Hace quince días en un acto en la Casa de Cantabria de Madrid en el que participaba nuestra escritora solidaria África Sánchez, recitando unas poesías en la presentación del disco del tenor asturiano Joaquín Pixán, 'México, ahora y siempre. Homenaje a la música popular mexicana'.
Tuvimos la gran oportunidad de conocer personalmente una de las voces más privilegiadas de nuestro país: Joaquín Pixán. El tenor asturiano Joaquín Pixán estuvo acompañado por Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria; el economista y político uruguayo, de raíces asturianas, Enrique Iglesias; el locutor de radio Luis del Olmo; y el empresario y mecenas cultural asturiano Francisco Rodríguez, cofinanciador del proyecto. "México, ahora y siempre" contiene 17 canciones mexicanas y tres originales de Pixán.
El tenor nos dio sus Cinco Palabras, para que nuestros escritores solidarios escriban sus relatos:
PUEBLO
RESONANCIA
CULTURA
AMOR
CALIDAD
Una voz privilegiada
Pixán aúna clasicismo e innovación y es, no cabe duda, un artista poco frecuente por su manera de entender el canto y la gestión musical. Con su voz se convierte en un “buscador de emociones” que investiga, aborda nuevos y originales territorios en lo que se unen la lírica y la poesía en un buen número de proyectos únicos en el panorama musical español como las obras dedicadas a los poetas Ángel González, Ramón Cabanillas, Rosalía de Castro, Pablo García Baena o María Lejárraga.
Posee una especial sensibilidad a la hora de rescatar y poner en valor la canción de concierto para voz y piano, en muchos casos con obras de nueva factura, aportando nueva bibliografía al panorama musical español, tarea en la que le ha acompañado en multitud de conciertos y grabaciones el excelente pianista Alejandro Zabala. Con él ha compartido largas horas de estudio y trabajo en el mutuo interés de ir más allá de los terrenos musicales habituales, explorando y descubriendo obras poco transitadas, pero llenas de belleza y lenguajes musicales novedosos; recuperadas o incluso encargadas a diversos compositores como Antón García Abril, Zulema de la Cruz, Félix Sierra, Jorge Muñiz, Milena Perisic o Raquel Jurado, entre otros.
Es, además, un gestor cultural en toda su extensión, ya que genera su propio espacio para llevar a cabo esos proyectos que impulsa desde el nacimiento de la idea hasta la presentación de la obra. Esta manera de afrontar su larga carrera musical le ha llevado a colaborar con nombres tan ilustres como Monserrat Caballé, Alfredo Kraus o directores como Rafael Frühbeck de Burgos, Jesús López Cobos, , Miguel Roa, Benito Lauret, David Hill, José de Eusebio u Oliver Díaz.
No obstante, Pixán también ha querido abordar en ocasiones temas populares e incluso terrenos como el de la copla o el pasodoble –tan imbricado en la zarzuela-, en el que ha dejado una impronta lírica desgranado notas y saberes de hondo calado emocional.
Es, pues, un artista de múltiples facetas que no olvida -todo lo contrario- sus orígenes: el ciclo de canciones “Madre Asturias” compuestas por Antón García Abril y grabadas con la Orquesta Filarmónica de Londres -dirigida por Jesús López Cobos- en los míticos estudios Abbey Road, supuso un hito en la música asturiana y es una muestra de su interés por las tradiciones y la cultura de su tierra natal.
La figura del político y escritor asturiano Jovellanos dio lugar a otro importante y original trabajo del tenor, con textos del poeta y Premio Cervantes 2006 Antonio Gamoneda y música de Jorge Muñiz, junto a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias dirigida por Oliver Díaz.
Y quizá una de las iniciativas más ambiciosas de Joaquín Pixan -ya que supone también una obra de autoría- es la de “Un Cancionero Asturiano para el siglo XXI” en la que de nuevo su compañero de viaje es Antonio Gamoneda. Ambos abordan en esta obra un trabajo, a decir de muchos histórico, ya que supone un nuevo concepto de los textos y la música tradicional asturiana.
Más de 30 grabaciones, innumerables conciertos por España y el extranjero, acompañado por formaciones como la London Philarmonic Orchestra, la English Chamber Orchestra, la Orquesta de RTVE, la Orquesta Sinfónica de Madrid, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, la Orquesta Sinfónica de Oviedo o la Filarmónica de Málaga, dan una idea de la trayectoria de Joaquín Pixán y de su infatigable inquietud cultural y artística al servicio de la música.
La autora del prólogo de este mes es de la actriz y cantante de la Coral Cantoría, Laura Martínez de Aguirre. Este mes ayudamos a la Asociación olVIDAdos, esta es una entidad sin ánimo de lucro. Surgió del interés de un grupo de amigos que en el 2010 que se unieron para ayudar en el terremoto de Haití. Un equipo se trasladó al país y atendió a los damnificados en los primeros momentos.
