Jesús María Montes-Fernández, TVE
Tercera semana:
Las palabras Jesús María Montes-Fernández, director de Flash Moda y Flash Moda Monográficos de TVE ... Sus palabras irán dedicadas para recaudar fondos este mes para Fundación Theodora:
MODA, BELLEZA, ARMONÍA, DISEÑO y ESFUERZO
Los escritores solidarios de CINCO PALABRAS siguen las siguientes reglas:
- No se cambiará género ni número de las palabras propuestas.
- No se modificará la posición de las mismas.
- El relato tendrá una extensión de máximo 100 palabras. (*)
(*) Escribe el relato en esta PÁGINA pinchando DEJA UN COMENTARIO (aparecerán publicados una vez sean aprobados por nuestro equipo de edición) - Al final del mes se recopilarán todos los relatos en un volumen editado en PDF, que se podrá adquirir por un donativo de 5€, destinado a cada causa del mes. Colabora con nosotros y nuestras causas.
NOTA: CINCO PALABRAS se reserva el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector.
Dicen que los hombres velludos ya no estamos de moda. Mis peludas extremidades no encajan en los actuales cánones de belleza, a pesar de que están en perfecta armonía con la frondosa pelambrera que cubre mi pecho y espalda. Soy paradigma de una línea de diseño obsoleta, y, francamente, no me esfuerzo por renovarla. Mi cabeza, monda y lironda, es la excepción que confirma la regla de mi anatomía. Miento: tampoco tengo pelos en la lengua. ¡Qué coño! Al que no le guste que no me… lea.
Se puso de moda investigar sobre los orígenes de las raíces familiares y en ello andaba yo ocupada cuando encontré un pergamino con el dibujo de un árbol genealógico de gran belleza.
Por la armonía de los trazos e ilustraciones pensé en un trabajo de especialistas.
Contacté con un buen amigo, profesor en la Escuela de Diseño, gran entendido en antigüedades de este tipo, que quedó fascinado por la calidad del documento que puse en sus manos.
Me prometió un estudio exhaustivo del mismo dejándome convencida de que su esfuerzo se vería recompensado.
Ardo en deseos de conocer sus conclusiones.
Epitafio
Quería ser la reina de la Moda, he hizo todo lo necesario para lograr su sueño. Conseguir una belleza acorde con la armonía de las esferas, no era fácil ni gratuito. Recorrió el camino hacia su objetivo, dejando atrás todo cuanto tenía y a todos los que la querían. Desoyendo cualquier consejo, y todo tipo de razonamiento, comenzó una cruenta etapa llena de sacrificios. Funestas dietas hipocalóricas, pastillas para adelgazar, incluso de diseño la acompañaron hasta el oscuro lugar de su descanso eterno.
Su epitafio rezaba:
“Mi propósito no era llegar hasta aquí. Con esfuerzo me adentré en torcidos senderos y éste es el precio que pagué”
FE
– Te interesa la moda?
– Depende, si mejora la belleza puede que sí. Lo que me molesta es que te la impongan. Seguirla como borregos desprestigia a las personas.
– Ya, pero hay que adaptarse a los tiempos, aceptar las novedades.
– No si afecta a la armonía del diseño.
– Depende del concepto que tengas tú de lo bonito y lo feo.
– Siempre hay que hacer un esfuerzo para que el individuo sea libre y vaya a su aire.
Se ha puesto muy de moda, otra vez, condenar y perseguir ‘el otro’. No importa la belleza que tiene; la poesía que podría traer a nuestra endecha consumista. Es como si busquemos volver a una época dorada y imaginaria, por remplazar armonía con disonancia estridente. No se si es diseño planeado o fenómeno inconsciente. Pero se una cosa: que solo podamos realizar algo mejor que esta pesadilla por hacer un esfuerzo igual y opuesta al horror ya vislumbrado.
Debe ser ‘no sé’ en vez de ‘no se’ y ‘sé una cosa’ en vez de ‘se una cosa’
Siempre me ha gustado la moda. Desde muy pequeña ya era muy coqueta y eso que nunca he sido ni seré una belleza. Y aunque pueda parecer una frivolidad con todo lo que está pasando, he de confesar que es así.
Por eso me gusta tanto la armonía de los cuerpos. El sentirse bien con uno mismo . El poder mirar a los otros a la cara. El poder dormir abrazado a la almohada.
Y el diseño lo dejamos para los profesionales. Que ellos con su esfuerzo son genios…..los demás los admiramos.
