilo de plata
cosió la luna un edredón
para cubrir la tierra.
La mañana se plancha la camisa,
pero las arrugas del tiempo
nos enseñaron
que en los pliegues
se va guardando el cariño.
El Corazón no entiende de costuras
ni tejidos,
solo entiende de latidos.
Se quitan las batas y lo demás,
metiendo todo en un bidón de plástico amarillo
Ya en la calle, conectan el móvil
y un río de mensajes restalla el hilo que les une a la otra realidad:
amores inciertos, amistades inquebrantables, maternidades pospuestas, fraternidad recobrada,
suspensión temporal de besos y abrazos.
Ya en casa, la plancha en la mano
y los auriculares puestos, alimentan ese corazón con
impotencia al recordar a quienes
no pudieron salvar, con esperanza en las vidas de los salvados, y alegría de compartir impotencia y esperanza, con quienes les escuchan al otro lado del teléfono.
Guerrero
Dame batas para pelear
Plástico para proteger
Hilo para fabricar armas que me ayuden a curar
Una plancha para dar forma
Y un corazón para que no se rompa y dure hasta que se acabe este martirio que deseo hacer desaparecer.
Entre horas te arropo en las batas de plástico que hilo para protegerte del coronavirus. De paso, le paso la plancha para que te veas guapa y orgullosa de tu traje que te convierte en nuestra estrella en estos días. Y lleno mi corazón de alegría cuando te veo vencer y despedirte del respirador y de los sanitarios que te han dado tanto cariño a pesar de su cansancio. Te doy las gracias a ti enfermero, doctor, limpiadora, auxiliar. Gracias a tu trabajo y por no rendirte a pesar del drama del momento. #vamosaconseguirlo.
LA ABUELA ELENA
Cuando se acerca el verano un recuerdo me viene a la mente, el de las batas fresquitas de las abuelas cuando sacaban sus sillas de plástico a la calle en las calurosas noches de julio y agosto. No había redes sociales, ni tampoco les hacía falta, porque siempre tenían un hilo del que tirar para empezar el palique. Un día la historia de la nueva plancha de una de ellas desató las risas de todo el vecindario y aún hoy, a los que oímos contar por primera vez como el vapor recorría las sábanas de algodón de la abuela Elena se nos llena el corazón de alegría, porque en aquellos momentos sabíamos que todo era posible y que lo mejor siempre está por llegar.
Hilo perfecto
Cuando oyó la noticia, no pudo dejar de pensar en su nieta.
-¿Cómo no iba a tener sus batas para protegerse?
Toda la vida, ella se había cosido sus propios vestidos, sacando patrones del Burda.
Así que fue a la caja de plástico donde guardaba sus revistas de costura.
Encontró la tela, la máquina de coser y el hilo perfecto para trabajar.
Esa noche apenas durmió.
¡Le hizo dos!
A pesar de su edad, su vista y sus manos volaban con su ánimo.
Les pasó la plancha.
El corazón, que les había bordado, resplandecía igual que su sonrisa…
Se me saltan las lágrimas, no lo puedo evitar, me emociono cuando veo a tantos héroes enfundados en esas batas que las tienen que proteger de este bicho que se ha metido en nuestras vidas. Allí está por todas partes, incluso agarrado en el plástico de los guantes. Entonces busco hilo para poder coser esas mascarillas que elaboro con tanto cariño. Tras la máquina de coser viene la plancha que las deja listas para su uso y, entonces, se me llena el corazón de alegría pensando en esas personas que estarán protegidas.
SÉ QUE SABES LUCHAR
Dicen que es el sol el responsable de nuestra riqueza en valores humanitarios, como del paisaje que colorea, con la flora y la fauna que alimenta y deja crecer.
Aseguran que somos más proclives a buscar soluciones, como fabricar batas de plástico con tiras de celo plegado porque el hilo no llega y además no necesitan plancha.