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
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He caminado mucho, a veces cansada, a veces sin rumbo y siempre me han abierto los brazos en algún pueblo donde descansar, donde escuchar las cristalinas aguas de la garganta el eco de los chismes de esos lugareños al bajar por las angostas callejuelas, la resonancia del bailoteo de los caballos …su cultura, ésa que embriaga a los que somos viajeros y que agradecemos con sonrisas y amor….son éstas cosas entrañables las que visten de calidad nuestros tesoros históricos nuestros caminos soñados…
Acerquémonos a la cultura
Eufemio era de pueblo, más bien una aldea, Salcedillo (Teruel) de tan solo 20 habitantes (y porque él decidió vivir allí con su mujer y su pequeño de tres años). Antes del accidente que lo dejó con gravísimas secuelas, la peor, una lesión de espalda dolorosísima. Estaba en la capital para una resonancia. Su pasión era el teatro, y aprovechaba ese viaje para disfrutar de la obra de Josema Yuste ‘Taxi’. En el “Teatro Marín”. Era un enamorado de la cultura y ese gran amor hacía que, ante su poca calidad de vida, aprovechara cualquier excusa para disfrutar de ella.
Reblogueó esto en Vivir, una receta que pocos conocen o saborean [Frank Spoiler].
Ecos
En mi pueblo pequeño o en tu ciudad inquieta, el aire es una inmensa caja de resonancia de todo lo que ocurre: La cultura de paz; cada acto de amor brotando solidario; el “nosotros” aquí, a flor de piel. Y siempre, las palabras de apoyo, por supuesto, para quien no ha descubierto todavía que no habrá otra manera de salvarnos, excepto que abracemos lo distinto.
En cualquier gris ciudad -apuro y vértigo- o en el verde silencio de un pueblito, la mejor calidad del aire llega… ¡cuando resuena, enérgico y valiente, el eco inconfundible de lo bueno!
El pueblo, hoy en día, está abandonado y siempre estuvo rodeado de un halo de misterio y maldición. Por la noche nos metimos en un de lo torreones del castillo en ruinas y tratamos de grabar unas psicofonías. La resonancia del recinto, pese a estar medio caído te ponía los pelos de punta. Los vestigios de la cultura Celta se dejaban ver en alguna de las inscripciones en las piedras del castillo. Conociendo el amor de esas gentes por la música y algo predispuestos, pensamos que estábamos grabando gaitas y voces de ultratumba. Lástima la mala calidad de la grabación.
NO DEJEMOS QUE EL FUEGO ACABE CON ASTURIAS
Cuando mi abuelo me hablaba de su pueblo, sus ojos azules reflejaban los lagos de covadonga. En su mente habitaba el recuerdo de la resonancia de los montes. Yo diría que no era cultura asturiana, sino embrujo. ¡Cuántas veces las entrañas de su tierra llenaron sus manos de negro carbón! Pero tan grande era su amor por la tierra astur, que siempre llevo consigo el orgullo de ser minero. En calidad de regalo, nos dejó un pedacito de asturias en nuestro corazón.
Cada pueblo que visito en el viaje de la vida deja una especial resonancia en mi interior, me aporta algo inefable y nuevo, me recuerda o aleja de mi propia cultura. Abre mi mente, mis aspiraciones, y, ocasionalmente, el corazón. Sobre todo si algo o alguien- sin querer, con alguna clase de amor- me ha predispuesto a ello sin yo saberlo. Intento recoger ese legado y hacerlo mío, para acabar confirmando un tópico que aunque repetido como mantra, no tenia interiorizado; qué calidad de vida tiene nuestra España, a pesar de todo…
No somos conscientes de la importancia de ciertas palabras y de su significado, como Pueblo que tiene Resonancia mundial al identificar a las personas que pertenecen a un mismo país ó que están unidas por la raza, religión ó Cultura.
Y como no, para describir al pequeño núcleo rural que le da su mayor significado.
El Amor por la tierra que te ve nacer y crecer crea lazos fuertes que te unen a ella.
Aunque te conviertas en emigrante buscando equivocadamente una mejor Calidad de vida y el camino te lleve lejos, siempre anhelaras regresar a tu tierra, a tu pueblo.
Visité “El pueblo sin avances”
Cualquier noticia tenía enorme resonancia entre sus habitantes, aunque las estadísticas eran cero retuits, favoritos y publicaciones. Nadie impartiría charlas o conferencias frente a medios de comunicación. Porque… ¿Qué medios? Solo era permitida la voz por el aire. No había coches y la electricidad provenía de molinos de viento. Allí pude, eso sí, admirar, ver, palpar, saborear, oler y escuchar el conocimiento y cultura que desprendía su gente, llena de alegría, transmitida por tradición oral durante generaciones. ¡Vida artesanal!
