ESCRIBE TU RELATO DEL MES DE OCTUBRE (III): @Leiva_Oficial

Ésta es la tercera semana del mes de octubre y contamos con las palabras de uno de los cantantes más importantes del panorama español como es Leiva.

Con Leiva hemos coincidido en varias ocasiones, entre otras en la premier de la película La Llamada de los 'Javis', Javier Calvo y Javier Ambrossi y protagonizada por Macarena García (como María Casado), Anna Castillo (como Susana Romero), Belén Cuesta (como Milagros) y nuestra querida Gracia Olayo (como la madre superiora Bernarda de los Arcos).

Leiva fue galardonado en la 32ª edición de los Premios Goya en la categoría de “Mejor Canción Original” por “La Llamada” tema principal de la película del mismo nombre. “La Llamada” alcanzó la certificación de Disco De Oro a comienzos de este 2018, y ya se ha posicionado como todo un éxito de streaming. Además, el maravilloso videoclip La Llamada, superando los 5 millones y medio de reproducciones.

Las palabras de Leiva nos las ha dejado este fin de semana volviendo de México DF. donde ha actuado, interpretando música de sus cuatro discos en solitario: Diciembre, Pólvora, Monstruos y Nuclear, Leiva tuvo un repertorio completo para armar este concierto, al que llegaba a la plaza de La Condesa precedido de sus últimas nominaciones a los Grammy...

ARENA
MORRIÑA
VEREDA
INFINITO
SALITRE

UN REFERENTE DE ROCK ESPAÑOL DEL SIGLO XXI

Desde que comenzó su carrera en solitario, Leiva se ha consolidado como un valor indispensable en el panorama del rock en español. Tras este reconocimiento público y profesional, que se ha ganado paso a paso, se esconden muchos años de fe ciega y trabajo constante, chispa compositiva, pasión por la música, y una magia que sólo poseen los grandes.

Miguel Conejo Torres, Leiva, nació en Madrid, y desde entonces ha vivido siempre en el barrio de la Alameda de Osuna.

Siendo adolescente, debutó en la música con Malahierva, su primer proyecto musical. Leiva era el batería de la formación. Pero la idea fija de imbuirse de rock de manera más seria, y que dejase de ser una excusa de ocio, lo lleva a juntarse con otros dos vecinos del barrio, Rubén Pozo y Tuli, y hacer un grupo de versiones de Leño. Era 1999 y nacía Pereza.

La historia discográfica de Pereza empieza en 2001 con un primer disco, Pereza, al que seguiría al año siguiente, ya reconvertidos en dúo (Rubén y Leiva), Algo para cantar. El salto de trampolín de Pereza se produciría con Animales(2005). Después llegarían dos discos vitales en su discografía: Aproximaciones (2007) y Aviones (2009). En diciembre de 2010, Pereza despidió su gira Avionescon un reventón en el Palacio de los Deportes de Madrid.

Tras unos meses de descanso, Leiva y Rubén hicieron pública la noticia de que su siguiente paso sería un disco en solitario cada uno.

Dicho plan culmina por parte de Leiva con la edición de Diciembre (2012). Para su segundo trabajo discográfico, Pólvora (2014),Leiva cuenta con Carlos Raya como productor. El resultado fue emocionante: Pólvora entra directo al Nº 1 de ventas en España, y en esa etapa tuvo momentos tan álgidos como el de abrir para los mismísimos Rolling Stones.

Su tercer álbum en solitario, es un punto de inflexión en su carrera. Con Monstruos (2016) llega un reconocimiento del público, no sólo mediático, llegando a ser Disco de Oro, y número 1 en Radio con su single Sincericidio. Leiva se consolida en su faceta como productor, destacando su labor en “Lo Niego Todo” de Sabina y “11” del argentino Abel Pintos. Al final de la gira de “Monstruos”, llega el broche de oro con la publicación de La Llamada, canción homónima a la película y con la que obtiene un premio Goya a la mejor Canción Original, entre otros premios y nominaciones.