No cabe duda de que el clima es un factor importante, pero creo sinceramente que es nuestro corazón el que marca la pauta para seguir y seguimos.
Por eso vas a curarte, porque sabes luchar y lo haces muy bien. ¡Animo, tú puedes!
HILO DE GENEROSIDAD
Tras esas batas de plástico
unas manos crearán
todo un Universo azul
que nunca da un paso atrás.
Pues uniendo sus costuras
héroes las vestirán.
Un fuerte hilo las sostiene
que una plancha sellará.
Mas no habrá nada más grande
sabiendo que en ellas va,
tanto corazón latiendo
aportando su verdad.
Hoy me inspiran esas manos
cada meta por lograr;
y habrá valido la pena
el impulso de sumar.
En la lucha y los intentos
queda todo por ganar,
abrazando un entusiasmo
que no olvidaré jamás.
Siendo esta altruista locura,
bella generosidad,
que adhiriéndose en la piel
cambia la realidad.
En el centro de sanidad a pesar de la gran demanda de EPI´s que teníamos.
¡Sorpresa! Un grupo de abuelitas muy vitales de un pueblo medio abandonado nos trajeron BATAS coloridas, impermeabilizadas, cosidas por ellas. Trabajaron como hormigas. Nosotros tiramos las de PLÁSTICO a la basura, ellas devanaban el HILO, que utilizaban para coser, de sus propias ovejas. No necesitaban PLANCHA, solo lavar y tender.
No sabíamos cómo agradecerlo, pero nuestro CORAZÓN se llenó de gran emoción.
Eran mujeres muy alegres, dándonos ánimo y con la mirada nos abrazaban.
Nos aseguraban: ¡De esta saldremos, nos estáis ayudando, sois nuestros ángeles!
Esta enfermedad me ha cambiado, será por el virus o por los medicamentos, pero no me reconozco.
Rodeado de mujeres y no las miro, no porque sus batas de plástico tengan poco sex-appeal, daría igual que se pasearan en lencería de hilo, seguiría sin verlas.
Desde el día que me sacaron de la UCI solo tengo ojos para ella, no sé si fue su voz, su mirada, el olor a desinfectante que inundada todo, pero se derrumbaron mis defensas.
Tenía blindado con una plancha de acero el corazón y ahora no puedo articular palabra en su presencia, debo parecerle imbécil.
Estoy enamorado y ahora, más que nada, temo sanar y no volver a verla.
Se desliza el tejido bajo el prensatelas de la máquina de coser, empujado por unas manos arrugadas por la crudeza de la vida. Suena imparable cada puntada, ametrallando al virus en la batalla diaria. A la altura de los remiendos de su bata o sus desgastadas zapatillas, le quedan a la anciana toda la generación del plástico. Ella, que sobrevivió a una guerra, cuyas tripas rugen aterrorizadas al recordar el hambre de la posguerra, embasta su duro pasado laboral de hilo y plancha. Cose mascarillas mientras piensa sonriendo: “el Covid ignora que los viejos somos colchoneros, todo coraje y corazón”.
Crucé el vestíbulo temblando al ver mis sueños cumplidos.
Aquello supuso entrar en un área restringida de alta tecnología donde los científicos, uniformados con batas blancas y pantallas de plástico, transitaban por los pasillos, solos o en grupo, con un único fin; un mismo hilo conductor que marcaba el objetivo común a todos ellos: encontrar la vacuna era prioridad absoluta.
Me condujeron hasta un cubículo y colocada sobre una plancha de acero procedieron a la desinfección siguiendo el protocolo establecido.
El corazón me latía con fuerza, trabajaría con los mejores, juntos alcanzaríamos nuestra meta y conseguiríamos salvar millones de vidas.
Me llamo María y tengo 6 años.
Mi papá es conductor de autobuses, y mi mamá es modista.