Su máxima era “El saber y el amor sin añadiduras”.
Puntuación Calidad Guía Turistín: 5 estrellas.
SIGUES AUSENTE
Amanece de nuevo el pueblo
con diatónica tormenta
y mi mirada se pierde
en las formas de tu ausencia,
ni por asomo consigo
la lejana resonancia
de tus conocidos besos,
solo silencio al alba.
Apenas me manda el viento
su conocida melodía,
eco, de cultura milenaria,
con ella,
retazos de tu despedida
en el alfeizar de mi ventana.
Sigues amor, ausente,
sé que no volverás,
me lo dijo ayer la luna
cuando llorando me vio,
y en calidad de amiga,
a soñarte me invitó.
Amanece…
tengo frío,
necesito tu calor,
que cruel ha sido tu huida,
que oscuro tu corazón.
PUEBLO – RESONANCIA – CULTURA – AMOR – CALIDAD
Se unían, varias ciudades, para conmemorar los grandes obras de Gaudi. La Cripta de la colonia Güel, fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Todos los de mi PUEBLO, decidimos ir al concierto de música Sacra, que se celebraba en la Cripta de Gaudi.
Las notas; dentro tiene una RESONANCIA, estupenda y para fomentar la misma; el Ministerio de CULTURA, se inclino, por este lugar.
No os podéis imaginar, como sonaba dentro los instrumentos. el AMOR a la musica, me encandilaba, la CALIDAD excelente. Todos salimos satisfechos y emocionados.
Gaudi construyo un lugar bello y fantástico, para conciertos musicales su acústica es impresionante
ORÍGENES
Volver al pueblo y a sus orígenes. Poder leer su historia entre los adoquines de sus calles y sentir de nuevo como propio la resonancia de sus tradiciones y su cultura. Recordar ese primer amor adolescente. La transparencia y la calidad de las aguas heladas de ese río, en el que tantas veces se había bañado de niña bajo la atenta mirada de su madre, que ahora, esperaba ansiosa su regreso. Pero el informe que acababa de recibir lo cambiaba todo. Aquel documento confirmaba sus sospechas; había sido una niña robada, y se sentía perdida. Ya no sabía quién era.
LOS RECUERDOS
Cuántos recuerdos tengo de mi querido pueblo. No puedo evitar, en los momentos de soledad y añoranza, sentir una resonancia dentro de mí, como si de un rumor marino se tratara, que martillea en mi cabeza haciendo que la memoria me traslade a aquellos años de felicidad.
Aquella cultura, de la que aprendimos una generación entera, ha formado nuestros caracteres y ha definido nuestra manera de ser, nuestro modo de vivir. Basado sobre todo, en el amor hacia uno mismo y hacia los demás. Ya que conectamos siempre lo recordado, con la calidad de nuestras experiencias vividas en la actualidad.
Storm
Pueblo – Resonancia – Cultura – Amor – Calidad
Un pueblo migrante no pierde su cultura solo por vivir en tierras ajenas, por el contrario, se arraiga a sus tradiciones con firmeza y expande sus creencias así como lo ha aprendido de generación en generación, así como lo ha repetido año tras año, siglo tras siglo. Lo que a veces se pierde no es exactamente la tradición. Lo que se pierde es la calidad humana, el amor y el respeto a las personas. Es asombrosa la resonancia que tienen los chismes en un pueblo pequeño arraigado en tierras extranjeras. Es una práctica que traspasa las fronteras, no importa la distancia. Este fenómeno solo se ve más comúnmente en las pequeñas comunidades latinas. Me consta tristemente que en la mía también.
Mañanas de verano
Me gustan estas mañanas de pueblo con los vencejos en vuelo rasante sobre el patio. Sentado en el porche, me llega la resonancia del cacareo de las gallinas de Mary Leo. Una de ellas, blanca y espigada, con una falta absoluta de cultura y la cresta roja y reventona, se pasea por la pared del patio y defeca, petulante e impúdica, manchando la fuente de cerámica. Un verano, aquí, me emocioné con el primer amor, y la dibujé, sin nombre, en unos cuadernos con pastas amarillas. Pían los gorriones y, en el granado, amaga la chicharra. ¡Calidad de vida! dicen los urbanitas. ¡Vida y ya!
(Y si hui..)
Y si hui, no fue de ella,´
que fue por otra cuestión,
ni fue odio, ni pasión,
la detestaba por bella.
Lejos, muy lejos de aquella,
en un pueblo, cruel rincón,
enterré mi corazón
sin resonancia ni huella.