Ahora nos presenta Nuclear (2019), su cuarto álbum en solitario. Un disco que alcanza la certificación de DISCO de ORO en poco más de un mes, y que ha sido dos semanas consecutivas #1 de la lista de ventas, además de Disco de Platino en Canciones con su primer single No Te Preocupes Por Mí, #Tendencia en YouTube con todos sus Vídeo Lyrics y su videoclip, y que permanece desde su lanzamiento en el top de los álbumes con más streaming en nuestro país.

Y este fin de semana ha vuelto con un éxito más de la Plaza de la Condesa en México DF.

Nazareth Marina Albendea.

PROLOGUISTA DE OCTUBRE

"Por suerte, existen asociaciones que trabajan de manera desinteresada como esta, y personas como Mar, siempre dispuestas a ayudar y a sacar una sonrisa. GRACIAS. NO COMPRES, ADOPTA"

Nazareth Marina Albendea, compañera de vuelo de Mar Olayo, Iberia.

CAUSA DEL MES DE OCTUBRE

DOGS RESCUE CALASPARRA es una asociación sin ánimo de lucro dedicada al rescate, rehabilitación e inserción en familias de animales abandonados o maltratados, luchando cada día por sus derechos y por conseguirles una vida digna. Durante su estancia en la protectora les ofrecen cuidados, refugio, comida y les buscamos familia de ADOPCIÓN en Europa.

Adoptar animales que han sido maltratados y/o abandonados puede llegar a ser una de las experiencias más bonitas de tu vida. Serán fieles hasta el final y estarán eternamente agradecidos contigo por salvarle la vida.

Lanzan a través de su cuenta de twitter un mensaje de ayuda.

VIAJAS DESDE #MADRID A #CALASPARRA??? Nos donan pienso y algunas cositas más desde la PROTECTORA EL BOSQUE de Madrid pero no tenemos forma de traerlo. NOS AYUDAS A AYUDARLES???

NAOKI SALVARÁ A OTROS PERROS

Tras la muerte de nuestra perra Naoki por el estruendo de los fuegos artificiales de las fiestas patronales de Galapagar, nuestra amiga y dramaturga Paloma Pedrero escribió una columna en el periódico LA RAZÓN alusiva a este y otros muchos casos provocados por las explosiones de la pólvora de los fuegos de artificio.

Nuestra amiga Martín Elena María, también ha iniciado esta petición dirigida a Comunidad de Madrid para recoger firmas para Regulación de ruidos de petardos y pirotecnia en CHANGE.ORG

El ruido por petardos y pirotecnia ocasiona graves perjuicios a personas sensibles y a los animales. 

Cada año constatamos con tristeza los trastornos e incluso muertes que dejan a su paso. Vecinos que tienen que trasladarse en fiestas para no soportar estos desagradables sonidos, personas que sufren ataques de ansiedad, mascotas que huyen, son atropelladas y resultan heridas o mueren. 

Creemos que es posible divertirse sin perjudicar a otros y por ello pedimos una regulación de su uso, comprometiéndonos a colaborar en la solución. 

En muchos lugares ya se han tomado medidas y queremos sumarnos desde nuestra comunidad a estas iniciativas que hacen avanzar a las sociedades y que mejoran la calidad de vida de todos. 

Firma esta petición y comparte sí estás de acuerdo en buscar opciones que no molesten a personas y animales. 


DE PARED A PARED EN PEÑALARA (COLLADO VILLALBA - MADRID)

LA PRINCESA FRIDOLINA

DE PARED A PARED EN APASCOVI (COLMENAREJO - MADRID)

El príncipe Escarmentado

Esta iniciativa se desarrolla dentro del Proyecto de Alfabetización que promueve la Asociación Cinco Palabras en Togo, Sudáfrica y Kenia.

NORMAS DE CINCO PALABRAS

Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:

No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.

El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)

(*) Escribe el relato en esta WEB pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 10€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.

Además, puedes colaborar para que siga creciendo el proyecto CINCO PALABRAS mediante un donativo realizando una transferencia bancaria a la cuenta corriente de la Asociación de Escritores Solidarios:

BANKIA

IBAN ES22 2038 2463 2460 0037 9336.

NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector. Registro de la Propiedad Intelectual Nº 43388/2013 © CINCO PALABRAS. Una vez que el autor escribe su relato en ‘comentarios’, autoriza a CINCO PALABRAS a hacer comunicación pública de las obras que voluntariamente publica en nuestra página web: cincopalabras.com

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28 comentarios sobre “ESCRIBE TU RELATO DEL MES DE OCTUBRE (III): @Leiva_Oficial”

  1. Un martes de septiembre al atardecer, paseaba con los pies descalzos por la fina arena que caracteriza las playas gallegas, buscando curar esa morriña. Dirigía su melancólica mirada hacia la vereda, en busca de ánimos o de una luz que le ayudase a olvidar, nadando en el infinito del océano de su corazón dolido. Manchada por la salitre, su piel brillaba reflejando el sol, formando pequeños destellos. Tal vez ésa era la luz que necesitaba.

  2. El tiempo, a cámara lenta, cae grano a grano en el reloj de arena de su abuelo. Un infinito desaliento, hasta que por fin puede voltearlo y volverlo a mirar. La morriña del pasado, convertida en anhelo crónico, pasea por la vereda fresca del recuerdo. “No mires atrás, te convertirás en una escultura. El pasado ya se fue. Olvídalo” – recuerda sus palabras.
    “Cómo olvidar, abuelo, si me presente quedó petrificado y mi futuro está atado a las patas de esta cama” – piensa agradeciendo la vida que le otorgan sus recuerdos paseando por el “Jardín de Salitre” de su amada Murcia.

  3. Leedlo cuando me marche

    Qué responsabilidad de padres es la vuestra? Escurrida como arena entre vuestros dedos, emprendisteis viaje por separado. ¡Qué despropósito! Como ilusos, llenos de morriña, esperamos que aparezcáis por la misma vereda que os llevó al infinito.
    ¿Os habéis encontrado? Tal vez vuestra paz sea eterna, pero no será completa mientras tengáis los huecos de nuestra ausencia. No puede ser de otra manera…
    ¿Qué fortuna tiene el que se queda? Y ¿el que se va? No, no puede tenerla.
    Sobre el salitre coloco mi ofrenda retirando la ajada, con el deseo de que encontréis lo que muchos creen, se puede encontrar.

  4. Érase una vez un granito de arena que soñaba- ¡ay pobrecito! – con convertirse en perla. Le habían dicho que se trataba de hacerle tilín al corazón de una ostra; quizás una de esas tierras donde la nostalgia se convierte en morriña porque la misma palabra suena a gaita plañidera. Morriña. Con el tiempo, ya harto de buscar pretendientes moluscos y gracias a una ola amiga, el granito encontró – feliz- su sitio: una vereda playera trazada por almas perdidas buscando un horizonte de corazón infinito, donde convertirse en perla importaba un pepino de mar naufragado y recubierto de salitre.

  5. Recordaba la arena de la plaza de toros, cubierta por enloquecidos fans alzando puños y cuernos.
    Entre temas, le invadía la morriña; añoraba la vereda de su aldea sin entender como terminó sobre un escenario.
    Inició un solo infinito de guitarra, aclamado por la masa enfervorizada coreando su nombre.
    Creyó despertar en el parque entre vómitos y alcohol. Alzó su vista al cielo derramando lágrimas de salitre. Una escalera de estrellas descendió hasta él. John Bonham le indicó con sus palos desde lo alto que ascendiera. Supo entonces que se había convertido en leyenda eterna a sus veintisiete años.

  6. ÉXODO

    Aunque el tiempo se le escurre como arena entre las manos, parece que ha partido hace una vida. Desde esta nueva tierra siente morriña del hogar familiar.
    Pasea por la vereda que conduce al paseo marítimo y desde allí contempla el horizonte, fijando la vista en el infinito. No sabe si volverá a ver a los suyos. Una mar inmensa los separa. Las lágrimas se mezclan con el olor del salitre. En sus llamadas les habla con la voz de la esperanza. Solo aquí, frente al oleaje, se permite llorar.

  7. Recorro en silencio,
    con paso tranquilo
    este reloj de arena.
    Busco un recuerdo,
    un aroma que despierta en mí
    una morriña de días perdidos.

    Transito por la vereda
    de un tiempo extinto,
    buscando un infinito de luz,
    que no es más que un finito grupo de caricias.

    El salitre de la piel muerta
    impide despertar a los sentidos…
    y yo duermo en la orilla de la vida.