Muy interesante !
PERSECUCIÓN
Voy tallando tus medidas
en el aire,
trato de poner de moda
mi mirada sobre
la orfandad de tus deseos,
esos que disfrazas
restándoles belleza,
voy con mi locura
hacia donde tu huyes,
sintiendo celos
de la armonía de tus pasos,
de tu indiferencia,
celos de tus brazos
viendo como abrazan cielos
inmensos de soledad,
y yo aquí, con el lleno
rebosante de tanto,
tanto lleno, tanto, tanto,
tantas medidas, tanto diseño
y tú, empeñada en viajar
vacía de sueños.
Me arrancaré los labios
para no besarte,
para no sentirte,
vano esfuerzo perseguirte,
huyes, sigues huyendo.
¡Qué dolor!, querida amiga, espero que sea a la moda. Un besazo 😉
Ya se que están muy de MODA los tatuajes pero me dan grima. No me parece que tenga ninguna BELLEZA ni ARMONÍA ir pintarrajeada como si fueras un cartel publicitario.El día que ese chico te deje, o le dejes, ya me contarás como te borras todo ese DISEÑO y entramado de nombres, corazones, flechas y demás. Aparte del ESFUERZO físico y económico que tienes que hacer para ponerte hecha un zarrio.
Bueno, hay una solución, buscarte uno con el mismo nombre, ¡aunque no le quieras!, y así aprovechar ese trabajo ímprobo.
Y ahora llámame antigua que me importa un bledo.
Aborrezco vivir en el siglo XXI. Quisiera ser ese señor mayor que ya es atemporal a cualquier moda. Viste, lee y piensa como quiere; ha adquirido merecidamente esa libertad.
Mi abuela me insistía en que no debía calentarme “el coco” con eso de sentirme un extraño. Pues la belleza, atemporal, ni se ve ni se toca sino que se percibe en cosas y personas: es entelequia. Adquirir la armonía conmigo mismo es simplemente aceptación: “¿acaso eres un individuo fruto del diseño?”
Lo que me hará seguir adelante es el esfuerzo de integrarme en la sociedad sin complejos. Difícil, no imposible.
Hay actos que nunca deberían pasar de moda…
Contemplar la belleza, el amor, la armonía.
Saludar cada mañana al sol que nos regala un nuevo día.
Mirar la luna cada noche para seguir soñando.
No perder la capacidad
para sorprendernos de la magia de una palabra,
del milagro sanador de un beso, del poder de una mirada.
Creer en los pequeños, tiernos milagros ,
o en las grandes victorias que nosotros libramos.
Superar las derrotas que solo nosotros escondemos.
Maravillarnos del diseño caprichoso del envés de una hoja
y del esfuerzo que nos ha costado llegar…
dónde quiera qué estemos.
Entró en el mundo de la MODA porque amaba la BELLEZA que para él era aquello que a simple vista gustaba, aquello que tenía ARMONÍA.
A ese mundo como se llega a todos, desde abajo, con muchas ganas de vivir y pocas opciones de tomar decisiones. Por eso trabajó en el DISEÑO de lo que le encargaban hasta que, tras mucho ESFUERZO, pudo independizarse.
Libre de directrices, de pretenciosos artificios, pudo crear su propia línea, denominada FLORES EN EL RÍO, pues esa imagen era la que quería plasmar en su obra, una belleza simple, natural, la que él siempre apreció.
La moda de ver sonreír a los niños. ¡Que no se pase! ¡Que no se vaya! Esa belleza desfila sin pasarelas. ¡Por eso no la habíamos visto! Pues claro… ¡No viene en esas revistas! Pero da armonía en los corazones de todos. Su diseño, aunque digas “Yo soy mu soso”, puede ser logrado por cualquiera que se lo proponga. ¿Te lo has propuesto? Quizás sea lo más fácil y tú pensando en incomprensibles ecuaciones, ¡si es que! ¿Te atreves a diseñar sonrisas de niños? El esfuerzo será mínimo y el agradecimiento casi infinito. Desde ahora serás… ¡el diseñador más divertido!
Rosa Galán, madura y atractiva. Su tienda de MODA, muy conocida en Coslada. No imaginaba Rosa que, esa mañana del día 24 de diciembre, su BELLEZA, rompería toda la ARMONÍA de aquella avenida repleta de transeúntes y negocios, siendo protagonista involuntaria de un dramático suceso que empañó por siempre las fiestas de aquel año. A esa hora fue hallada muerta a manos de su ex marido. Con ella la lista se ampliaba a 56, víctimas del maltrato de género. Poco le sirvió su tienda como “escondite”, donde había puesto toda su voluntad en crearla con gran DISEÑO y mucho ESFUERZO.