Ahora, con esto del dichoso virus, solo cose BATAS de PLÁSTICO para residencias y hospitales, dice que los médicos y enfermeras nos salvan la vida y hay que cuidarlos.
Ayer fui con ella a comprar HILO que se le había acabado.Es muy buena y graciosa. Cuando la llama por teléfono la tita Lola, que es muyyyyy pesada, le dice que tiene mucha PLANCHA y me guiña un ojo.
Le he hecho un dibujo con un CORAZÓN enorme y he escrito.
¡Cuánto te quiero mamá!
PROHIBIDO DORMIRSE
Hacía ya rato que había creído dormirme para siempre cuando llegó la “brigada antisueño” con las batas puestas, justo cuando parecía ser ya tarde. El de la cara de plástico parecía tener la clave y se dirigió a todos los demás:
— ¡Vamos, hay que darse prisa!
— ¡Solo lo necesario!
Aquel hombre no daba puntada sin hilo. Sus órdenes eran precisas como el bisturí de un cirujano.
— ¡Rápido, tráigalo aquí!
Uno de ellos llegó con una plancha en cada mano y las puso en las manos expertas.
— Un, dos, tres… ¡fuera!
De aquello hace diez años y mi corazón sigue despierto.
Serena
Al principio me sentí tan indefensa delante de tantas batas blancas, que me asusté. Gente con las caras enfundadas en plástico, protegiendo sus rostros mientras entraban y me examinaban. Con la mejoría y después de veinte días ingresada, tuve tiempo de buscar un hilo conductor para comprender aquella situación. Seguía muy cansada. Me sentía como una plancha, pesada y ardiendo, sin embargo, contenta. Aunque las voces en los primeros días me sonaban distorsionadas debido a mi estado, sentí tranquilidad y entendí el gran corazón que reinaba en el interior de esos cuerpos.
Marina cose las BATAS desde su casa mientras tararea la letra de esa canción, convertida en himno de batalla. Surgen notas melodiosas desde la vieja radio de PLÁSTICO, que siempre la acompaña.
Cose con HILO las almas, las alisa con el calor de una PLANCHA, mientras su madre la observa embelesada.
Marina tiene síndrome de Marfán, tiene gran CORAZÓN, sonrisa franca y tiene también luz en su mirada.
Marina siembra granitos de arroz en esa pandemia diaria y fabrica materiales de protección que las Asociaciones regalan.
Son anónimas personas
con sus BATAS de colores.
Son la vanguardia en la sombra,
llenan tus ojos de flores.
La esperanza de la vida,
teñida de verde esperanza.
Con su coraza de PLÁSTICO,
el mundo encuentra salida.
Un HILO de voz resuena en la estancia
que marca compás en su danza,
Un tiempo que PLANCHA
las arrugas de su alma.
Un punto maldito,
la sed de venganza.
Suena el silencio, se rompe la calma
y un CORAZÓN cansado resiste en su danza.
Batas blancas de hospital, en un tiempo nuevo se han convertido en batas de plástico de protección contra esta pandemia, la misma que como una bobina de hilo se fue deshaciendo desde China y al mismo tiempo ha ido recubriendo al mundo.
Un mundo que va a necesitar una plancha para poder hacer más cálidas las relaciones humanas y nos ayuden a entender mejor al corazón.
Me gustaría creer que detrás de esta cuarenta nos encontraremos con un planeta más solidario, en donde podamos disfrutar descubriendo una nueva forma de vivir, en donde nos consigamos reencontrarnos con nuestros seres queridos.
HILO CONDUCTOR
María Larralde
A ojos de cualquiera parecían simples y amplias piezas de ropa, pero aquellas batas cubrían los delicados cuerpos que, cual plumas ligeras volando alrededor de los moribundos, hacían posible que la vida continuará. A pesar de que los veían grácilmente moverse detrás de unas gruesas pantallas de plástico, un hilo conductor los unía sin saberlo, sin sospecharlo. ¿Cuál era ese fino vínculo antes jamás pensado? Ángela, era Ángela. Ella tomaba su plancha y no se sabía cómo ni de dónde surgía su magia, pero todos sentían aquel candor ardiente irradiando su corazón al cubrir sus cuerpos con cada una de las finas telas que ella acariciaba con el candente metal.
https://youtu.be/r8u8Mryv-pg
Ola, hecha para que batas aguas, y seas timbal o platillo en sinfonía de mares.
