Cuarta Semana: Esta semana ponemos las Cinco Palabras de Leticia Dolera, una gran actriz, guionista y directora con la que coincidimos en un acto de Plena Inclusión Madrid en CaixaForum Madrid. A Leticia la hemos visto en series como Al salir de clase, en la que interpretó el papel de Ángela entre 2000 y 2002 o Los Serrano, Hospital Central, Guante blanco o El Barco.
En su carrera cinematográfica en la que destacan títulos como El otro lado de la cama, Imagining Argentina, Semen, una historia de amor, De tu ventana a la mía, Un café en cualquier esquina, película que tuvo tres nominaciones a los Independent Spirit Awards. Además de [REC]3: Génesis o Los últimos días, de los hermanos Pastor.
En 2015 escribió, dirigió y protagonizó su primera película junto al actor Manuel Burque, titulada Requisitos para ser una persona normal. La película ganó en el Festival de Málaga los premios a: mejor guion novel, fotografía y montaje y fue finalista de los premios Goya 2016 con tres nominaciones: como mejor actor revelación para Manuel Burque, mejor dirección novel para Dolera y mejor montaje. Sus palabras son:
Extraterrestre
Magia
Calor
Persona
Inclusión
En el mes de abril de 2017, Cinco Palabras dedicará su causa solidaria a un colegio de educación especial situado en Collado Villalba en la provincia de Madrid (España). El colegio Peñalara escolariza a alumnos con necesidades educativas especiales permanentes, asociadas a condiciones personales de discapacidad que requieren adaptaciones muy significativas del currículo oficial correspondiente.
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
No se cambiará género ni número de las palabras propuestas. No se modificará la posición de las mismas.
El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras.(*)
(*) Escribe el relato en esta PÁGINA pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) – Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 5€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
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NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector.
Me dicen que soy un poco extraterrestre porque me encanta cambiar el color de mi pelo de vez en cuando . Me dejo llevar por la magia del tinte y de mi peluquera que es una de mis mejores amigas. Estar con ella es entrar en un mundo de color y de calor por su alegría, su fantasia, buenos consejos, por su forma de ser. Te hace sentir unica. Con sólo mirarla ya sabe lo que quieres, lo que te gusta y lo que te sienta bien.
Es una gran persona .
Hace un buen trabajo de inclusión con todas sus clientas. Yo no sé qué haría sin ella. Sencillamente la quiero.
Lo tengo que confesar, soy un Extraterrestre. ¡Lo he dicho, me atreví!, ahora a esperar qué consecuencias me puede traer esto. Sé que ahora me diréis que se ha perdido la Magia, porque, ¿quién de vosotros me va a dar ahora Calor, si ni siquiera me parezco a Chewbacca? También se enterarán los de la productora Disney que no soy Persona ni humano, no como vosotros claro. Adiós a mi posible Inclusión en la trama androide de esta novedosa duodécima nueva versión de “la guerra de las galaxias” titulada esta vez: “La batalla de los cochinos vestidos de pingüinos”.
Siempre me han mirado como el que contempla un extraterrestre. Parece que emito una especie de magia. Según quién me mire puede ser negra o blanca porque yo también percibo rápidamente cómo es el calor que desprende una persona. Sé que soy muy raro, diferente, siempre lo supe y me lo recuerdan cada día, muchas veces sin querer, a pesar de que se trabaje cada vez más por la inclusión en la sociedad de personas como yo…
Entrada al museo
Le hubiera gustado ser extraterrestre y poseer la magia de lo desconocido. Pero no era así, aunque se reconocía cómo un ser de lo más singular.
Fisionomía, igual los demás, no obstante carecía de capacidad para transmitir calor humano. En cambio tenía sentimientos. Por lo que un profundo dolor le acompañaba tan fiel como su sombra.
Cada persona que le rehuía, significaba una puñalada en su maltrecho corazón, que a veces, dudaba tener.
Cuándo le denegaron la entrada al Museo del Prado, lloró arrinconado en una esquina.
Carlos, partidario de la inclusión animal, consoló en sus brazos al pekinés.
Se me comido una a entre ” igual a los demás” podéis añadirla por favor.. Gracias.
EN LA TIERRA YERMA
En la tierra yerma
donde se hunden simientes
de mi lucha presente,
en los regueros secos
donde vertían nuestros
líquidos ayer
y hoy beber no puedo,
me siento extraterrestre,
se ha ido la magia
a esconderse,
a un barato burdel
donde yace la mentira,
donde el calor existente
producto de vanos placeres
no es consistente
ni hace medrar a la persona
en sentimientos, estéril,
producto de una inclusión
mal intencionada,
en la tierra yerma,
donde nada crece.
