Acabamos ya el mes de agosto y con él terminamos nuestro particular homenaje a la película El mejor verano de mi vida de Dani de la Orden, una de las películas que ha triunfado este verano de 2018 en las taquillas españolas... Hoy las palabras nos la da la actriz hispano-argentina Malena Alterio, con la que coincidimos en la premier de la película protagonizada por Leo Harlem. Recordemos que el humorista ya nos dio las Cinco Palabras cuando estaban en pleno rodaje...
Los actores y las actrices de la película también nos han regalado sus Cinco Palabras: Arturo Valls, Gracia Olayo, Isabel Ordaz, Salva Reina y Toni Acosta. Ahora, Malena Alterio, compañera de profesión, nos da sus palabras para los relatos solidarios:
AMARILLO
LUNA
INSEGURIDAD
HACHÍS
AMOR
La pequeña de los Alterio
Es hija del genial actor argentino Héctor Alterio y hermana, del también actor, Ernesto Alterio. Su cuñada es la artista colombiana Juana Acosta y su actual pareja, Luis Bermejo, también se dedica a la interpretación tanto en el cine como en el teatro.
Su familia emigró a España desde Argentina cuando ella tenía tan sólo unos meses. Malena estudió 6 semanas clases de reparto en la escuela de Cristina Rota. Tuvo su primera oportunidad en el cine con una comedia titulada El palo (2000), donde interpretaba a un personaje de una ladrona marginal que se hacía llamar pecho-lata. Al año siguiente era finalista a los Premios Goya en la categoría de Mejor Actriz Revelación. A este trabajo se le sumarían los llevados a cabo en Torremolinos 73 (2003), como Belén López Vázquez en Aquí no hay quien viva (2003) y Las voces de la noche (2004). En 2004 entregó el Goya de Honor a su padre, en compañía de su hermano.
La fama le llegó con la serie Aquí no hay quien viva en la que interpretó durante tres años el papel de Belén. Gracias al éxito de la serie, Malena obtuvo el premio a la Mejor actriz secundaria de la Unión de Actores en 2004, una candidatura a los Fotogramas de Plata en 2005 y el Premio a la Mejor Actriz según la Academia de Televisión Española en 2005.
El 6 de julio de 2006, la serie llegó a su fin a causa de la compra del 15% de la productora por parte de Telecinco, aunque seguía siendo la más vista de España. Ella y Los Serrano eran las únicas que superaban el 30% de la audiencia.
En abril de 2007, Telecinco estrenó La que se avecina, en la que Malena Alterio interpretó a Cristina durante la primera temporada de 13 capítulos.
En 2008 interpretó sobre los escenarios madrileños la obra Tío Vania, de Antón Chéjov, y en agosto del mismo año se estrenó en los cines de España Una palabra tuya con su primer papel protagonista, junto a otra actriz televisiva Esperanza Pedreño, la Cañizares de la también exitosa serie de Telecinco Camera Café.
En 2009 se estrenó Al final del camino, en la que Malena es la protagonista de la historia junto a Fernando Tejero. Se dio la noticia de que estaban comenzando a rodar una serie llamada Supercharly que se estrenaría en Telecinco a principios de 2010, pero Telecinco decidió retrasarla al verano del mismo año. Su rodaje se canceló cuando ya tenían rodados 5 de los 13 capítulos de la primera temporada y se emitió en verano de 2010.
En 2010, Malena estuvo en el Teatro Valle-Inclán con la obra Madre Coraje y sus hijos que se estrenó el 11 de febrero de 2010 y en principio iba a terminar el 4 de abril pero se prorrogó hasta el 11 de abril por la gran demanda de entradas para asistir a la obra. Ese mismo año estrenó su película Nacidas para sufrir donde interpretaba a una monja. Posteriormente se involucró en una nueva serie de televisión para La Sexta llamada BuenAgente, que se emitió entre el 5 de mayo y el 2 de diciembre de 2011.
En 2010 también grabó en Alicante el film Cinco metros cuadrados, protagonizada junto a Fernando Tejero y Jorge Bosch, el cual se estrenó en los cines después de haber ganado 5 Biznagas de oro en el XIV Festival de cine de Málaga.
En marzo de 2011 se alzó con el premio Fotogramas de Plata 2010 a la Mejor Actriz de teatro, por su obra Madre Coraje y sus hijos.