Matías III
Las cosas le iban bien. Su empresa estaba de moda, su mujer era una belleza y en su entorno se respiraba armonía. Estaba ensayando un nuevo diseño informático para la NASA y su esfuerzo empezaba a verse recompensado. Matías era un triunfador.
Conoció a Marita en Oviedo por pura casualidad. Ella estaba de vacaciones sola y coincidieron una mañana en el parque de San Francisco. Cuando comenzó a llover de repente, ella, paseando en su misma dirección, le ofreció su paraguas. Él vivía hacía poco tiempo en Oviedo y estaba adaptándose. Marita le gustó desde el primer momento.
Ella siempre vestía a la moda, con prendas que resaltaban su gran belleza. Precisamente eso le había cautivado a él, su estilo y la armonía de sus rasgos. Ahora ella se hallaba confinada en una casa de diseño moderno. Tenía miedo, su obsesión por ella había rebasado los límites. Su esfuerzo por escapar había sido en vano. Tras el sonido de unos pasos supo que su captor se acercaba de nuevo. Era hora de continuar fingiendo.
Acertijo 10
Parece contradicción
panzudo y estilizado,
mas digo con convicción
que es el “quid” de esta cuestión
tal y como lo he nombrado.
Derrama su contenido
apretado en un chorrito,
casi como un joven pito:
largo, en arco y sostenido.
Es transparente y se carga
por detrás como el cañón,
mas sin fuego ni explosión
entre los labios descarga
su atrayente irrigación.
No esta de moda diría
ni tiene especial belleza,
pero un punto de armonía,
de los pies a la cabeza
en su diseño estaría.
Lo nombró un tonadillero,
y en aclararlo me esfuerzo,
refresca bien el garguero
en la cena o el almuerzo.
Porrón pon porrón pompero.
Caballero, ante vuestra merced no tengo otra alternativa que quitarme el sombrero y de buena lid deciros, que ver y leer vuestros versos es ir haciendo amigos.
Ya lo dices, el porrón
¿Moda?, ¡por supuesto!, la de mi cuerpo cada día al levantar, qué belleza y sintonía, pereza al despertar, alegría en la ventana, el sol de la mañana y un café. Suena la brisa del aire, el fresco aroma del amanecer, crujen huesos con armonía, ¡los míos por supuesto!, sintonizan movimientos y con un gran esfuerzo, ¡ay!, ¡que moda!, maldita la de los 50 y un tanto más, pero no me quejo que aún tengo tiempo para llegar a viejo y cambiar mi brusca naturalidad. Voilé.
Con los 5 sentidos, intentaremos dar forma a un sencillo relato. Parece, ya no están de moda, miramos la belleza del escaparate, sin importar su interior. Implicados en estas redes, que forman una gran maraña, perdemos en ocasiones la armonía entre la palabra y el pensamiento, la razón y el corazón. Un diseño virtual, que hace olvidar, sin esfuerzo, el mirar a los ojos hablando en silencio, sentir al entrar en contacto con el tacto y escuchar con el corazón bien abierto.
Con gratitud
Que a nadie un dulce le amarga
es sabido y cotidiano
y yo, como toledano,
paisano del de la adarga,
por manchego, castellano,
le deseo vida larga
al de apellido italiano.
Vágame el cielo y la tierra tembién!, no por italiano sino por romano que fue y por tanta gracia cosolidada de dos apellidos de bien, el primero navarro y aragonés y el segundo vasco es, siempre los supe ver. La misma vida y clemencia os solicito que vuestra usía me dais, no por pelota sino por corresponder a vuetra jerga y tan noble detalle que necesario no es. ¡Gracias caballero!
BELLEZA INTERIOR
Él se dedicaba a la industria de la Moda, vivía en un lugar donde las mujeres, desde niñas, eran formadas para concursos de Belleza. La Armonía en todos sus aspectos era esencial, les daba seguridad. Sentía el sufrimiento en todas ellas cuando accedían a su maison, buscando el mejor Diseño, les daba la categoría necesaria para ascender. Una de ellas se rebeló diciendo: « ¿Vale el Esfuerzo cuando lo importante es la frescura que emana de tu interior y refleja el verdadero ser dejando asomar la belleza por la que tanto luchas?»