No es una extraterrestre esa mujer menuda que se acerca y pregunta si precisamos algo. Ni es obra de la magia que se haya cargado allí sobre su espalda la difícil tarea de agregar paz al mundo.
El calor, la alegría, la luz y la ternura que una persona irradia cuando ayuda (para que la inclusión sea más que un deseo), no es algo que uno pueda encontrar todo el tiempo en cualquier parte. Pero cuando lo hace, en el momento exacto, deja de andar perdido -como quien extravía la llave o la esperanza- y presiente el milagro.
el calor era insoportable, Solo quedaba una estación, el verano, habíamos acabado con todo, ella sudaba gritando por lo que creía, gritaba: inclusión!! Nadie reaccionaba, era una persona especial, de esas que tienen magia… para mi era una extraterrestre.
Entró en la clase y todos lo miraron como a un extraterrestre. Iba en una silla que se movía sola, como por arte de magia. En la clase hacía calor, era invierno y fuera el frío helaba las cañerías, pero dentro, los niños estaban sudorosos. De pronto, el ser de la silla se quitó el casco para mostrar que era una persona, ese casco le ayudaba a protegerse de los golpes que podía darse. En ese punto, Margarita, la profesora, se levantó a aplaudir por la inclusión en el colegio de un niño tan especial.
No era un extraterrestre, simplemente venía del espacio anterior y sabía hacer magia con sus palabras ,con su mirada, con el calor de su sonrisa. Estaba claro que no era una persona normal.
Cuando me habló por primera vez, pude comprender el universo,el universo de la bondad, de la cercanía, de la inclusión en sensaciones etéreas y profundas que todo ser humano necesita y que sólo puede tener si quiere conocer el Alma.
El alma de todo !!de lo bello ,de lo malo, de lo bueno ,de lo feo ,de lo frágil,de lo fuerte,de lo inmóvil, de lo vano….de los hombres….de las mujeres!!! Y se fué.
Con todo mi conocimiento.
Con todo su conocimiento.
Con toda su alegría…!!
No, no con toda! Dejo esta para tí…!!
Tómala!
Compártela!! Se multiplica cuando lo haces!!
pruébalo!! Sin miedo!! Sin cadenas!!
Cuando regrese nos pedirá cuentas ,porque estamos obligados a ser felices.
No?
Pues por lo menos a repartir un poco de alegría, aunque no sea tuya.
Reparte!!
MI ÁNGEL
Todos creen que eres raro, casi tanto como un extraterrestre. Aún no han entendido que a lo tuyo se le llama magia, que eres un ser especial. Esa manera tan tuya de dar calor a cualquiera que lo necesite, sin dudarlo, sin esperar nada a cambio. Para ti, la inclusión es solo una palabra, no necesitas poner nombre a la normalidad.
Aquí, envuelta en tu abrazo, me siento tan afortunada que, mis problemas se vuelven insignificantes, mis heridas menos dolorosas, mi corazón solo desea amarte y crecen tanto mis ganas de volar, que despliego mis alas hasta rozar tu luz.
MI ÁNGEL
Todos creen que eres raro, casi tanto como un extraterrestre. Aún no han entendido que a lo tuyo se le llama magia, que eres un ser especial. Esa manera tuya de dar calor a cualquier persona que lo necesite, sin dudarlo, sin esperar nada a cambio. Para ti, la inclusión es solo una palabra, no necesitas poner nombre a la normalidad.
Aquí, envuelta en tu abrazo, me siento tan afortunada que, mis problemas se vuelven insignificantes, mis heridas menos dolorosas, mi corazón solo desea amarte y crecen tanto mis ganas de volar, que despliego mis alas hasta rozar tu luz.
Este relato sustituye al mandado hace unos minutos. Gracias.
¡Cómo me gustaría ser extraterrestre!
Y ver desde fuera a éste planeta nuestro,tan al rojo vivo,cambiar.
Tener la magia para conseguir que el verdadero calor de persona a persona se extienda y fueramos capaces de cuidarnos y respetarnos.
Llegar a la inclusión total de razas,religiones y culturas.Que las diferencias sean un beneficio.
¡La diversidad enriquece!
ANUNCIO POR PALABRAS
Cuando lo vio pensó que cumplía todas las condiciones para que ese trabajo fuera para él. No tenía que hacer de extraterrestre, ni nada relacionado con la magia. En cuanto no temer al calor, nada de nada, a él le gustaban las altas temperaturas. Apartó el humo de sus ojos para poder seguir leyendo. Tampoco había tenido nunca un problema con persona alguna, aunque siempre podía pedir referencias a sus anteriores amos. Pero lo que más le gustaba era aquello de inclusión en plantilla, por fin podría dejar de ir de cuento en cuento fantástico resoplando como un dragón.