En septiembre estrenó en televisión la segunda temporada de la serie BuenAgente para La Sexta, la cual ya había cancelado la grabación de más capítulos debido a la baja audiencia conseguida.
El pasado 11 de noviembre de 2011 se estrenó finalmente su última película Cinco metros cuadrados, en la que comparte de nuevo reparto con su gran amigo y compañero Fernando Tejero.
A principios de 2012 rodó en Barcelona una mini-serie para TVE de sólo dos episodios titulada Carta a Eva, sobre el viaje de Eva Perón a España en época de Franco y dirigida por Agustí Villaronga.
Durante el mes de septiembre de 2012, Malena estuvo inmersa en el ensayo de su obra teatral Los hijos se han dormido que es una adaptación de la obra dramática La gaviota de Anton Chejov. Su estreno tuvo lugar en el mes de octubre en la Nave nº4 del Teatro Matadero de Madrid, y luego han realizado una extensa gira por gran parte de la geografía española hasta terminarla el pasado 11 de mayo de 2013.
En junio de 2013 hizo un cameo en la segunda temporada de Frágiles interpretando a una monja.
Desde octubre de 2013, Malena se ha vuelto a subir a los escenarios esta vez para interpretar la obra Emilia junto a Gloria Muñoz, Alfonso Lara, Daniel Grao y David Castillo. La gira de dicha obra teatral se alarga hasta finales de 2014.
Más tarde protagoniza la serie Rabia emitida por la cadena Cuatro desde septiembre de 2015 y hasta noviembre de 2015, con ella otros muchos actores y actrices como Patricia Vico, Fran Nortes, Paco Tous, entre otros.
En octubre de 2015 se conoce que protagonizará El hombre de tu vida junto con José Mota, Paco Tous y Norma Ruiz. Su estreno se prevé para principios del año 2016.
En abril de 2016 se da a conocer por varios portales de Internet que ficha por el segundo proyecto de ficción del canal #0 llamado Vergüenza junto con Javier Gutiérrez, en este proyecto encarnará a Nuria que esta casada con Jesús, esta pareja vive en continua discusión y en múltiples ocasiones quedarán avergonzados delante su familia y amigos.
El Mejor Verano de tu Vida
La película trata de un personaje que se llama Curro (Leo Harlem) que no está viviendo uno de sus mejores momentos. Este padre de familia que trabaja vendiendo robots de cocina sueña con un futuro distinto. Y, en pleno declive económico y crisis matrimonial con su mujer Daniela, decide hacerle una promesa a su hijo Nico. Si el chico de 9 años consigue sacar sobresalientes, se lo llevará a pasar el mejor verano de sus vidas.
Lo que Curro no podía imaginar es que el muchacho lo conseguiría. Así, se verá obligado a cumplir su promesa, que logrará cambiar el curso de las cosas cuando la familia se embarque en una aventura en la que se verán envueltos en situaciones que jamás imaginaron.
Una película dirigida por Daniel de la Orden (El pregón) que, ha tomado como referencia la película La vida es bella para realizar el largometraje. El reparto, además de Isabel Ordaz, está formado por Leo Harlem (Villaviciosa de al Lado), Maggie Civantos (Las chicas del cable), Toni Acosta (Mi gran noche, Con el culo al aire) Arturo Valls o Gracia Olayo (La Llamada) entre otros protagonistas.
La causa del mes de agosto es La Red de Solidaridad de Galapagar está abierta a todas aquellas personas que de corazón tengan la intención de ayudar y ser ayudadas. Estén dónde estén y sean como sean. La Red de Solidaridad de Galapagar fue creada por Julián A. Elías Sánchez y está creciendo, ya son más de trescientos asociados a la maraña solidaria, pero el eje fundamental es que los que forman la red detecten las necesidades a través de cualquier organismo al que tengan acceso, a título personal o por terceros. Desde esta organización intentan por todos los medios ayudar a paliar cualquier necesidad que surja.
La autor del prólogo de este mes es del escritor solidario Rafael Blasco López. https://cincopalabras.com/2018/07/29/prologo-de-rafael-blasco-lopez-escritor-solidario-de-cincopalabras/
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SI TE VAS, NADA ES IGUAL PERO TODO SIGUE IGUAL
Esa noche, el reflejo AMARILLO de la LUNA y su gran tamaño la hacían singular; posiblemente el reciente eclipse y la polución ambiente favorecieran el espectáculo, pero a Lambreta eso le daba igual.
