ESCRIBE TU RELATO DE MARZO (III): Directora de Medios de Asuntos Exteriores Ana María Rodríguez Pérez

En la tercera semana del mes de marzo os proponemos las palabras de la Directora de Medios de Asuntos Exteriores, Ana María Rodríguez Pérez, dependiente del ministerio que dirige Alfonso Dastis, con la que coincidió nuestra presidenta Mar Olayo en un viaje a Nueva York para asistir a una reunión en Naciones Unidas. Éstas fueron sus Cinco Palabras:
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ALMADRABA
DESENGAÑO
PERISCOPIO
CÁNTARO
PLAZUELA

Ana María Rodríguez Pérez, sustituyó en el cargo de director del Medios del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación a Tomás Poveda, hasta es momento era consejera coordinadora de Información en la Representación Permanente de España ante la UE, en Bruselas.

Rodríguez Pérez es licenciada en Filosofía y Letras con especialidad en Árabe e Islam por la Universidad Autónoma de Madrid y posee el Diploma Internacional en Administración Pública por la École Nationale d'Administration (ENA) de Francia.

Perteneciente al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, ha estado destinada en el Gobierno Civil de Granada y, como consejera de Información, en las representaciones diplomáticas españolas en Marruecos, Representación Permanente de España ante la Unión Europea e Italia. Ha ocupado diferentes puestos en la Secretaría de Estado de Comunicación del Ministerio de la Presidencia y en la Secretaría General Técnica del Ministerio de Economía y Hacienda. Desde agosto de 2012 era consejera coordinadora de Información en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea.

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La autora del prólogo de este mes es Paloma Santório, escritora solidaria de la Asociación de Escritores Cinco Palabras y tripulante de cabina de la compañía IBERIA.

La causa del mes de marzo es  ‘Ningún niño sin Merienda’ que surge de cinco voluntarios que llevan tres años trabajando para que los niños más necesitados no se queden sin esa merienda. Este grupo preparan meriendas, ropa, juguetes y le intentan llevar alegría a esos niños.  A éste grupo le hace falta ayuda con productos de merienda. Su última acción ha sido en el Hospital Miguel Servert de Zaragoza.

Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:

No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.

El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)

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31 comentarios sobre “ESCRIBE TU RELATO DE MARZO (III): Directora de Medios de Asuntos Exteriores Ana María Rodríguez Pérez”

  1. Sueños desaparejados
    Fuiste un mal pescador mal que te pese.
    El futuro, que parecía brillante, se nos quedó enredado en la almadraba.
    El desengaño, a veces, te sorprende, y como un periscopio inesperado te muestra la verdad sin que te noten.
    Se convierte en anzuelo que desgarra, de algún modo, los sueños más preciados, encerrándolos en un laberinto, impidiéndoles que lleguen a la costa.
    Es que tanto va el cántaro a la fuente que al final se destroza -o se agrieta- y allí tienes la escena inevitable: la gente amontonada en la plazuela viendo cómo la ilusión se nos desangra…

  2. Era temprano y todo estaba preparado en la Almadraba, las redes, aparejos de pesca. Querían un gran día de pesca y olvidar el Desengaño de la mañana anterior. Todos miraban al centro como si tuvieran un gran Periscopio intentando ver lo que debajo de las aguas había. El Cántaro en el que llevaban el agua, por un mal golpe se hizo añicos, quedándose sin agua potable. Al llegar al puerto, vieron a lo lejos en la Prazuela una gran cantidad de gente para celebrar la pesca.

  3. – ¿ Atún de Almadraba?, menudo desengaño, no me gusta.
    – ¡Mamá!, ¡quiero chuletillas! Esto huele a comida de gatos.
    – Con el dineral que me ha costado, ahora me saltas con eso, que te he comprado lo mejor y tienes que comer pescado.
    -Jooo! ¡Mamá!
    -Tu mismo, ahí te vas a quedar hasta que te lo comas todo, si quieres salir, ya sabes.
    Se lo tenía que comer, su madre era muy terca si decía que no salia, no salia y hoy no se lo podía perder. Juan había construido un periscopio con un tubo y dos espejos para espiar a las chicas en la piscina y por la noche tenían que apedrear el cántaro nuevo que habían puesto en la fuente de la plazuela del Carmen.