Acertijo 40
Dicen que pudo venir
desde el mundo extraterrestre;
no hay nadie que lo demuestre
ni lo pueda concluir.
¿ Es la magia juguetona
la que le pone calor ?
Tenerla nos apasiona
y que la impregne su autor
en toda nuestra persona.
Diré como colofón
que siempre nos acompaña.
Y cierro por defunción
de mi caletre, sin maña
para rimar inclusión.
Pepe V
La deseaba tanto que esa pasión le estaba volviendo loco. Su obsesión era estar cerca de ella.
– Estás más tiempo en el Bruselas que aquí- se quejaba Amelia, su mujer- Tienes vicio como el extraterrestre ese con su casa.
Alma tenía magia en la mirada y un calor en la voz que le subyugaba.
Pepe era otra persona. Había logrado que Alma lo incluyera en su mundo y esa inclusión, como un río en torrentera, le llevaba sin remedio. Intuía que todo se precipitaría y eso le traía desazón y una dulce ansiedad. Lo temía y lo deseaba.
Reflexiones de mi niño autista:
Nací como todos lo hacemos, veía el mundo girar a mi alrededor y aunque me fascinaba, no lo comprendía; cuando fui consciente de lo que era vivir empecé a sentirme un EXTRATERRESTRE y la MAGIA que supone crecer y conocer empezó a desvanecerse. Solamente el CALOR de mi hogar, y el cariño de mi familia me hacían sentir bien frente a la incomprensión del mundo. ¡¡Soy una PERSONA, igual que tú!! Y aunque diferente, no soy peor… ni mejor. Agradezco todo intento de INCLUSIÓN en la vida cotidiana aunque no pueda demostrarlo y si me dejais mostraré cuánto puedo aportar.
En Estella, decidí visitar algunos valles cercanos y en el embalse de Allaoz. Me adentre en un bosque, el paraje era boscoso, bucólico, con abundancia de matorrales. El lugar era muy solitario. En medio de todo, yo parecía un EXTRATERRESTRE. Pinares, Abedules, Robles, Cedros, Chopos, Olmos, Hayas, cargados de MAGIA; sus ramas parecían que te abrazaban, y CALOR te daban.
Me cruce, con una sola PERSONA, ermitaña. Vivía en una cueva, INCLUSIÓN de esta majestuosa vegetación. El bajaba al pueblo cada semestre, para vender sus plantas medicinales, que recolectaba en los altos montes. Bello paraje, bello lugar, bello paisaje; y los lugareños agradables, hospitalarios. Un rincón con mucho encanto.
Llegaba a mi vida como un Extraterrestre, era completamente desconocido todo ese universo para mi. Aún así lleno de Magia y
Calor toda mi vida, dando valor a cosas antes inapreciables y haciendome más fuerte y vulnerable a la vez. Me hizo sentir lo que como Persona nunca antes había ni llegado a imaginar en los mejores sueños. Su inclusión en mi vida fue como si realmente fuésemos uno. Latieramos del mismo corazón. Y hoy solo puedo dar gracias porque esa única experiencia sea doble. A mis hijos.
Aparecía siempre a la misma hora, puntual siempre, tan estrafalariamente vestido que parecía un extraterrestre.
En las tardes de sol reunía a los niños y hacía magia para ellos. Al final de cada truco recibía agradecido el calor de los aplausos.
Sólo una persona supo ver.
Vio en los tristes ojos del rostro feliz de payaso la profundidad de su dolor; la muerte de los suyos engullidos por el piélago marino mientras huían de la guerra; el desprecio inhumano en la travesía migratoria; la ausencia de la inclusión social garantizada por derecho…
Vio al hombre roto que ilusionaba a todos.
Decadencia…
Como una extraterrestre venida de una galaxia lejana;
así… sin entender tanto dolor repartido por el mundo.
Difícil encontrar magia en una humanidad en descomposición.
Ese espejismo de calor humano no satisfecho.
Esa persona que necesita comprensión y respeto… y no lo encuentra
Esa inclusión imprescindible de quien busca ser aceptado, acogido… y que no llega.
El horror de las guerras, el terrorismo…
La explotación y el trágico humano…
Ese vergonzante maltrato de puertas para dentro… callado y vil.
Esa falta de honestidad, honradez y decoro de quien ostenta el poder…
Ojalá llegue el día en que amanezca sin sombras.