A Lambreta -lo apodaban así por la motillo que solía conducir-, esa noche, y todas, el satélite le daba igual y solo percibía que se veía espectacular mientras articulaba lentamente: “¡¡¡a-lu-ci-nan-teeee!!!”, y quitando eso, casi todo le importaba un comino, debido a su INSEGURIDAD, que refugiaba y disimulaba en sus cigarrillos de HACHÍS, según él, para relajar la tensión por la partida de Esther, su único AMOR.
El sol de la mañana parecía pintado en el cielo. Era de un AMARILLO tan intenso que parecía un cuadro impresionista. La noche anterior, ya había pensado que la LUNA parecía una enorme pelota plateada. Cuando se encontraba tan estresada y con tanta INSEGURIDAD, todo en torno a ella perdía su esencia real. Era como si se hubiese fumado un cigarro de HACHÍS. La culpa de todo la tenía la pérdida del que ella creía había sido el AMOR de su vida. Pero tocaba empezar de nuevo. Se puso una zapatillas y salió a la calle, volvió a la vida.
¿Cómo era el juego?
Coche AMARILLO, rapidez para dar primero el golpe. Matricula capicúa, rapidez, golpe.
¡No vale yo lo vi primero, no puedes darme!
¡No des tan fuerte!
¡Ah, se siente!
Tu risa, nuestras risas.
La LUNA llena inundaba la noche y con ello me reafirmaba en mi INSEGURIDAD sobre si la decisión que tomé fue la acertada.
Me llegó el olor a HACHÍS, no lo había probado nunca, tal vez debería hacerlo. Tal vez sería un buen método para hacer que este AMOR doliera menos y de paso volver a reír como hiciera cuando tú aún estabas conmigo.
Para no confundirnos
Siempre hay quien confunde el simple resplandor de los faroles, con el brillo amarillo de la luna espejada en el lago de lo obvio.
Y reitera, insistente, sus errores, queriendo convencernos de lo absurdo.
-“Amar, duele”, afirma, por ejemplo.
Entonces, esa inseguridad inesperada de quien oye decir lo que no cree, se apodera de mí mientras lo escucho. Y decido enfrentarla, alertándote: ¡Nunca tomes sus farsas como ciertas!
Así como ¡achís! y hachís no son lo mismo (aunque el sonido resulte parecido), el amor jamás podría compararse con alguna de las formas del dolor. ¡No lo olvides!
Su bañador era amarillo… ¡Casi como el sol! Y Pedro no sabía cómo acercarse. Él llevaba un bañador blanco como la luna y con figuritas de patitos. En el fondo aún no había abandonado la adolescencia, aunque eran ya treinta los veranos que la había visto en esa playa, por inseguridad, nunca la había dicho nada. Así que decidido se acercó con un cigarro, para vencer su timidez. “Hola, ¿Veraneas aquí nor… malmente?” Ella, tumbada en la toalla, le miró por encima de sus gafas “¿Es hachís? Soy policia” Y así fue como se conocieron mas el amor… ¡hizo efecto!
El AMARILLO de la LUNA incrementó su INSEGURIDAD. Era una de esas noches. Mientras, debajo de su casa, en silencio, ascendía el aroma del HACHÍS, que tan bien conocía. No necesitó asomarse a la ventana, para saber que abajo, en la calle, estaban sus antiguos amigos. Hacía pocos meses había dejado de salir con ellos y todo por AMOR. Cuando ella salió del cuarto de baño, ya vestida y perfumada, agradeció el cambio de un aroma por otro.
Vivía en su mundo. Nada le importaba de la política, ni el color amarillo, ni el rojo ni el azul. Mucho menos el ámbar intermitente del semáforo. Alzó la vista, la luna le sonreía pícara y altanera. La estridencia del claxon que se acercaba le provocó una gran inseguridad. Las pastillas y el porro de hachís resbalaron entre sus dedos y rodaron por el asfalto. Se agachó a recoger su vida. El impacto del autobús le reventó sus órganos internos. En sus últimos segundos vio en la psicotrópica y lejana acera a su amor gritando horrorizada.