  4. La Plazuela de las artes

    La almadraba, un laberinto de redes, esperaba la llegada de los atunes, en la bahía de Mazarrón. Aunque esta vez se encontraron con otra cosa muy distinta. El desengaño fue total (aparte del susto). Después del violento choque contra “algo” que no supieron calibrar, apareció el periscopio de un enorme submarino ruso. Al abrirse la escotilla los pescadores pudieron escuchar una canción conocida: «Traigo a la gente revuelta. Revuelta con mis canciones. Al ver la tristeza y con el cántaro roto tu no debes ir a casa…» Titulada “Panderita hermosa” y no, no estaban en «La Plazuela de las Artes».

  5. Vidas perennes.

    Vidas de las de ir el CÁNTARO a la fuente,
    todas preñadas de DESENGAÑO.

    Desde la PLAZUELA de mi infancia,
    juncos, recuerdos de rayuelas solitarias.

    Por el ojal de la aguja cual PERISCOPIO
    se desliza la luna pequeña pequeñísima.
    Dando y vertiendo sobre la playa de la memoria
    recuerdos níveos que mi costumbre,
    quiere cazar cual ALMADRABA de ideas luminosas.

    Tan sólo un ayer, tan sólo un hoy, y luego
    el gusto por la poesía.

    1. Recuerda:

      Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:

      No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.

      El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)

  6. José gastaba las últimas horas de la tarde, mirando al mar, en un banco del paseo marítimo de Barbate. Con su mirada firme y curtida, apoyado en su bastón, revivía las jornadas de la pesca de ALMADRABA. Aquellos días de duros trabajos quedaron atrás y ahora sentía hasta DESENGAÑO, después de tanto trabajar estaba solo y cobraba una mísera pensión.

    Detuvo sus dulces ojos claros de anciano en el niño que jugaba con un PERISCOPIO observando a la muchacha que con su CÁNTARO cruzaba la PLAZUELA. La nostalgia lo transportó a los buenos días en familia, con abundancia de pesca.

  7. La primera “levantá” del atún rojo de almadraba de Conil había coincidido ese año con la Semana Santa y provocó que los bares de la zona acabaran con todas las existencias. Lo peor fue el desengaño que se llevaron los japoneses que venían como cada año a llevarse todo el atún y se fueron con las redes vacías.
    -Otro año vienen ustedes en submarino y vigilan con el periscopio, ¡alma de cántaro! decía un lugareño a un japonés muy cabreado.
    Nosotros, desde luego, nos pusimos moráos en el bar de la plazuela.
    -¡Va por ustedes japas! (¡Hay que ser educáo!)

  8. AÚN TOCABA LA GUITARRA

    Con los dedos descarnados
    aún tocaba la guitarra, 
    tejiendo con muchos colores
    laberintos de almadraba, 
    y reía, 
    de si mismo se reía, 
    del desengaño sufrido, 
    nadie queriendo podía 
    saber de su gran dolor
    generosamente escondido, 
    y bailaba
    y reía, 
    cantaba por no llorar, 
    tenía el alma sin vida. 

    En su mundo submarino 
    de sueños y de aventuras, 
    se alzaba un gran periscopio 
    para observar la alegría, 
    escondiendo así su pena
    en cántaro de porcelana, 
    de porcelana y arena, 
    la porcelana era fina, 
    la arena era gruesa y fea. 

    Con los dedos descarnados 
    aún tocaba la guitarra,
    en una oscura plazuela.

  9. ENREDADO EN LA ALMADRABA

    Desde el fondo de tus mares
    y enredado en la almadraba
    has perdido el referente;
    desengaño de tus días.