Tú, dúctil onda, dotada del don de plástico, deformable, te adaptas a cada lecho en el que yaces alcanzando sus íntimas esencias y a los que dejas cantos nuevos.
Llevas diluido en tu sabor el sonido de rueca y el rodar del hilo de Penélope.
Has guardado la plancha del chiquillo acostado en ti, mirando al cielo y su flotar, como esbozo a ojos de gaviota, en tu piel de lienzo móvil.
Cada chapoteo, cada piedra, cada quilla, cada Ulises, escucha tu corazón
Sentada en mi sofá como cada día enciendo la televisión y ahí os veo, mis queridas batas de plástico, tejidas con hilo, que os transforman en nuestros héroes y capaces de todo. Aquí os mando estas palabras impregnadas del calor de mi plancha y con mucho corazón para que os anime y os dé fuerzas, nuestros queridos gladiadores de azul.
POEMA DE LA DESECALADA
Añoro los días en que las batas eran de guata y no blancas de hospital.
Cuando la palabra plástico no se asociaba a la palabra guante.
Cuando el hilo que nos unía era la libertad y la alegría.
Cuando nos tirábamos en plancha a la vida.
Solo si seguimos unidos luchando,
con conciencia cívica y social,
con amplitud de miras más allá de nuestros intereses personales,
con tesón, haciendo el último de los esfuerzos.
Solo así, por nosotros y por los demás:
¡Ponte máscara, mantén la distancia de seguridad!
Y pronto nuestro corazón volverá a latir lleno de ilusión.
¡Qué maravilloso y solidario es nuestro país! Máquinas de coser voluntarias que con telas caseras elaboran batas de plástico que van llegando a su buen puerto ayudando allí donde hace falta, protegiendo las vidas a nuetros héroes. Cosidas con hilo y selladas con plancha reparten esperanza. El corazón se me llena de orgullo.
¡Batas, no ceseis en la lucha!
¡Tomad mi plástico y mi hilo, para seguir batallando!
¡Mi plancha, para protegeros con su calor!
¡Y mi corazón para que sepáis que no estáis solos!
SIEMPRE CON AMOR
Cuando llegué, las batas de mis compañeras ya tenían prendidas muchas lágrimas y muchos desvelos, a la vez de temor y respeto. El plástico que me dieron se rajaba con facilidad al someterlo a la desinfección, pero le sigo dando muchas puntadas con el hilo del amor. A ciertas prendas les puedo pasar la plancha y así asegurar la confianza y puesta a punto, con la tranquilidad de volver todos los días con el corazón lleno de esperanza, ilusión y, a la vez, una plegaria en los labios por aquellos que recordaré siempre a pesar de ser tantos.
(Pensando en Rocío 21 años)
La sirena volvió a asomarse entre las rocas anhelando a su pescador. Hacía días que no aparecía. En la playa, de vida ausente, se respiraba tristeza. Deja de esperarle – decían los divertidos delfines – Ven a saltar por la cresta de las olas, que la mar quiere jugar.
Ignorándoles, se dirigió al puerto donde encontró las batas de plástico de los pescadores tiradas sobre el muelle, junto al hilo de las redes.
El tiempo de plancha se congeló para el buque y su carga.