¿Un color? El Amarillo, ¿Un astro? La luna, ¿Una sensación? La inseguridad ¿Una droga? El hachís ¿Y un sentimiento? El amor. Esta semana he buscado preguntas que su respuesta fuera cada palabra que nos ha propuesto Cinco Palabras.
La creación de los textos es completamente aleatoria, igual que nuestra vida. ¿Qué es la vida? Seguramente un juego que jugamos desde que nacemos sin ninguna regla y completamente circunstancial.
El color amarillo puede tener significado de mala suerte, para mi el color amarillo me sugiere al submarino amarillo la canción de los Beatles, la que me hace recordar a un amigo.
ANOCHECIO
A ese rincón el color amarillo de la farola apenas llega, fija su mirada en el coche, con una piedra rompe la luna, en el interior no encuentra nada, ni una mísera moneda, los dueños están alertados de la inseguridad de las calles y no dejan nada de valor en el coche. Necesita caballo, el hachís es un juego de niños, pero tendrá que esperar, o no…
La mañana no llega. En el depósito nadie lo reclama, en su pecho tatuado un corazón, y dentro escrito amor de madre.
Era AMARILLO el color de su vestido, el cual le sentaba realmente bien. Mientras caminaba delante de mi, con esos movimientos imposibles sobre unos tacones en forma de media LUNA, no transmitía INSEGURIDAD en su manera de caminar. Cuando llegué a su altura sacó del bolso un paquete de cigarrillos. Encendió uno, el cual despedía un fuerte olor a HACHIS. Unos metros delante, sentado en un banco, había un joven tatuado esperándola. Ella se acercó. Le dijo, «Hola, mi AMOR», le besó y le pasó el cigarrillo.
LA DISCUSIÓN
Tenía una cita con Tomás. Quería presentarme perfecta y estuve probándome varios vestidos. Al fin me decidí por uno amarillo, un color que sabía que a él le gustaba y además conjuntaba con la luna que esa noche estaría llena, pletórica y de ese color más o menos.
Aunque notaba una cierta inseguridad que no era habitual en mí, y todo por la discusión que tuvimos por el hachís que sus amigos le trajeron de Marruecos. Le apetecía mucho. Yo le dije: no estoy de acuerdo de que te fumes eso, amor. Recapacita. Hazlo por mí. Y se enfadó
EL MONSTRUO
¿Qué era aquel ser enorme y de color amarillo que surgía del mar? ¿Sería un efecto óptico a cuenta de la luz que esa noche tenía la luna? La inseguridad le invadía y agachado sobre la arena, creyó estar sufriendo una alucinación. Sólo había fumado un cigarrillo con una china de hachís, así que no podía ser eso, se dijo.
“Aquello”, seguía acercándose…
Tenía que levantarse y salir corriendo de allí, pero estaba paralizado. Un sudor frío recorrió su cuerpo cuando fue absorbido, por el monstruo insaciable de la traición y los celos. El amor que había en él, había muerto para siempre.
Dani
Amarillo y redondo, el rostro de la luna llena colgaba, brillante, sobre el mar, a sus espaldas. Era su primera vez en una planeadora. Le anegaba la inseguridad, tenía el corazón en la boca. Le pagarían quinientos euros por cargar y descargar unos fardos. Ramón, su primo, un experto en lo del hachís, era el mejor piloto. Manejaba dinero, tenía más de un amor y Dani le envidiaba. No tenía por qué pasar nada, pero resonó el rotor del helicóptero policial y Ramón aceleró. La planeadora levantó la proa violentamente y Dani cayó hacia atrás sobre la borda de popa. Sonó un golpe seco y la sangre le empapó la nuca.
C’est la vie
Se lo repetía continuamente: “Más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo”. Lo llevaba escrito y lo repasaba, incansable, a la luz de la luna, mientras andaba el camino. La inseguridad lo atenazaba, a pesar de que, con el último cigarrillo, para desinhibirse, había fumado una china de hachís. Se preguntaba si podría decírselo, aunque le preocupaba más la respuesta.
El corazón se le aceleró. Allí estaba y se acercó temblando.
-¡Hola mi amor!- dijo ella.
-Yo soy tu lobo- acertó a decir él.
“Y en las playas de Isla… se perdieron los dos”.