  8. ONS
    Sólo a veces, cuando la nada me agarra las entrañas, regreso con mi mente a la isla.
    Piso descalza la arena. Al imaginarlo me invade la morriña, pero no ceso en mi propósito y asciendo por la estrecha vereda hacia la montaña.
    El atardecer, que se deshace violáceo sobre el Atlántico, el eco ensordecedor de las gaviotas y tú, me esperáis de nuevo, como si en un infinito mundo de posibilidades, el tú que yo puedo recordar, siempre me esperase al borde del acantilado.
    Creo notar el salitre sobre mi rostro…pero son mis lágrimas, la nada se ha ido.

  9. Me fui de vacaciones a Rías Baixas.
    Vi tanta belleza concentrada, sus gentes, sus manjares marinos, sus paisajes, y la generosidad de los habitantes se masticaba por las esquinas de sus calles.

    Su colección de islotes que acumulan, en las bañeras de sus aguas costeras. Algunas de ARENA fina. No puedes marchar. Te da MORRIÑA. En una VEREDA de camino INFINITO, estrecho, con gran arbolada. Te comunicaba, con una joya bien guardada.

    Majestuosa cala, con rocas de mil colores brillaba, como zafiros, rubís, incrustados en la roca. El SALITRE hacía su magia, solo se veía con la marea baja.

    Que bonito es Galicia, y sus Rias Baixas.

  10. Tras abandonar la patera, el muchacho corrió a través de la arena húmeda con el resto de compañeros de viaje, hasta resguardarse en lo alto de la colina junto a la playa. Desde allí contemplaba con morriña la costa de África, sabiendo que jamás regresaría. Solo eran unos kilómetros de aquel río de mar que se le antojaba una vereda de paso, pero para él ya significaba el infinito. Las lágrimas le recorrían la cara, resbalando entre el salitre que aún quedaba en sus mejillas.

  11. EL PODER NOS MANIPULA

    Siento la tristeza agazapada
    entre montones de arena
    que llevo escondida en mis bolsillos,
    se enfrentan los pueblos,
    se vuelve negra la morriña
    escudriñando en la vereda de un pasado
    enloquecido,
    por instantes siento al infinito
    volverse un crudo presente
    en el que la historia se repite,
    ácido, vinagre y salitre
    en la oscura manipulación
    de aquellos que procuran
    salvaguardar su locura
    siempre peligrosa,
    una vez en el poder ya nada importa,
    que se maten los humildes,
    no sirven para otra cosa.
    Siento la tristeza agazapada
    en mis entrañas,
    se enfrentan de nuevo los pueblos,
    solo el poder se salva.

  12. INVISIBLE

    Sobre la arena de esta paradisíaca playa, escucho el rumor de unos niños jugueteando. Mientras sus madres, a voz en grito, les advierten de que no se acerquen a la orilla. Todo ello me provoca una gran morriña de cuando la mía, allá en la aldea, intentaba meterme en vereda para que dejase de construir castillos en el aire. Ojalá le hubiese hecho caso.

    Ahora aquí, mirando al infinito, cada vez más oscuro y tenebroso, me siento invisible. Al tiempo que el vaivén de las olas cubre mi cuerpo de salitre y eternidad.

  13. MI ABUELO FRANCISCO

    Sentado sobre la ARENA, su mente volaba hacia su aldea natal a orillas del Miño.
    Aunque intentaba mostrarse fuerte y decidido ante su familia, sentía una profunda MORRIÑA al recordar aquellos montes, la VEREDA junto a su casa de piedra, las campanadas de la iglesia, el sonido de la gaita, sus amigos…
    Levantó la vista hacia el horizonte, atravesando un mar INFINITO que lo separaba de su terruño.
    El mar se tornó borroso.
    Con la brisa perfumada de SALITRE dándole en la cara, entrecerró sus ojos húmedos mientras abrazaba a su hijo, justificándose, una vez más, por haber elegido aquel exilio.