No había corazón que soportara la fría sensación de la ausencia humana. Aun así, se quedó esperando…
TODAS LAS VENTANAS
Esa mañana todas las batas de plástico tenían dibujada una ventana a la altura del pecho. En el alfeizar, alguien había dibujado unos tiestos desde los que asomaban unas flores con el rostro de sus tres hijos, que como girasoles risueños o caléndulas generosas, alargaban sus tallos hasta engancharse al hilo de la música que sonaba por el altavoz. Canciones infantiles tarareadas a coro al ritmo de la plancha desde el lejano cuarto de los años llenaban de oxígeno su corazón.
MVF©
Más que números
Cuatro mil trescientas batas entregadas
en más de treinta centros -dicen ellas-
como quien cuenta con la vista estrellas
o margaritas junto a la calzada.
Parece simple cuando Aurora narra:
plástico, hilo, ilusión y plancha…
elementos que impiden la avalancha,
el derrumbe que todo lo desgarra.
Son noventa personas trabajando
dejando el corazón en lo que hacen,
cuando los días de pandemia pasen,
los verán, abrazados, celebrando.
Los hay a cientos, a miles…
Ejército de batas blancas
que desfila uniformado
vestido de esa otra piel
fiel reflejo de su alma.
No es de plástico ni hierro,
es de azúcar y nos sana.
Nos arrulla con ternura
sin esperar alabanzas.
Con puntadas nos sostiene
su hilo de sacrificio
que no cortan las tijeras
de este virus inclemente
que nuestra vida amenaza.
No necesita almidón
su tejido, ni la plancha,
pues al ser de un corazón
que palpita de esperanza
ni se arruga ni se aja.
Pregonaremos al mundo
con estas cinco palabras
un mensaje agradecido
ejército de batas blancas.
Se despierta el día y vuelvo a ver vuestro rostro apagado, mis batas azules. Llevan el plástico lleno de sudor y roto, piden auxilio. Ante tal desconcierto, hilo sin descanso junto a mi plancha para devolverles la sonrisa. Qué sorpresa la mía, me despiden entre besos al aire y dibujando más de un corazón entre sus dedos arrugados por el esfuerzo.
SUEÑO OLÍMPICO
“Hasta que no batas tu récord personal no podrás aspirar a integrar el equipo olímpico”, fueron las palabras del seleccionador nacional, mientras él se recuperaba de un duro entrenamiento bebiendo de su cantimplora de plástico.
El día llegó. Sonó el disparo y los atletas se impulsaron desde los tacos de salida.
¡En los escasos diez segundos debía darlo todo!
Sus zancadas aumentaban la amplitud y frecuencia hacia la meta.
La desesperación por cumplir su sueño lo llevó a cortar el hilo de llegada al tiempo en que aterrizaba en plancha sobre el tartán.
Su corazón sabía que lo había logrado.
BESOS DE AZÚCAR
Me considero muy afortunada. Atrás quedaron las batas de plástico, los guantes de vinilo y las mascarillas que impedían dar besos de golosinas y azúcar.
A pesar de mis muchos años, he superado todas las fases del confinamiento y,al fin, podré unirme a mis nietos con un hilo invisible tejido de amor y ternura.
Con dulces besos borrarán las arrugas de mi rostro, como lo haría una buena plancha de vapor en cualquier prenda de algodón. Y a la vez, con sus alocadas risas contagiarán de un virus de inmensa alegría a mi viejo y cansado corazón.
Paréntesis
Tus lánguidas alas
reclaman un respiro.
No las batas inquietas
contra el viento inclemente.
Despliégalas y flota
en el plástico antojo
de la corriente.
Vuela al hilo
de la tormenta
esperando la calma,
que tarda pero vuelve
y plancha y suaviza
los profundos surcos
arados por las lágrimas.
Cuando tu corazón
sienta el sutil soplo
de una brisa fresca
barrerle los escombros
y oxigenarle el alma…
sabrá que es el momento
de reanudar la marcha.