ERA DE COLOR
Era de color amarillo
el vallado de tus limites,
había luz, esperanza,
y llena,
como la luna llena
era,
la redondez de tu mirada
limpia y serena.
Solo el miedo pudo
quebrar tu sonrisa,
esa inseguridad amamantada
por heridas mal curadas,
el hachís, el alcohol,
noches de alegría ficticia,
ese amor comprado
por la fama de tus películas.
Era de color…
Ahora sientes
que tu amanecer es gris,
pero recuerda,
siempre me trendras a mí.
Disculpas, Mar… He hecho unos pequeños cambios a mi escrito… Éste que pongo sería el correcto. Sorry
EL MONSTRUO
¿Qué era aquel ser enorme y de color amarillo que surgía del mar? ¿Sería un efecto óptico a cuenta de la luz que esa noche tenía la luna? La inseguridad le invadía y agachado sobre la arena, creyó estar sufriendo una alucinación. Sólo había fumado un cigarrillo con una china de hachís, así que no podía ser eso, se dijo.
“Aquello”, seguía acercándose…
Tenía que levantarse y salir corriendo de allí, pero estaba paralizado. Un sudor frío recorrió su cuerpo cuando fue absorbido, por el monstruo insaciable de la traición y los celos. El amor que un día sintió, había muerto para siempre.
FUEGO POR FAVOR
Esta noche salgo de caza. Me he puesto el vestido de las grandes ocasiones, el amarillo. Es el más corto y ajustado que tengo. Además, hay luna llena, la conjugación perfecta. Siempre he dudado de mí en este asunto. Pero, para vencer mi inseguridad nada mejor que fumarme un cigarrito de hachís. Unas cuantas caladas y ya estoy dispuesta para hacer el amor salvajemente.
Por cierto, voy a ver si recuerdo dónde guardé la última vez el chisquero, que ayer ingreso un chico nuevo en la residencia y para sus setenta años no esta nada mal.
Escuchando al gallo
Por fin sé lo significa ”que te de un amarillo”, vaya si lo sé.. //Aquí nada es como parece, aquí uno no nace, aquí uno se hace..//, – tumbado en la arena, miro la luna, con la seguridad de no caer más //..sin que nadie te lo mande, sólo se hace lo que place..//, – con la inseguridad vencida, ¡ja!, por un porro de hachís. Y esa canción que no para.. //¡atrévete si quieres a no hacer nunca lo que debes!//… – ¿Será una canción de amor? //…los pajaritos cantan, las nubes se levantan…//, – Sí. La cantaré mar adentro.
J. Bris
AS TIME GOES BY
Todavía lloro cuando recuerdo que aquel tenía que haber sido un viaje de ensueño. Fue imposible reunir el dinero suficiente para un crucero por el Caribe y me decidí por unas vacaciones de cine en Casablanca. Preparé las maletas, sin olvidar mi vestido amarillo más sexy.
Como buena admiradora de Bogart, salí a la búsqueda del “Café de Rick” recorriendo toda la ciudad bajo la luz de la luna. Al entrar, afloró mi inseguridad, pero después del hachís, que me ofrecieron con amor, acabé diciéndole al pianista: “Tócala, otra vez, Sam”.
Aún no me puedo creer lo que ocurrió después…
AMARILLO LUNA INSEGURIDAD HACHÍS
AMOR
Con el rostro amarillo y macilento, volvió a mirar a la luna. Realmente no recordaba si esa noche la había visto ya, pero la saludó como acostumbraba. Rebuscó en su bolsillo, pero la inseguridad que le daba el hachís que había fumado no le permitió encontrar el mechero que, por cierto, había guardado en su mochila.
Los ojos de su gran amor le miraron abiertos de par en par. Se acercó un poco y recibió un lametón en toda la cara. “Yo también te quiero León”
Había contemplado como la puesta de sol fue cambiado el color del cielo de un Amarillo palido a un intenso rojo y había vuelto a ver salir una inmensa Luna llena pensando en ella y en vencer la Inseguridad que le paralizaba cuando la veía.
Ni la cerveza ni los porros de Hachis le daban el valor para hablarle y menos para confesarle su Amor.
Al menos se divertía filosofeando y riendo con sus colegas.
Ella le veía fumar y beber con aquella panda de yonkis y se preguntaba que le habría llevado a ello, con lo buen chico que era.