  14. ENSOÑACIÓN
    Cuando me acerqué hacia donde la habían descargado y notar en mis pies la arena húmeda, me entró una fuerte nostalgia. No podía evitar la morriña que sentía por mi tierra al encontrarme tan lejos de ella y de sus hermosas y doradas playas.
    En cambio en éste país, abundan grandes extensiones de pastos verdes, y me suele ocurrir con frecuencia, al caminar por alguna vereda y mirar hacia el infinito, que me parece estar ante un océano, aunque sin escuchar el murmullo de las olas ni percibir el tufillo del salitre que tanto me gusta, no es lo mismo.

  15. Paseando por la orilla del mar miro al horizonte y sé que al otro lado está mi país, mi pueblo, mi gente.
    Mis pies descalzos se hunden en la arena, y empiezo a recordar las quedadas después del trabajo en la cafetería de la esquina.
    Los chistes malos de Nacho, las quejas del trabajo de Nuria, los resultados deportivos de Juan. Y me entra morriña.
    La tarde avanza y, una bonita puesta de sol me acompaña de vuelta a casa. Hoy voy por la vereda adoquinada, me gusta porque me cruzo con mucha gente en el infinito paseo.
    Tengo ganas de llegar a casa y quitarme el salitre del cuerpo, descansar y soñar con que algún día, vuelva a mi hogar.

  16. NAUFRAGIO

    Resbala la fina arena
    filtrándose entre mis dedos,
    y me invade esa morriña
    que entristece y no comprendo.
    He perdido la vereda
    que me ha guiado en el trayecto.
    Infinito es el camino
    y es tan grande este Universo,
    que ni al filo de esta orilla
    sentiré que el punto es cierto.
    Empapada de salitre
    rogaré un humilde verso,
    que en mi piel escriba raudo
    el lugar de donde vengo.
    Pues varada en esta playa
    se escaparon los conceptos
    que han barrido las mareas.
    Soy un náufrago…… y nada tengo.
    Un enigma entre la espuma
    que palpita en este infierno.

  17. Marga . 17-10
    Me escuecen los ojos. Como decía mamá, creo que ha pasado el señor del saco de arena. Pero…. no, no es arena, son lágrimas. Claro, la morriña y la tristeza vuelven a apoderarse de mi estado de ánimo. Hago un esfuerzo, sacudo fuertemente la cabeza para que mi mente regrese al presente.
    Camino despacio. Encuentro una vereda que me parece un camino infinito y lleno de salitre. Me escurro y me caigo. Llega una amiga que me ayuda a levantarme. Nos abrazamos fuertemente y ya no lloro.

  18. Tiempo prisionero en el deseo de volver. Lentamente,
    grano a grano,
    ante mi mirada,
    cae la arena atrapada en el traicionero reloj.
    Pensar en tu mirada acentúa mi morriña.
    Sueño pasear por la vereda
    tan verde,
    tan frondosa,
    tan lejana.
    Anhelo infinito por sentir tu suave tacto.
    En el salitre de mis lágrimas se diluye la esperanza de regresar a tu cobijo.
    Te sueño,
    te pienso,
    te amo.

  19. VUELVE CONMIGO
    Camino descalzo sobre la arena,
    dejando que la morriña
    me empape el alma.
    Abro una vereda imposible
    entre la espuma evanescente
    de tus caricias.
    Busco en el horizonte infinito
    el guiño de tus pupilas
    mientras mis lágrimas surcan
    el salitre de tu recuerdo.

  20. Estoy prendado del desierto y de sus paisajes cambiantes por la arena en movimiento, pero a veces tengo morriña de mi tierra, tan lejana, tan distinta, de sus valles, de sus montañas recorridas por cañadas y alguna recóndita vereda y desde la cima más alta, mires donde mires, el verde, solo verde, un verde infinito.
    Pese a todo, prefiero estos páramos, la dureza de la vida me a hecho apreciarla aún más y el fondo de un antiguo lago cubierto de salitre me enseño que todo termina cambiando, de vergel a desierto solo hay un paso.

  21. Soñar con castillos de arena, puede llegar a provocar cierta morriña, debido a que los sueños, sueños son y por más que intentemos alcanzar aquella vereda, la que nos conduzca hasta el infinito en donde pude encontrar un salitre. ¡Qué palabra más extraña! Bueno ya está utilizada en el texto.
    Un día como hoy, me resulta difícil saber que podría escribir, dejando al margen mis emociones. Las que se pueden encontrar detrás de las cinco palabras siguientes: Corazón, limpieza, hogar, seguridad y creyente.
    Me resulta muy difícil considerarme una persona creyente, de las de toda la vida, simplemente estoy agradecido.