    Y te muestras impaciente,
    observando en la distancia
    a través de un periscopio;
    no asomando la cabeza
    a este mundo que no entiendes.

    En tu cántaro vacío
    de ilusiones y esperanzas,
    han metido todo el odio
    que rezuma en la plazuela
    de una fuente endemoniada.

    Y es que, eres raro, ¡eso dicen!
    cuando gritas desde el fondo:
    “¡Ya no vuelvo a pisar tierra!
    que no quiero yo vestirme
    de mentiras y rencores”.

    En el fondo de tus mares
    y enredado en la almadraba…

  10. ALMADABA DESENGAÑO PERISCOPIO CÁNTARO PLAZUELA

    Habíamos salido varias veces a pescar, pero esta vez lo haríamos con ALMADRABA, sujetando la red en un palangre, no queremos sufrir un nuevo DESENGAÑO. Esta vez, mi primo me dijo que vio por su PERISCOPIO, un gran banco de atunes que venían del mar de Noruega. Echamos redes a la mar, buuuuuuuf !!! como entraban a miles. Al llegar a puerto, con un buen CÁNTARO de vino, hicimos una gran caldereta de marmitaco en la PLAZUELA del puerto para celebrarlo con los vecinos del pueblo.
    Fue una captura espectacular y la algarabía de los tripulantes se contagiaba a todos.

  11. Mariano se jactaba de sus conquistas femeninas cual capturas fueran: “Yo utilizo la técnica de la almadraba; instalo un laberinto de redes y luego, ¡zasca! No se me escapa ni una… “.
    Cuando leyó la nota de Sole diciéndole que le dejaba, sufrió su primer gran desengaño.
    ¿Cómo había podido perder a su pescadito más preciado, el que vivía en su pecera…? Observó su trayectoria como sacando un periscopio de la profundidad de su conciencia mientras se reprochaba con aflicción: “Alma de cántaro, ¡has destrozado tu matrimonio por cabrón! Tembloroso, se dirigió farmacia de la plazuela de abajo para comprar ansiolíticos.

  12. No caería en una almadraba si hubiera sido un pez, ni sería herida por perdigón si hubiera sido un ave, no podrían engañarla gracias al profundo desengaño de todos los hombres… Ella, despierta como búho en la noche, te encontraría en la Luna o en la fosa de las Marianas, no dudes que daría contigo, su ojo es lupa, periscopio, microscopio, ¡láser! Ella es el agua que desaparecería del cántaro y milagrosamente… resurgiría en tu boca, música que sonaría en lejana plazuela y viajaría, ¡viajaría!… hasta dar con tus escondidos oídos. Así es, amigo. Nada la vencerá mientras estéis…
    Enamorados.

  13. GERMÁN

    Germán sonrió, ALMADRABA encajaba en el 10 horizontal. El médico le había dicho: Haga crucigramas, ejercite la memoria. Para evitarle otro DESENGAÑO al doctor, en la próxima visita, no le contaría que ojeaba las soluciones. Además, mientras tomaba café, cuando pasaba alguna joven, levantaba, como un PERISCOPIO, la mirada del periódico.
    Anochecía, permanecía sentado, como alma de CÁNTARO, en el bar de la PLAZUELA. Había olvidado, otra vez, el recorrido de regreso a casa. Sería mejor esperar a que su hija lo echase de menos y fuese a buscarlo. La última vez que le ocurrió acabó en el cementerio. Era el único camino que recordaba para ver a Adela, su mujer.

  14. AMAR SIN RED

    Desapareció durante el tiempo de la almadraba, sin una despedida. Fue mi peor desengaño. Quedé rota de dolor. Después de él ya no fui la misma. Me volví desconfiada. Desarrollé un sexto sentido que funcionaba como un periscopio: podía ver las zonas más inaccesibles de los demás. Pude evitarme sufrimientos, aunque seguía siendo tan frágil por dentro como un cántaro en medio de una plazuela llena de niños jugando a la pelota.