Y al huir no busqué estrella,
que es “cultura del varón”,
no encontrar en su evasión,
el amor de una doncella.
Y del modo que atropella
la ceguera a la razón,
volví a ella con fruición,
cual borracho a la botella.
El mismo premio me llega,
en calidad de bufón,
risas, que no compasión,
lo que obtiene mi querella.
J. Bris
El desvío al pueblo estaba en algún punto de aquella infinita recta.
El letrero apareció ante mí, surgido de la nada, “a Resonancia”, decía.
Desde que una comunidad de estudiosos de la cultura musical se había instalado allí, se venían observando extraños fenómenos, un cambio en el ecosistema del entorno, la aparición de un microclima.
El motor empezó a fallar y el coche se detuvo definitivamente.
Sonaba una canción que hablaba del amor como generador de calidad humana, de fuente de vida.
Me arrebujé entre los cartones, abrazado a mi violín y continué soñando.
ABRAZANDO LA LUZ
Ante cualquier circunstancia que sucede en el pueblo, este actúa como una caja de resonancia. Puede ser debido a los pocos habitantes que somos, y a que todo se magnifica. Vivimos en la cultura del correveidile. Pero, en la cadena de transmisión, todo se va exagerando.
Tengo que confesar que, nada más la vi, fue un amor a primera vista. Tal vez, cegado por la luz de su mirada o por las copas que tomé. Aunque, me aseguraron que era ginebra de primera calidad. Lo que no sé explicar es porqué amanecí, desnudo, abrazado a la farola de la plaza mayor.
Un paseo por tus venas puede enfrentarte a tus miedos, ante el deseo de alejarte de un pueblo hipnotizado por la resonancia del cencerro, que anuncia la ignorancia necesaria para callar y aceptar normas alienantes. Te revolverás en tu sangre con los indultos y humillaciones de sumisos y perezosos. De envidiosos. Busca la verdad en tu corazón y déjales pastar. Encuentra la luz en la cultura y el amor en quien desee salir del redil, para hacer un mundo más bello, donde la calidad humana roce la excelencia del universo. Puede que algún día, ellos también te sigan
SOL RE-NACIENTE
Mi pueblo languidecía de ausencias y de soledad. El viento atravesaba sus calles y plazas vacías sin encontrar a nadie a quién susurrarle. Las casas deshabitadas se habían convertido en una gran caja de resonancia que amplificaba su silbido fantasmal.
Necesitaba llenarse de nuevo de vida. Entonces, publicitamos su belleza y cultura a través de las redes sociales. Rompimos aquel aislamiento desesperados por obtener el oxígeno necesario para su supervivencia.
Cuando respondieron a nuestra llamada de socorro, regresaron a sus calles las risas, el bullicio y los besos de amor.
Ahora, celebramos bodas de calidad para parejas de ojos rasgados.
El PUEBLO es precioso y pensé que deberíamos darle mayor RESONANCIA para que esta CULTURA en la que nos movemos valorase más lugares como este.
Lo comenté con la gente del lugar y me respondieron que no lo consideraban necesario. En su mayoría estaban de vuelta de esa cultura y sabían lo que esa difusión supondría.
Así que, por AMOR a ese lugar, decidi no compartir en mis redes como me sentí en tan cercano y a la vez remoto lugar.
Prefieren CALIDAD que cantidad, con pocos y respetuosos visitantes los pueblos olvidados se convertirán en pueblos secretos y encantadores.
El pueblo, una resonancia, la cultura, el amor y la calidad. Nuevamente palabras que solo tienen en común que tienen que aparecer en este texto.
Extraigo la palabra, Resonancia, debido principalmente a que con el resto no me sugiere nada.
Un pueblo tiene una cultura muy cercana al amor por la tierra. Una tierra de una gran calidad y que me provoca la nostalgia de un tiempo mejor.
La cultura puede ser el inicio de la vida, sin la cultura no concibo la vida. El arte es la cuna de la cultura. Una cultura que nos puede hacer más felices.
Introspección
Se percibía el olor a pan de PUEBLO desde lejos. “Pan candeal”, lo llamaba su abuelo.
Sus palabras y consejos conforman una RESONANCIA a ritmo de yunque y martillo.
Formaron un férreo carácter inherente a sus raíces, mientras heredaba la CULTURA de su ancestro…
Volvía a sus orígenes recordando aromas, vivencias y enseñanzas con tanto AMOR, le habían acompañado y ayudado a triunfar, siempre ¡No hubo dificultad, o sufrido decepción, que no fuera superable!
Orgulloso de sí mismo, se disponía a repetir el camino con su hijo… y después, con su nieto… ¡Aquello era CALIDAD de vida!