    1. Cumplía, como siempre que volvía de vacaciones en la playa, su pequeño ritual; metía un poco de arena en un frasco de cristal, sintiendo ya cierta morriña.

      Aunque era de Madrid, siempre se sintió muy apegada al mar. Se recordaba de pequeña, bajando feliz por la vereda a la playa del Rincón, con un cubo en una mano y la pala en la otra.

      A veces, soñaba con el mar; su azul infinito, su sonido constante. “Sé que algún día viviré junto a él”, se decía, investigando ya cómo combatiría el salitre en su apartamento con vistas al mar.

  22. ARISTAS

    Vacié la arena del vidrio que testificaba el tiempo en que estuvimos allí. La morriña quedó, como un espectro invisible, flotando a mi alrededor. Y no hubo vereda nueva en la que aquella playa, que me acompañaba siempre, no estuviese junto a mí. Tendida en el infinito me dejé acunar del mar. Me fue volviendo el salitre, cuerpo de roca y de sal.

    MVF©

  23. La arena del tiempo siempre grano a grano le hacía llevar una mochila cada vez más pesada, tenía morriña de cuando empezó a andar en…
    ¡el Big Bang!
    El guardián siguió la vereda de las estrellas mirando a los planetas,
    atrapados en sus leyes y el tejido que…
    ya Einstein predijo.
    Continuó andando hasta el infinito donde debía llevar la mochila,
    de vez en cuando caían algunos granos y,
    como si fuera salitre, quedaban acumulados en su camino produciendo distorsiones impredecibles…
    Algunos de estos granos cayeron hasta la Tierra, justo encima de aquella olvidada anciana, entonces…
    Se convirtió en niña.

  24. EL “PEDE” O LOS BULOS DE LAS MALAS LENGUAS – 17

    Recordaba otros tiempos, recordaba a las dos personas más importantes que había tenido en su vida, recordaba todo lo que ya no tenía y no podría volver a tener, como la playa con su mar lamiendo la ARENA tibia. Se le instalaba muy adentro una dolorosa MORRIÑA que le pesaba más que su propio cuerpo al caminar; la pena colgada en su mirada como el manido cartel en una VEREDA perdida entre las dunas, indicando la dirección a seguir para llegar al INFINITO, con las letras medio borradas por el sol y el SALITRE de las altas mareas, como él.

  25. REENCUENTROS
    Las largas caminatas por el campo o por la playa, son el resorte que me da vida. Cuando piso la arena dejo de sentir morriña por aquellos paisajes galleguiños que me vieron crecer. La vereda que siempre recorría con mi padre, las trochas para volver y los atardeceres hacían que mi goce fuera infinito, aunque el salitre me provoque salpullido. Lo doy por bien empleado, vuelvo a ser el niño de seis años. Después una buena ducha y todo perfecto.

  26. El diagnóstico era claro: carcinoma infiltrarte de mama. Mi vida se deslizaba hacia el fondo de un reloj de arena. Miraba los días con la morriña de quien ha perdido todo. Mis primeros pasos por la vereda de la enfermedad fueron titubeantes, como los de cualquier ser humano asustado. Zozobras y angustias conformaban mi rutina pero duró poco esta triste vorágine alimentada por la soledad. Enseguida surgió un lazo infinito de tonalidades rosas que anudaba a millones de mujeres sumidas en la lucha. Ya no hay salitre en mi corazón sino dulces sabores solidarios. Gracias Asociación Española contra el Cáncer.

  27. Sentado en la arena me entretengo en escribir tu nombre.
    La morriña me oprime el corazón y las lágrimas acuden a mis ojos una vez más.
    El atardecer me encuentra en esa playa que tantas veces paseamos juntos e imagino, como en un espejismo, la vereda que nuestros pasos, cargados de esperanza, trazaron hacia un infinito donde creo sentirte.
    Cierro los ojos conservando la impronta del sol en su ocaso mientras pacientemente espero el mío y el salitre de mi llanto se funde en un etéreo abrazo con el de las olas del ahora sereno mar que nos separó.

Escribe tu relato