    Pero, cuando apareció un nuevo amor y me miró con aquellos ojos, olvidé mis miedos, me perdí en su mar y anidé en el hogar de su boca.

  15. POR LA COSTA…
    Tenía mucha curiosidad por ver una almadraba pescando atunes. Fue muy interesante, pero me llevé un desengaño debido a la poca captura que consiguieron ese día. En otra ocasión, más hacia el otoño, volverán a invitarme, dijeron.
    A mi regreso, me entretuve en un pequeño pueblo costero y le compré un periscopio a mi hijo que le había prometido en su último cumpleaños. También aproveché para visitar una alfarería, donde pude ver como se hacía un cántaro. Grandes profesionales que hacen magia con sus manos.
    En la plazuela, bebí un sorbo de agua que me supo a gloria.

  16. Storm
    Enredada en la almadraba de tus palabras,
    conducida por tu elocuencia,
    me enseñaste el desengaño.
    Eleve mi mente cual periscopio y asi salir de la nebulosa.
    Un cántaro de emociones invadió mi alma… A veces, es mejor no observar tanto…, a veces, es mejor no conocer tanto.
    Y es así, que como en una caricatura, me vi sentada en una plazuela, sola, asimilando mis sentimientos.

  17. Me siento como un atún en la almadraba, aquí estoy yo, sentada entre desconocidos, tengo la esperanza de no sufrir un desengaño, de tanto en tanto, levanto mi cabeza como un periscopio pero… seguimos sin ver nada.
    Hace frío y la humedad me cala hasta los huesos, me pasan el cántaro para beber pero ya no tenemos casi comida, la poca que hay se la dan a los niños. ¡ Ojalá supieran que estoy embarazada!.
    Cierro los ojos y me imagino charlando en la plazuela del poblado y no en esta barcaza que hace tiempo ya que huele a muerte.

  18. Como reina de la almadraba utiliza su sensualidad para enredar a aquellos que, atraídos por su sexo, pierden el norte, convirtiéndose en presas ahogadas por el desengaño de su amor, cuando ya en sus redes, frívola y venenosa, los ignora.
    El trofeo es tenerlos a sus pies, venerándola. Cautelosa, otea el horizonte por el periscopio de su vanidad, para que las sirenas con su cántaro sagrado de amor puro no puedan alejarlos de su reinado.
    No olvida la plazuela donde se juró que ningún otro hombre la abandonaría, cuando lo vio alejarse del brazo de una buena mujer.

  19. El camino adoquinado de la almadraba repiqueteaba con cada uno de mis pasos dados bajo el peso del desengaño.
    La decepción, que crecía en mí a ritmo de marea, iba arrastrando en un oleaje constante, lento y pertinaz la poca confianza que aún guardaba en la recámara de mis sentimientos.
    Intentaba, cual periscopio submarino, ascender desde las profundidades de una frustración que me aturdía.
    Me sentía fracasado, hueco, como un cántaro vacío.
    ¡Eh, Tonino! me gritaron desde la plazuela, ¡ven, acompáñanos!
    Les miré y haciendo oídos sordos, seguí mi camino al encuentro con la mar. Ella jamás me defraudaría.

  20. Recuerdos

    No supimos qué era la almadraba, hasta que, aquel verano, vino al pueblo Tomás, el primo de Luisa. Era de Murcia y, sabihondo él, nos apabullaba con sus listezas marineras, pero más de un desengaño sufrió cuando le engatusábamos para que entrara, el primero, en la huerta del tío Jato y se subiera a la higuera.
    -Pon el periscopio, mientras cogemos los higos- le decíamos- y nos avisas si viene.
    Nosotros sabíamos que el hombre esperaba escondido en la casilla y Tomás terminaba, siempre, vareado.
    -¡Ay, alma de cántaro!- le decía su tía- estos saben latín.
    Ahora, la plazuela donde jugábamos está muda.