GRACIAS, eternamente, GRACIAS
Es el único escudo que se ponen
una bata con sonrisa combativa
y llena de partículas el alma
van soltando esperanzas a la vida,
detrás del plástico la cara
marcada por las horas y el cansancio,
nunca hablan de abandono,
van tirando del hilo de la entrega
entre guiños cómplices, lucha sin tregua,
canciones, aplausos que les llegan…
Más allá de los confines de la ciencia
en lo alto de la plancha que sustenta
la existencia,
por siempre guardaremos el esfuerzo
de cada corazón que sin pensarlo
por amor desnudo al ser humano
al límite han llevado,
su resistencia.
Acostumbrados a los héroes con capa, súper poderes y pócimas mágicas, parece sorprendernos que los reales, lleven batas y escudos de plástico.
Pero así son los verdaderos valientes, están ahí cuando tu vida se cae en pedazos.
Tienen esa mirada en la que buscas una certeza que no encuentras, pero siempre, te brinda la confianza que necesitas.
Como si de spider-man se tratara, tejen con hilo de solidaridad, la red que nos protege de caer en plancha al vacío.
Son el corazón latente de una sociedad herida.
Los nuevos héroes, de los que hablaremos a nuestros nietos con admiración.
LA RESISTENCIA Y EL DEMONIO
Conocí franqueza, su nombre era Bea,
Conocí bondad, se llamaba Alicia.
Sin batas ni plástico, hay quien desperdicia,
abusa y desprecia, la salud ajena.
Siguiendo ese hilo, conocí a Esperanza,
corazón enorme, dulzura infinita,
y conocí a Bibi, sonrisa bendita,
y a Borja, correcto, donde nadie alcanza.
Conocí a Paula, de tímida estampa,
Y así finalmente, ya conocí a Marta.
Simplemente Marta, quizás con tardanza,
Plancha contra el agua, corazón en ruina,
y al final de todo, quiero confesaros,
conocí al demonio… se llama Marina
J. Bris
“A LA MADRE DE UNA AMIGA”
Hay buenas personas y personas malas,
hay quien su conciencia y sentir le acalla,
hay quién sin conciencia, todo lo reclama,
hay quien se la juega, son gente con batas.
Batas envolventes de personas sanas,
plástico que cubre, aquello que daña,
madre de algodón, hija que la extraña.
Personas honestas, duras y volcadas.
En esta pandemia, nadie sabe nada,
y al hilo de esto, hay tontos del haba,
que saltan las reglas, con vientre cual plancha,
pasean sus perros, muévense a su anchas,
y mientras la gente, envuelta en sus batas,
demuestran coraje, corazón y alma.
J. Bris
TORTILLA SANA IN CORPORE SANO
Hasta que no batas bien los huevos para que salga espumosa, no harás una buena tortilla. Luego, utiliza mejor una cuchara de plástico o madera para no rayar la sartén. Añade el ingrediente que más le guste y sigue con cuidado el hilo de la receta, tal y como te voy indicando. Todo alimento que se haga a la plancha será más sano que frito o tostado, así es que, pon poco aceite. El aceite de oliva es muy sano, pero hay que tener cuidado con la cantidad que utilices. Y mucho ojo con la mucha sal, su corazón lo agradecerá. ¡Que aproveche!
Necesitábamos operar ya o la perderíamos.
Estábamos desprotegidos, teníamos miedo.
Los demás desconfiaban, protestaban cuando llegábamos tarde a nuestras casas.
¿Qué no entendía? Queríamos ayudar
Necesitábamos batas, mascarillas… pero desde hacía mucho.
El ruido del reloj se hizo ensordecedor.
Di la orden, entramos con lo poco que teníamos.
Nos cubrimos con plástico.
Debíamos poner distancia entre nuestras familias y el virus.
Toda precaución era poca, pero ni eso teníamos.
Su vida pendía de un hilo.
Habíamos estudiado años para salvar vidas… no para ver morir.
Coloqué sobre mi cabeza la plancha protectora.
Estábamos preparados.
Pero su corazón no había llegado.