Y dentro de este milagro llamado tierra; este punto loco donde giramos y giramos,
todos consigamos ser merecedores de un legado…
“Ejercer” como seres humanos.
Era… “tråfico humano”…hay una errata ahí. Se me pasó, lo siento.
Recuerdo con nostalgia esas noches de junio al lado del Menhir, mi padre preparado con la videocámara y mi madre estirando el mantel cuadriculado donde coloraría nuestro pícnic nocturno. -Una noche, aseguraba mi padre, veríamos un ovni, seguro! ¿Y un Extraterrestre papá? preguntaba yo con la ansiosa inocencia de quien cree profundamente en la Magia. Al Calor de la hoguera, comíamos y charlábamos, Mi padre era una Persona muy especial para mí, él sabía que no éramos los únicos habitantes de la galaxia y era partidario de la Inclusión de todos los seres en un mismo espacio universal.
Que bonita historia, como papá me llego al corazón y comparto su opinión sobre los extraterrestres.
Nos habíamos quedado en el arcén de la carretera con el coche totalmente bloqueado. De la zona donde vimos aparecer aquellas luces salió un extraterrestre que, como por arte de magia, levantó el vehículo y lo llevo hasta la explanada donde aterrizó su ovni. Se notaba una sensación extraña y mucho calor. Yo fui el elegido para subir a la nave. Parecía ser la única persona que había allí dentro. Todo eran luces cegadoras y fui sometido a un proceso extraño pero placentero y se produjo la inclusión de mi alma en uno de sus cuerpos…
-¡Despierta tronco!
-¡No jodas!
Mi primer contacto con el mundo extraterrestre fue gracias a mi madre, que puso en mis manos un librito pequeño encuadernado en piel roja ( aún lo conservo ),” Una princesa de Marte ” de Édgar Rice.
Yo me sumergia en aquel mundo y la magia invadía mi habitación.Ya no existía ni el frío ni el calor, toda mi persona estaba absorta en aquel relato,aquello me fascinaba,mi inclusión era absoluta.
Luego siguieron otros más……
Me gustaba consultar a mi madre.
Rindo homenaje a aquellos padres que inducen a leer a sus hijos, pues es la mejor herencia que pueden dejarles.
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– No puedo, mis padres no lo entenderían. Pronto volaré lejos de esta cárcel de seres rancios y poco evolucionados.
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– ¿Cómo explicarles que eres un extraterrestre?
No creen en la magia del universo. Piensan que la tierra es el único planeta vivo. Tienen una mente pequeña. Por eso me ven como una extraña, cuando hablo del poder del pensamiento.
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– Yo también. El calor de tus ondas me excita. Sabes que no hay persona en este mundo que me haga vibrar como tú. Pero nunca lo comprenderán… A no ser que consiguieras la inclusión de parámetros universales en sus cerebros.
Voy a inventarte, porque de existir serías irreal, extraterrestre e incorporeo.
No cabe tanta perfección en un cuerpo tan pequeño, debe ser causa de la magia, no hay duda.
Oír tu respiración sobre mi pecho es el calor que aviva la llama, las ganas de vivir , de seguir hacia delante, de hacerme mejor persona.
Después solo quedo yo, que ya no existiría sino es con un tú y yo, un nosotros a fuerza de inclusión en una vida en la que ya no recuerdo como era no tenerte.
Tal vez soy una extraterrestre,
pues no comprendo el lenguaje que empleais en el amor.
No hay magia ni pasión en vuestros abrazos;
tan sólo compromiso sellado al calor del miedo.
Bocas que blasfeman lealtad,
convirtiendo su entrega en autodestrucción.
Esbozo de persona en vuestro mundo extraño;
buscando valientes que frenen tanta falsedad.
Entregais vuestra libertad
a cambio de una efímera inclusión;
y olvidáis quienes sois.
No puedo estar sola
en este sueño en el que habito.
Cuando la niebla se disipe,
podré ver tu rostro,
cogerás mi mano
y sonreiremos juntos
en nuestro universo sin barreras.
Me gustaría saber si un Extraterrestre tiene sentimiento, ya me parece cosa de magia su existencia en el universo como para creer en la posibilidad de que también sientan.
He encontrado un artículo en el que se cuenta que el calor que desprende una persona, posiblemente podría ser un conducto de una
Inclusión en nuestra sociedad.
La palabra extraterrestre personalmente es como decir que es ciencia ficción. Una nueva ciencia que tendrá que evolucionar mucho para que nuestra sociedad empiece a conocer más a fondo y podamos descubrir encontrando una nueva forma de vida que nos aporte nuevas energías.