Lo dejó todo y perdió todo.
Un habitante de calle que con su morral amarillo caminaba sin rumbo alguno, bajo el abrigo de la luz de la luna, dónde la inseguridad de calles de la ciudad que lo recibió al llegar de su pueblo, su principal motor de búsqueda para suplir la necesidad de su adicción era el hurto, para estar metido en el micro tráfico del maldito Hachís, sin darse cuenta dejo todo incluyendo el amor de sus seres queridos para quedar en ese mundo oscuro y cruel de la vida callejera, bajo el control de la maldita droga.
Allí anda deambulando desde hace muchos años, de nada valió el esfuerzo de sus padres en brindarle todo para su estudio, aunque cometieron un error “darle todo”, y sin darse cuenta no le dieron lo más importante el amor de padres y el amor de un hogar.
Esa es la triste historia del joven que quería ser ingeniero, se quedó viendo el amarillo bajo el alucinógeno de la luz de la luna, dónde la inseguridad era su protección consumiendo hachís y sin nada de amor por la vida… Ahí está él perdido y sin saber quién es.
Jorge A Ruiz G
@jorge03usl
Me encamino hacia la cocina medio dormido.
Enciendo la luz y el amarillo brillante de las paredes me desestabiliza las neuronas que comenzaban a despertar.
Apago la bombilla, por la ventana aún se cuela la luz de la luna
-Ya me apaño, me digo
La inseguridad de mis pies me precipita al suelo. Caigo de bruces. Me arrastro hasta el cajón donde guardo el hachís y a duras penas consigo prepararme una pipa que fumo allí mismo, sentado en el suelo, recostado contra la pared.
Imposible recordar qué pasó ayer.
Querida hierba, amor mío, me anulas, tendré que dejarte…, mañana.
No fue el amarillo de sus ojos lo que me alertó de su enfermedad, ni la luna blanca plasmada en su rostro. Tampoco la inseguridad en sus palabras balbucientes cual efecto del hachís. Fueron su apatía, su desidia, su falta de ganas de reír y de pasión por la vida, las primeras muestras de alguien que huele su espíritu en estado de putrefacción y siente que nada le puede salvar. Es la ausencia de su gran amor lo que le está matando.
Los pequeños detalles
Nada me gusta más que cumplir años, y no por los regalos que pueda recibir, sino por las felicitaciones en sí. Unas sinceras, otras de compromiso, impostadas algunas, también las olvidadas. Son momentos entrañables, divertidos.
Entre los presentes de este año encontré uno que me impactó: AMARILLO, se leía en la carátula. Me dejé llevar por sus notas y letras y me encontré de camino a la LUNA. Dejé de sentir la sensación de INSEGURIDAD que me acompaña y empuja hacia el consumo de HACHIS y que, a nada, terminará destrozándome.
“Con mucho AMOR”. Rubricado en la contraportada.
AMARILLO – LUNA – INSEGURIDAD – HACHIS – AMOR
Estaba en la playa cenando. Entrenando mi vestido AMARILLO, vaporoso.
La noche era preciosa, una gran LUNA rojiza, a causa del eclipse lunar. todo un espectáculo. El cielo estrellado. Todos estábamos embobados.
Había jóvenes metidos en el mar, celebrando la belleza de la luna. A mi me producía, INSEGURIDAD, pero de buena gana, me hubiera mojado los pies.
Otro grupo de jóvenes en la playa hicieron una hoguera, el aroma de HACHIS, llegaba con la brisa del mar. Todos cantaban con guitarras y danzaban, aclamando al Dios del AMOR. Para que el planeta se impregnara.
¡Ay, amor!
Me gustaría entender qué te causa ese color amarillo cuando me miras decepcionada. No puede ser la luna llena, »lo tuyo nunca fue pasión, tampoco el romanticismo. También dudo que sea el fiel reflejo de mi inseguridad, esa la conocías desde que me besaste por primera vez, hace de eso ya muchos años. ¿Tal vez el hachís que consumes desde que volvimos de nuestro “feliz” viaje de novios? ¡Ay, amor! Tengo la cruel certeza de que no fui yo quien perdió… fuiste tú la que dejó atrás su frescura fundida a mis espaldas y te quedaste para ti mi amargura.