Silvia Campero
Queramos o no, estamos castigados con la moda. No sé a cuántos les gustarán esos desfiles que nos imponen a todas horas. ¿ en serio veis allí belleza en esas mujeres esqueléticas y con la mirada triste y perdida ?.
Ni siquiera la supuesta armonía de sus movimientos me emociona.
No le quito mérito al trabajo de los especialistas con el diseño de sus creaciones ni al esfuerzo que eso supone ; pero no nos empeñemos en mantener esos cánones de belleza, pues creo que unas mujeres menos esclavas de la báscula y felices llenarían de alegría las pasarelas.
Las flores querían ser moda para otoño. Caían al suelo creando un camino cuya belleza mostraba su dignidad: si morían, aún si se marchitaran, sería en perfecta armonía. Pero por supuesto, nosotros y los colores de los pétalos tenemos el diseño de la atracción y del consumado espectador. Pero, ¿qué paso en la evolución de esa cualidad humana cuando tomó el esfuerzo de decir “esto es bello”? Simetría, prosperidad y virtud. ¡Claro! Pero los cánones varían. Al final queda la creencia de pocos sobre la flor que nunca quiso atraer, sólo quiso ser ella. Los demás, equivocados, trataron de imitarla.
Ella, que no pone límites a los sentimientos,ni fronteras al deseo, ni moda posible que la catalogue.
Envidia al verla caminar por la vida con paso firme y decidido, luciendo una belleza única que baila entre lo místico y lo irreal.
Luz de unos ojos profundos que dan armonía a un rostro perfecto,adornado con un rojo intenso en los labios, esbozo del mejor diseño de sonrisa.
Acompañarla en su locura nunca fue un esfuerzo, fue y es,todo un privilegio
La pasarela Cibeles de la moda estaba a reventar como cada año. Unos iban por la ropa, nosotros por la belleza de las modelos y el glamour. Los diseñadores corrían arriba y abajo como poseídos por el espíritu de la locura y las chicas, semidesnudas en los camerinos, daban sentido a cada diseño que se ponían. Luego los ves colgados de las perchas, muertos y sin movimiento y te preguntas como es posible que sobre la pasarela tuvieran tanta vida. Sin duda esas chicas se ganan el sueldo con gran esfuerzo. No es fácil meter por los ojos esos trapos.
Mar porfa, cambia “Los diseñadores corrían arriba y abajo como poseídos..” por “Los diseñadores corrían, sin armonía alguna, como poseidos..” Es que me comí la palabra armonía. Un besote. Pequi.
Esta nueva semana de la moda de Sevilla está resaltando la belleza y el estilo de las modelos que tienen alguna diversidad funcional, la armonía de dichas modelos al desfilar hacían que con cada diseño que salía a la pasarela iluminase la pasarela.
Los espectadores que contemplaban el desfile, desconocían el esfuerzo que realizaba cada asistente de cada una, cada diseño tenía sus propios complementos que cambiar durante que salía otra modelo. Los últimos vestidos de la colección eran trajes espaciales para la noche de final de año. Qué maravilla de desfile final, qué preciosa coreografía entre todas las modelos.
“Cuando cumplí dieciocho años, mis colegas me regalaron una visita a los “Farolillos”. Compartir entre todos una belleza cara era la moda. La dama se hacía llamar Armonía, haciendo honor a su cuerpo de diseño.
Inquieto por la mirada inquisitiva del proxeneta, dejé pasar a mis amigos.
Tras la puerta, oía los viejos muelles, mientras saludaba a otros clientes que pasaban como en una consulta y una señora me ofrecía arroz a con leche.
A la salida jalearon mi hazaña, sin imaginarse que saltamos sobre la cama, porque a pesar del esfuerzo de tan bella dama, mi cuerpo no reaccionó.”
Este es mi relato. ¿Qué le pasó a mi protagonista?
Sentada en el parque, pensaba en su entrevista de trabajo, la directora le preguntó ¿que es la moda?, a lo que ella le contesto, “la moda debía exaltar la belleza propia de cada persona, y esta debe estar en armonía con el interior de cada uno, creo que ese es el verdadero diseño que tenemos que perseguir con un gran esfuerzo de conocer mejor a las personas”. La directora contesto ya te llamaremos, así se quedó Linda Martinez, sentada en aquel parque, y sabedora de que ella era única, así tendría que ser la belleza, única para cada una.