  21. Otra semana pasada con las palabras sin redactar un escrito para la asociación Cinco Palabras. Al buscar el significado de almadraba, me ha desubicado debido principalmente por que la relacionaba con el aceite.
    Puede ser el desengaño, un sentimiento muy negativo. ¿Quién tuviera un periscopio para prevenir el desengaño? También y por propia experiencia sé que los desengaños, tienen su razón de ser.
    El cántaro, es un recipiente de barro que se utilizaba para transportar líquidos.
    He ido a descubrir el significado de Plazuela de nuevo me ha sorprendido debido a que no tiene nada que ver con las plazas

  22. En el ronqueo
    Aquella mañana, Marcelino no salía de su asombro. El atún de ALMADRABA tenía un rojo y aroma tan intenso, que se lo quitaron de las manos.
    Se acercó a la lonja a por más género, pero su DESENGAÑO fue mayúsculo cuando le contestaron que no quedaba pescado. Decidió entonces construir el PERISCOPIO para su hijo. Bebió agua fresca del CANTARO de los pescadores y buscó los cartones que necesitaba.
    Fue al cruzar la PLAZUELA, cuando vio, cómo un grupo de subsaharianos mostraban a sus vecinos, los restos de un compatriota, encontrados durante el ronqueo de los atunes.

  23. Gabriela, (7 años).
    La almadraba me encanta, pero sólo si devuelvo los atunes al mar, sino, mi mente sufriría un enorme desengaño. Me lo paso genial pescando a la luz del sol pero, un día, por la noche algo me despertó, miré con el periscopio para ver que era,y era un pulpo cogiendo nuestro barco. Se me quedó la boca seca y tuve que beber del cántaro y avisar a los pescadores de la plazuela.

  24. Paseaba por la sureña y cálida calle de la almadraba, cuando le vinieron sentimientos de recuerdo y desengaño. No sabía porqué, pero le dolía tanto que sólo deseaba caminar y ver el mar. Allí, donde el mirador acogía transeúntes por doquier, se fundió con el periscopio que le llevó al horizonte más lejano de su vida. Su alma rompío a llorar como un cántaro frágil. Se dio la vuelta y regresó a la plazuela que la vio nacer. Y empezó de cero

  25. Allí descubro lo que es la almadraba,técnica antigua y dura de pescar el atún que tanto me gusta.
    Desengaño de que todo es fácil y técnicamente adelantado.
    Cuál periscopio uso mis ojos para entenderla y apreciarla.
    Me imagino a las antiguas mujeres llevando un cántaro lleno de pescado que venden con prontitud en la plazuela del pueblo.
    Y ahora a disfrutar un estupendo atún rojo en Zatara de los atunes para celebrar el comienzo de la primavera.

  26. El gentío se agolpaba en la ALMADRABA, a pesar del viento huracanado llegado del Norte. Los barcos amarrados a puerto mostraban el DESENGAÑO de los pescadores. No habían podido salir a faenar. Solo faltaba el pequeño velero de Pedro que todos los días se echaba a la mar. Alguien lo buscaba a través del PERISCOPIO y divisaba agua y más agua de un mar embravecido.

    Cantaban los niños en la PLAZUELA del pueblo.-

  27. El gentío se agolpaba en la ALMADRABA, a pesar del viento huracanado llegado del Norte. Los barcos amarrados a puerto mostraban el DESENGAÑO de los pescadores. No habían podido salir a faenar. Solo faltaba el pequeño velero de Pedro que todos los días se echaba a la mar. Alguien lo buscaba a través del PERISCOPIO y divisaba agua y más agua de un mar embravecido.

    Tanto va el CÁNTARO a la fuente que al final se rompe.

    Cantaban los niños en la PLAZUELA del pueblo.-

  28. En la almadraba de la vida pescaron el desengaño. Capturado entre redes de la verdad, la inocencia alzó su periscopio para observar como reinaba la calma en el mar de la dulzura. Emergió la humildad encerrada en un cántaro tapado, los pescadores la llevaron a la plazuela de su pueblo y la mostraron como el bien más preciado y el valor que nunca se debe contaminar.

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